España cambia el rumbo y eleva su ambición en el uso de energías renovables: un 35% para 2030
El Gobierno vira el rumbo: la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, ha explicado este lunes que España eleva su ambición y defiende que el objetivo de uso de energías renovables en la UE se coloque en el 35% para 2030. La propuesta anterior del Consejo está en el 27%.
Ribera lleva al Consejo de Ministros de Energía un cambio de postura ya que España, hasta ahora, se había colocado en el paquete de países menos ambiciosos junto a Polonia o Rumanía que colocaba el horizonte en ese 27%. “España está de vuelta”, ha dicho la ministra este lunes en Luxemburgo. A su juicio, este paso hacia delante es necesario si se quiere cumplir con los compromisos adquiridos en la Cumbre de París de lucha contra el cambio climático.
El nuevo Ejecutivo español también eleva la ambición en cuanto a la eficiencia energética para llevarlo al 35% en lugar del 27%. “No queremos que sea el tope. Y que haya una cláusula de revisión al alza”, ha subrayado la ministra, para que los avances tecnológicos previsibles en las próximas décadas puedan ser introducidos y subir más el listón.
Además, España quiere que se instaure una prohibición a nivel europeo para que los Estados “no pueda poner cualquier dificultad al autoconsumo”. Un mensaje que incide directamente en el llamado impuesto al sol que hoy está vigente en España.
Sobre la desconexión del carbón, Ribera ha vaticinado que “es imposible facilitar un cambio de política ambiental obviando a las personas y las comarcas más afectadas”, refiriéndose a una “transición justa” dentro de una “sociedad solidaria”.
Este primer Consejo de Energía del equipo de Pedro Sánchez va a marcar las diferencias en la senda energética asociada a los ambiental que venía siguiendo España de la mano del exministro Álvaro Nadal. En diciembre, Nadal consiguió que el Consejo respaldara su idea de mantener abiertas las centrales de carbón para garantizar el suministro al menos hasta 2030. También obtuvo apoyo para mantener las tasas al autoconsumo y la necesidad de que la apuesta por las renovables fueran de la mano de las infraestructuras de interconexión entre países europeos para que la electricidad excedente que se produzca con viento o sol se venda y viaje por la Unión Europea.
