Canarias frena en seco la solución exprés de Madrid para activar la llegada de papa británica

Papa de consumo, ya vieja, con un precio de 5 euros, en una tienda de la provincia de Santa Cruz de Tenerife, hace pocos días

Román Delgado

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Canarias parece que lo tiene bien claro: no está dispuesta a aceptar que la solución a los problemas de desabastecimiento de papa en las islas, por ahora este verano (por escasa cosecha local del periodo de temprana y por el bloqueo fitosanitario actual a la entrada de papa con origen británico debido a la declaración de un brote inicial de escarabajo de Colorado -Leptinotarsa decemlineata- en el condado de Kent, Inglaterra), pase por activar la importación desde otros lugares de Reino Unido a través de cambios normativos previos en la orden del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (lo que hoy legalmente no se permite porque el bloqueo fitosanitario es para todo el país) que más protege las producciones isleñas, sobre todo porque esta frena la entrada al archipiélago de un listado muy amplio de artículos agrícolas frescos atendiendo a cuestiones fitosanitarias. 

Ello convierte esa orden en una barrera indirecta a la importación y en la joya de la corona para poder producir y competir en Canarias con artículos provenientes de cosechas propias.

Se puede decir que la agricultura llamada de mercado interior, el futuro más claro para Canarias en el sector de la producción vegetal (lo del plátano lleva otro camino y tomate de exportación ya casi no hay), aún existe en las islas gracias a esa barrera legal fitosanitaria, la que impone la Orden de 12 de marzo de 1987 del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, un texto legal que tantas veces han querido hacer añicos los importadores asentados en el archipiélago y en el que ahora ha hecho descansar el Gobierno central la solución más veloz y quizá más segura (una propuesta elevada a la Consejería) para abastecer el mercado canario de papa británica, un mercado local, por cierto, donde la papa escasea, a veces falta en los estantes (de manera especial la oferta propia), las compras están racionadas y los precios se hallan por las nubes.

El Ministerio, en un intercambio de información con Canarias, reconoce que la solución más rápida para sellar esta crisis de abastecimiento de papa pasa por abrir la citada orden para diferenciar en ella entre papas de consumo y de semilla importadas y para establecer la posibilidad de regionalización de las autorizaciones (terminar con la escala país) ante la presencia de brotes o plagas fitosanitarias en el exterior, algo que vendría muy bien en el caso actual de Reino Unido.

Para estar al tanto de la actual coyuntura de la papa en los puntos de venta, no hay más que darse un paseo por mercados, recovas, hipermercados y tiendas de barrio. Y lo peor: por ahora las soluciones no llegan para un producto básico, el que más en la dieta alimentaria de los canarios. Tampoco nada está resuelto acerca de la importación de papa de semilla desde Reino Unido, otra derivación muy preocupante del mismo asunto. 

El retraso en la llegada de semilla, porque Canarias casi solo se la compra a ese país (Reino Unido) y no la produce a escala industrial (debe tener certificación sanitaria y las más usadas tienen royalties), puede poner en riesgo las cosechas extratemprana y temprana que se recolectan en 2024. La tardía de 2023-24 ya debe estar en la tierra. Sin duda, es para estar muy nerviosos.

Hoy en día, el kilo de papa del país para variedades blancas (cara, recara, róster, spunta…) está en muchos lugares de venta por encima de cuatro euros el kilo; la papa de color, a excepción de la negra (con semilla certificada producida por Cultesa), no se consigue, pues no hay (poquísima cosecha y gran problema con la semilla, que es de repetición), y la oferta importada está cara y es de pésima calidad (mucho tiempo en cámaras…). Si alguien localiza algo de papa bonita, la tendrá que pagar a precio de oro.

Las organizaciones profesionales agrarias, totalmente en contra

En relación con la cuestión vinculada a la orden ministerial, las organizaciones profesionales agrarias representativas en Canarias (Asaga-Asaja, COAG, UPA y Palca-Unión de Uniones), unas con más convencimiento que otras (es verdad), siempre se han opuesto a modificaciones de esa norma estatal por temor a que la apertura de tal melón legal sea más perjudicial que beneficiosa, por mucho que se hable de cirugías menores y muy selectivas cada vez que se plantean actualizaciones.

