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Cosas que Donald Trump no podrá hacer con su nuevo teléfono

Los servicios de inteligencia cambian el Samsung de Trump por un teléfono encriptado misterioso

Marta Peirano

La Casa Blanca tenía un precio. Con lo que le gustan a Trump sus cacharros, para entrar en el despacho oval ha tenido que renunciar a sus dos favoritos. Primero, su adorado avión Trump 757, que ha sido sustituido por el Air Force One, a pesar de sus esfuerzos por rechazarlo bajo la extraordinaria premisa de que el suyo era más grande (no lo es). Segundo, ha cambiado su Samsung Galaxy por otro móvil “endurecido”, un dispositivo de marca misteriosa aprobado por el Ministerio de Defensa que no permite sacar fotos, hacer llamadas o mandar tuits.

El momento no podría ser más desafortunado. El mismo día que llegaba a la Casa Blanca, durante el cambio de titular de la reseteada cuenta @POTUS, un estrafalario error de Twitter obligaba a más de medio millón de personas a seguir sus tuits sin querer. Lamentablemente, no pudo aprovechar la oportunidad desde el móvil presidencial. Su teléfono oficial es un dispositivo cifrado y blindado por los servicios de inteligencia cuyo número sólo conocen una docena de personas. Y cuyas habilidades no superan las de un zapatófono de la TIA.

Del Obamaberry al Obamadroid

¿Cómo lo sabemos? Porque Obama lo contó. El 44º presidente de los EEUU tuvo ocasión de llorar a su querido Blackberry 8830 World Edition y quejarse amargamente de la falta de funciones del que le dieron las fuerzas de seguridad. El “Obamadroid”, como lo bautizaron los medios, era de hecho un Samsung Galaxy S4, una versión blindada del que tenía Trump. Hace tres días, Edward Snowden decía que BlackBerry será borrado de las páginas de la historia y que le está bien empleado por haberse vendido al espionaje. El Obamaberry se fue para no volver más.

De hecho, hace solo medio año el S4 era el único dispositivo aprobado por DISA (Defense Information Systems Agency), gracias a su plataforma especial KNOX de seguridad. También era el primer dispositivo comercial con permiso para conectarse a SIPRNet, la red secreta e interna que usa el Departamento de Defensa. Con todo, Obama comparaba este gadget digno de Batman con algo un poco más prosaico: “¿Sabes esos móviles de juguete que tienen los niños de tres años? -le dijo a Jimmy Fallon-. Pues eso es lo que me han dado a mí”.

Como explicaba Sean Gallagher en ArsTechnica, “el Galaxy DMCC-S sacrifica algunas funcionalidades por motivos de seguridad”. No tiene cámara, no tiene sistema de mensajería, no tiene player de audio o de vídeo ni mucho menos Spotify. Tampoco tiene aplicaciones comerciales, solo las que están en la lista del Ministerio.  El de Obama tampoco puede hacer llamadas y todas las que recibe están filtradas desde Defensa. Su teléfono sólo sirve para mandar y recibir correos cifrados de un número muy pequeño de gente. No tiene sensores ni bluetooth. Eso sí, tiene un sistema de autentificación biométrico para que solo el presidente tenga acceso.

El modelo de Trump es aún desconocido, pero el presidente ya ha dicho que piensa seguir usando su Android Trump, al menos para tuitear. Como ha ocurrido con el 757, es poco probable que le dejen.

Por el momento, @realDonaldTrump continúa estando activo, pero hay que tener en cuenta que quería meter a su rival en la cárcel por instalar en su casa un servidor privado de correo personal para comunicaciones oficiales. Los agentes encargados de vigilarle tendrán que instalarse esta interesante aplicación que avisa cuando Trump tuitea para controlar su impacto en la bolsa.

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