Las universidades pierden más de 44.000 estudiantes durante los años del 'tasazo'
Raúl Fernández, de 22 años, estudiaba Ingeniería Geomática en la Universidad Politécnica de Madrid. Hasta el año pasado. Tuvo que dejar la carrera porque no podía asumir el precio de la matrícula y su nota media le dejaba, por décimas, fuera de los nuevos criterios para obtener la beca de Educación. Raúl es uno de las 22.056 matriculados que ha perdido la Universidad española el último curso, el 95% en centros públicos. Es la segunda bajada desde el gran incremento en los precios de las tasas universitarias en 2012-2013. En total, 44.116 alumnos menos en dos años en titulaciones de Grados de primer y segundo ciclo.
“Era inasimuble, no puede ser que un curso te cueste 3.000 y pico euros”, se queja Fernández por teléfono, desde la piscina donde trabaja como socorrista en verano. Su caso es el de muchos estudiantes de grados y titulaciones técnicas y de ciencias, en los que en ocasiones el aprobado se resiste en la primera convocatoria. “Estaba cursando asignaturas de segundo y de tercero, y las de segunda matrícula se quedaban en unos 900 euros”, cuenta.
El ascenso en los precios se combinó, en su caso, con la pérdida de la beca del Ministerio de Educación. El nuevo sistema incluyó requisitos académicos más exigentes, que lo expulsaron por décimas de recibir la subvención estatal. Hizo cuentas y decidió dejar la universidad. “Además, mi carrera tiene relación con la construcción y los profesores te desaniman mucho, sobre que no va a haber trabajo cuando salgamos y demás. Eso también me desmotivó”, explica. Desde entonces ha realizado algunos cursos, entre ellos, como masajista deportivo.
“El descenso responde al sistema universitario que está implantando el ministro José Ignacio Wert”, analiza Julio Serrano, secretario de Universidad de la Federación de Enseñanza de Comisiones Obreras. “Creemos que no es casual que haya descendido el número de estudiantes, en gran mayoría en la universidad pública, tras la subida de los precios de las carreras y los cambios en las becas”, continúa.
La diferencia entre el descenso de estudiantes entre los centros públicos y los privados es notable. De los 22.056 matriculados menos del curso 2013-2014 (según el avance estadístico hecho público por Educación), 21.043 correspondían a la universidad pública y 1.013, a la privada. El año anterior, las cifras para la pública fueron incluso más acusados (22.390) frente al incremento de 336 alumnos en instituciones privadas.
Las becas “más exigentes”
Para CCOO la explicación de las cifras se resumen en: crisis económica, matrículas más caras y becas más exigentes. “No es casual que los estudiantes desciendan más en la pública. Sus alumnos son los que más dependen del precio de las carreras y de las becas. Las cifras demuestran que la política del ministro Wert no está funcionando”, argulle Julio Serrano.
En 2012, el Gobierno aprobó un real decreto que permitía el ascenso de los precios públicos de las universidades, competencia de las Comunidades Autónomas. La Comunidad de Madrid, por ejemplo, tiene las tasas más altas de España y, en los últimos dos años, se han disparado hasta un 68% para estudiar un grado.
Algunos no abandonan la carrera, pero se ven obligados a reducir la carga de asignaturas. Adelaida Martín estudia Arquitectura en la Universidad de Alcalá de Henares (Madrid) y este curso tuvo que matricularse de menos materias. “Tenía casi más asignaturas de tercero y era muy caro”, afirma. Este año, cuando tenga opción de hacer la matrícula repetirá la operación del curso pasado: “¿Mamá, cuántas me puedo coger?”. De este modo, Adelaida ve afectado el ritmo al que puede finalizar sus estudios.
El Ministerio de Educaicón ha defendido que los criterios más exigentes iban a motivar a a los estudiantes a mejorar sus resultados. Adelaina y Raúl contraponen “la enorme presión” a la que se ven sometidos los estudiantes, que en el caso de sus carreras no es raro que suspendan alguna convocatoria.
El Ministerio argumenta que el descenso de universitarios se debe a un descenso en la población joven. “Pero con los datos de INE se observa que el mayor descenso se produjo hasta 2012, cuando aún aumentaba el número de estudiantes”, contrapone Serrano.
Los posgrados salen beneficiados
El número de alumnos de máster, en cambio, se incrementa en los últimos años, desde la implantación de las nuevas titulaciones universitarias (el conocido como Plan Bolonia). En el curso 2013-2014, ascendió en 6.250 estudiantes, más de un 5% respecto al curso anterior. En estos títulos se invierte la tendencia y es la universidad privada la que más crece: más del 60% cursaron sus posgrados en centros privados.
Aunque el número de estudiantes de máster sigue siendo superior en la privada –86.753 frente a 33.302–, “el porcentaje es mayor que en titulaciones de grado”, apunta Julio Serrano. Según el portavoz sindical, la menor diferencia entre los precios públicos y los privados benefician a las universidades privadas.
Rubén –que prefiere dar un nombre ficticio– se vio obligado a estudiar el máster habilitante de Psicología General Sanitaria este año, necesario para ejercer en su profesión. A pesar de que el precio es inferior al de los títulos de máster oficiales normales, el coste vuelve a ser un inconveniente. Becado de toda la vida en la universidad, no pudo recibir la ayuda este curso porque su máster en la Universidad de Barcelona no llegaba al mínimo de 60 créditos por año requerido por Educación. “Me parece incomprensible que el Ministerio nos quite la posibilidad de optar a la beca máxima, más cuando se trata de un máster habilitante”, critica.
Las diferencias entre Comunidades Autónomas, de nuevo, es significativo. Por ejemplo, este curso, el crédito del máster habilitante de Ingeniería de Caminos, Canales y Puertos costaba en Andalucía 19,50 euros. En Madrid asciende hasta un mínimo de 43 euros en la Comunidad de Madrid.
José Luis Benavente, de 24 años, está ilusionado con el máster que va a comenzar el próximo octubre, en un centro privado de Granada. Terminó el grado de Administración de Empresas en la Universidad de Jaén en 2012 y, aunque asegura que ha enviado muchos currículos, no ha tenido ni una entrevista. “Tal vez en la capital sea más fácil, pero aquí... He estado trabajando en el campo mientras, pero he decidido especializarme a ver si hay más suerte”, afirma. Desde el curso 2009-2010, el previo a la implantación del Plan Bolonia, el número de estudiantes de máster se ha incrementado en un 47,3%.