Hay que decir que en esta ocasión la solución exprés propuesta por Madrid al bloqueo fitosanitario de las importaciones de papas de consumo y de semilla desde Reino Unido, según han confirmado fuentes de la Consejería de Agricultura (cuyo titular es otra vez -estuvo en el mismo puesto en 1995-99- Narvay Quintero -AHI-), tampoco ha sido aceptada.

Así lo han afirmado desde el área de Agricultura del Ejecutivo autonómico, que además han subrayado que el cese de las importaciones desde Reino Unido por el hallazgo de un brote inicial de escarabajo de Colorado en el condado de Kent se mantiene a día de hoy.

Esto, como se ha dicho, es posible en aplicación de la orden ministerial de 1987 y, por ahora, según lo indicado por la propia Consejería, para “el Gobierno de Canarias la modificación o derogación de la reseñada orden no es una opción que se contemple”. Madrid ya lo tiene asumido.

La Consejería de Agricultura además expone que actualmente solo se han detectado dos focos (el inicial es el de Kent) con escarabajo de la papa en Inglaterra, que se ha actuado para atajarlo a tiempo y que estos no constituyen una plaga, lo que incluso ha acreditado el Ministerio de Agricultura, en contacto continuo con las autoridades británicas. 

Además, las mismas fuentes han añadido que “permitir la importación o no de tubérculo desde Reino Unido (país fuera de la UE) es competencia del Ministerio”, aunque desde “el Gobierno de Canarias se les ha solicitado” que, si se autoriza la entrada de papa en las islas con origen británico, sea con la aplicación de las mayores medidas de seguridad y “de control sanitario: lavado de la papa, embolsado en sacos en las cooperativas (no en campo) y máxima trazabilidad del producto”, para así conocer al detalle su origen y el camino recorrido hasta su llegada al consumidor final.

En estos momentos, para que la importación desde Reino Unido se active, al menos desde zonas fuera de Inglaterra o alejadas de los focos (libres), es necesario que las autoridades de ese país avalen técnicamente las medidas de control definidas y trasladadas por España (en sintonía con Canarias) y que, con esas acciones establecidas, sea el Ministerio el que autorice el flujo comercial. 

Por ahora, esto no se ha producido. Además, esa sería la solución alternativa a la exprés propuesta por el Ministerio: la que no quiso Canarias por las razones ya enumeradas.

Dependencia extrema de la papa que produce Reino Unido

Canarias depende de forma extrema de Reino Unido para atender toda su demanda anual de papa, en torno a 160 millones de kilos. De esta cantidad, si las cosechas son las normales, lo que no ocurrió con las extratemprana y temprana en 2023, las islas pueden aportar de cosechas propias en torno a 90 millones de kilos, algo que este año no ha sido posible por la sequía, debido a que el cultivo es principalmente de secano, y por las plagas, como la muy presente aún polilla guatemalteca. 

Todo eso, unido al bloqueo de las importaciones británicas por el hallazgo del escarabajo de Colorado en agosto pasado, ha reducido la oferta de papa de manera brutal, ha dejado desabastecidos muchos mercados locales y ha elevado en exceso el precio del tubérculo, por lo general de muy baja calidad (casi todo el que se ofrece hoy es importado de Israel y Egipto).

Pero eso no es lo único malo, sino que además se une la imposibilidad de importar papa de semilla, que casi toda la trae Canarias de Reino Unido para las variedades blancas, y con ello las dificultades para sembrar, por ahora, las cosechas extratemprana y temprana, las más importantes en las islas. Estas deben estar bajo tierra a finales de año y en los primeros meses de 2024.

Así las cosas, no hay duda de que pintan bastos. A corto plazo, no existe otra solución que abrir la entrada, con las garantías sanitarias adecuadas, de la papa, tanto de consumo como de semilla, con origen en Reino Unido. Si esto no se logra en poco tiempo, habrá unos meses muy difíciles por delante, con mucha escasez de papa y precios irreconocibles, sin hablar de la muy mala calidad del tubérculo. Quizá un nuevo año con deficitaria producción local, por ahora debido a la inexistencia de semilla. Muy poco ya se puede esperar.

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