Santander cede dos viviendas a Cruz Roja para atender a una decena de refugiados
Una decena de refugiados sirios ocuparán dos pisos que el Ayuntamiento de Santander ha cedido a la Asamblea Local de Cruz Roja en el barrio de Cazoña y en los que se espera que se puedan instalar antes de un mes.
El alcalde de Santander, Iñigo de la Serna, y la presidenta de la Asamblea Local de Cruz Roja, Flora Sánchez, han visitado este lunes los dos pisos, de unos 100 metros cuadrados cada uno, y han firmado el convenio de cesión. De la Serna ha destacado la llegada “inminente” de los 10 refugiados que ocuparán estas dos viviendas, que han sido acondicionadas por el Consistorio y que Cruz Roja ahora amueblará y se encargará de dar de alta los suministros, que también asumirá.
También ha explicado que aún no se sabe desde dónde llegarán los refugiados que ocuparán estos pisos ya que, ha dicho, eso lo tendrá que decidir el Gobierno central. No obstante, podrían llegar desde Italia o desde el centro de Melilla.
En cualquier caso, esos 10 refugiados se instalarán en estas dos viviendas tuteladas por Cruz Roja que, según el alcalde, hace “una labor fundamental” para la atención y el acompañamiento de estas personas que “huyen de una muerte segura”.
Además, el alcalde ha insistido en que el Ayuntamiento sigue teniendo a disposición de los refugiados el centro de acogida Princesa Letizia, un equipamiento que ha explicado que está preparado para estancias cortas o incluso a medio plazo de “forma excepcional” porque “no es la solución habitacional definitiva”.
Por otro lado, De la Serna ha agradecido las “muestras de solidaridad” de los santanderinos que se han ofrecido a colaborar para paliar este “drama”. Así, dentro del programa municipal activado para esta situación, la oficina de voluntariado ha recogido ofertas de colaboración de 48 particulares y cinco instituciones, asociaciones y entidades.
60 plazas disponibles
La responsable del programa de atención a refugiados de Cruz Roja y coordinadora del Centro de Migraciones de Torrelavega, Sandra García, también ha visitado los dos pisos y ha explicado el trabajo que la organización hace con los refugiados una vez que llegan a Cantabria.
Además, ha indicado que, en estos momentos, Cruz Roja dispone de 50 plazas en el centro de Torrelavega y estas 10 que se han creado en Santander y que serán ocupadas “en menos de un mes” por refugiados sirios, que estarán en estas viviendas por un periodo aproximado de un año.
De cara a la ocupación de los dos pisos, ha señalado que, una vez estén dados de alta los suministros, la organización se lo comunicará al Ministerio para que las 10 plazas se ocupen “lo antes posible, antes de un mes a poder ser”.
Hasta el momento, García ha explicado que la nacionalidad mayoritaria con las que está trabajando Cruz Roja en Cantabria son ciudadanos ucranianos y, aunque ya ha llegado alguna familia siria a la región, el resto son mayoritariamente palestinos, iraquíes, afganos y paquistaníes.
Trabajo con refugiados
Según ha explicado su responsable, en el marco del Plan de Acogida e Integración del Ministerio de Empleo y Seguridad Social, Cruz Roja acompaña a los refugiados desde el primer día. También les ofrece apoyo psicológico y asistencia jurídica y les da clases de castellano e imparte talleres para el conocimiento de la sociedad española y sus costumbres.
La organización también les ofrece asesoramiento laboral, explicándoles cómo funciona el mercado de trabajo y cuáles son los empleos en los que se pueden formar. Y es que, aunque el nivel educativo de los refugiados que están llegando es medio-alto, “no les sirve porque no tenemos convalidación de los estudios”.
Todo este proceso se desarrolla mientras los refugiados residen en las viviendas tuteladas por Cruz Roja, un periodo que suele ser de un año cuando se entiende que ya “pueden vivir por su cuenta”. No obstante, la organización les sigue prestando acompañamiento con ayudas puntuales.
García ha destacado la importancia de que “todos los acojamos con humanidad” porque “son personas que salen de sus casas y no traen nada” ya que “no pueden”. “Huyen de zonas de conflicto en las que no se puede vivir”, ha añadido.