El Gobierno de Zaragoza anula los cambios en el callejero y mantiene los nombres franquistas en las calles
- Las variaciones iban a servir, además, para feminizar el callejero, al introducir el nombre de varias mujeres pioneras, fruto de un estudio encargado al Departamento de Historia Contemporánea de la Universidad de Zaragoza
El Gobierno de Zaragoza (PP y Ciudadanos) ha aprobado la cancelación del procedimiento, iniciado en marzo de este año con Zaragoza en Común al frente del Consistorio, para cambiar el nombre de diferentes calles de la capital aragonesa en cumplimiento de la Ley de Memoria Histórica y la Ley de Memoria Democrática de Aragón.
Apuntan que la decisión se ha adoptado al considerar “que el acuerdo de aprobación provisional adoptado no está suficientemente fundado ya que el expediente carece de informe técnico-históricos sobre la idoneidad y oportunidad del cambio de nombre propuesto”.
Los cambios revocados son los de Rudesindo Nasarre Ariño por Jenara Vicenta Arnal Yarza; Antonio de Gregorio Rocasolano por Ángela García de la Puerta; Gonzalo Calamita Álvarez por Martina Bescós García; Miguel Allué Salvador por Lola de Ávila; Miguel Merino por Pila Ponzán; Juan José Rivas Bosch por María África Ibarra y Oroz; Mariano Horno Liria por Blanca Catalán de Ocón, y Rigoberto Domenech Valls por Emilio Gastón.
Con estas variaciones, además, se pretendía feminizar el callejero, y algunos de los nombres de mujeres elegidos eran fruto de un estudio encargado al Departamento de Historia Contemporánea de la Universidad de Zaragoza con el objetivo de homenajear a relevantes mujeres y reducir la gran brecha existente entre denominaciones masculinas y femeninas que existe en este momento.
Estas nuevas denominaciones (que ya no lo serán), explican desde el Consistorio, “pasaran a formar parte del nomenclátor donde el grupo de trabajo designado para ello decidirá, en su caso, los futuros emplazamientos”.
Alcaldes franquistas
Entre los nombres que se iban a retirar, está el de Antonio Gregorio Rocasolano, primer presidente de la Comisión para la Depuración del Personal Universitario; Gonzalo Calamita, rector de la Universidad de Zaragoza entre 1935 y 1941, durante su mandato, se apunta en el estudio, “tuvo lugar la depuración del profesorado, no solo del universitario”.
También, Miguel Allué Salvador, alcalde durante la dictadura de Primo de Rivera y presidente de la Diputación Provincial de Zaragoza tras el golpe de Estado de 1936 y hasta 1940; Miguel Merino, último alcalde predemocrático (1976 – 1979), el primero y el último de los alcaldes franquistas: Juan José Rivas (1939 – 1941) y Mariano Horno Liria (1970 – 1976), además del Arzobispo Domenech, arzobispo de Zaragoza en la época de mayor represión.
El actual alcalde de Zaragoza, Jorge Azcón (PP), como ya había apuntado eldiario.es, había avisado de la reversión del cambio de nombre de la plaza Miguel Merino. De él dijo que “en Zaragoza significa tanto como Adolfo Suárez para la Transición española. Hizo muchísimo por la Transición en esta ciudad y se le ha tratado muy injustamente”.
