Un oro de ley
No tuvo rival. Tampoco en la final, ni que esta selección de USA fuera invencible. Bastante había hecho ya Serbia con llegar al último día. Y compitió hasta que así se lo permitió su rival. En cualquier caso, su campeonato ha sido impecable.
Serbia pasa por ser un equipo con un orgullo a prueba de todo. Tanto es así que, aún perdiendo por 30, Djordjevic animaba a sus jugadores como si rozaran la victoria. Y pronto creyeron en ella, pues su espectacular inicio de partido se tradujo en un 7-15 a favor. Fue entonces cuando Harden tomó el mando y, con 5 puntos seguidos, comandó el inicio de un parcial de 28-4 con el que se cerró el primer cuarto, con 35-19.
Y hasta ahí duró el sueño serbio. La avalancha de triples de Estados Unidos era incontrolable (Thompson, Gay, Irving, Harden).Mientras, solo
Bjeliça ofrecía la mínima resistencia (56-33). Al descanso, el saco de golpe había dejado molida a Serbia (67-41).
El segundo tiempo solo tuvo la historia que quiso escribir USA. Un equipo hasta cierto punto heroico que se sobrepuso a las ausencias de algunos de los mejores jugadores de la historia. Un equipo creado para ganar. Y lo hizo de una manera hermosa. Demostrando al mundo que hay NBA más allá de LeBron, Kobe, Carmelo o Durant.
Con el 129-82 de esta noche puso rúbrica a un oro de ley. Un oro que no tuvo al rival deseado. Otra vez será...
Ficha técnica
129 - Estados Unidos (35+32+38+24): Irving (26), Curry (10), Harden (23), Faried (12) y Davis (7) -cinco inicial-; Rose, Thompson (12), Cousins (11), DeRozan (10), Gay (11), Drummond (6) y Plumlee (1).
92 - Serbia (21+20+26+25): Teodosic (10), Kalinic (18), Markovic (3), N. Bjelica (18) y Raduljica (9) -quinteto inicial- Jovic (6), Krstic (4), Bircevic, Bogdanovic (15), Simonovic, Katic (2) y Stimac (7).
Árbitros: Stephen Seibel (CAN), Eddie Viator (FRA) y Borys Ryzhyk (UKR). Bjelica fue eliminado por cinco personales (min.35).
Incidencias: Partido correspondiente a la gran final de la Copa del Mundo, disputado en el Palacio de Deportes de Madrid, ante 13.673 espectadores. Lleno. Durante la final se oyeron gritos de “Orenga dimisión”. El rey Felipe VI presidió la final.