China no quiere que sus niños lean Peppa Pig o Winnie the Pooh
Winnie the Pooh, Peppa Pig, Charlie y la fábrica de chocolate e incluso James y el melocotón gigante no lo están pasando bien en China. Diversas informaciones apuntan a que el Partido Comunista quiere introducir duras medidas en torno a la literatura infantil. Con unos 220 millones de personas por debajo de los 14 años y una clase media que no para de crecer, China es el hogar de un inmenso mercado potencial de libros de dibujos para niños. Al parecer, solo el año pasado se publicaron más de 40.000 títulos infantiles en el país.
Sin embargo, los libros de cuentos parecen estar en el punto de mira de Pekín. Supuestamente, el Partido Comunista ha lanzado una agresiva campaña contra las hostiles ideas occidentales que se reproducen hoy en día en el país. Según el South China Morning Post de Hong Kong, los editores chinos han recibido órdenes para que el número de libros infantiles extranjeros que se imprimen se reduzca.
En estos momentos, los libros de cuentos procedentes de Corea del Sur o de Japón apenas se imprimen en el país, explicó una fuente editorial al periódico. También añadió que el abastecimiento de libros de otros países ya era “muy limitado”.
Otra fuente, en este caso un editor de una empresa estatal, aseguró que autoridades del Partido Comunista se habían quejado de que los libros de dibujos extranjeros habían introducido una intolerable “corriente de ideología” desde Occidente. “El gobierno ha decidido deliberadamente limitar la importación de libros y proteger los que están escritos por autores chinos”, añade la misma fuente.
Este viernes, el gigante de comercio electrónico Alibaba anunció que prohibirá la venta de todas las publicaciones extranjeras en Taobao, uno de los sitios más populares de china para la compra online con el objetivo de “crear un entorno seguro y protegido para aumentar la confianza y satisfacción del consumidor”.
Durante años, China ha luchado para impedir el influjo cultural extranjero y este esfuerzo se ha intensificado desde que Xi Jinping se convirtió en presidente en el año 2012, momento en el que prometió promover lo que él denomina “el Sueño de China”. Xi ha declarado que las universidades chinas se tienen que convertir en bastiones del Partido Comunista mientras que el ministro de Educación Yuan Guiren ha alertado de que “las fuerzas enemigas” están intentando infiltrarse en las mentes y corazones de los campus del país.
La autoridad editorial estatal contó en the South China Morning Post que el veto a ciertos libros había sido transmitido oralmente y estaba “dirigido a hacer que las ideas de los ciudadanos se ajustasen al dogma del Partido Comunista”. Sin embargo, existen dudas sobre si Pekín será capaz de cumplir el mandato con éxito.
“No me puedo imaginar que esta restricción se haga realidad, llevarla a cabo es muy complicado, y además tampoco tiene ningún beneficio en absoluto para la gente o para el país”, asegura un editor chino en the Financial Times. En estos momentos hay seis títulos extranjeros en la lista de lo más vendido en la web de Amazon china, entre los que se incluye Harry Potter o Adivina cuánto te quiero de Sam McBratney.