El PSC encomienda a Miquel Iceta el milagro de salvar el partido
Los militantes del PSC eligen este domingo a Miquel Iceta como primer secretario del partido, en sustitución de Navarro. Iceta fue el único candidato que consiguió reunir los avales necesarios, 4.321 firmas, más del doble de las necesarias, pese a lo cual en las sedes del PSC habrá dos urnas, una para elegir al secretario general del PSOE y otra para votar –o no– por Iceta, tal como dicta el reglamento. La única incógnita en clave catalana será saber qué porcentaje de apoyo tiene Iceta entre los dos más de 20.000 militantes llamados a votar.
El grado de apoyo de la militancia será clave en la tarea titánica que Iceta tiene por delante: recontruir un partido roto entre los diferentes sectores críticos, perdido entre dos aguas en el debate soberanista, incapaz de generar propuestas con enganche en la calle y hundido electoralmente. Que el panorama en el PSC es negro es innegable y, ante ello, la apuesta por Iceta, un veterano fontanero que se ha movido con astucia entre las bambalinas del partido durante dos décadas, es conservadora pero también desesperada. Fue la ausencia de candidatos de peso tras la renuncia de Navarro lo que precipitó el paso adelante de Iceta, que dejaba así de manejar el partido en la sombra para hacerlo desde el asiento más alto de Nicaragua.
Un asiento, el que ocupará Iceta desde este domingo, que la mayoría de barones socialistas miran con recelo después de que triturara sin piedad la carrera política de Pere Navarro, quien dejó de cosechar éxitos electorales tan pronto como abandonó el ayuntamiento de Terrassa. El puesto de primer secretario del PSC es hoy un manjar envenenado, en medio de una crisis del partido que no da síntomas de ir a remitir a corto plazo.
Esto explica en buena medida el paso atrás que a medidados de junio dio la alcaldesa de Santa Coloma, Núria Parlón, después de que los primeros espadas de las federaciones de más peso le pidieran que se postulara para encabezar el PSC. Parlón decidió en el último momento rechazar un puesto de liderazgo que tenía ganado para centrarse en la alcaldía y no inmolar su futuro en una tarea tan peligrosa como es la de reconducir el Partit dels Socialistes.
Iceta surgió entonces como solución de compromiso, casi por descarte. No es, desde luego, una opción renovadora, pero sí uno de los mayores activos que le quedan al PSC. De probada capacidad, Iceta ha sido una político siempre fiel al partido en los buenos y malos momentos. Es respetado por las federaciones y tiene suficientes pocas hipotecas como para crear una ejecutiva dinámica y tender puentes con los críticos. En el PSC se ha instalado la sensación de que si alguien puede salvarles, ese es el fontanero Miquel Iceta, un hombre que, no está demás recordarlo, también es por fuerza corresponsable de la actual situación.
Un ojo puesto en el PSOE
Los socialistas catalanes tendrán este domingo la vista más puesta en la urna para votar al secretario general del PSOE que en la del PSC. Al contrario que la catalana, la urna del PSOE decidirá el rumbo del partido en los próximos años, un asunto relevante para Iceta, que estará entre la espada del soberanismo y la pared de una ejecutiva en Ferraz de la que, gane quien gane, se espera inmovilismo respecto a Catalunya.
Tanto Eduardo Madina como Pedro Sánchez han cerrado la puerta a la consulta sobranista catalana y se han plegado a la Declaracion de Granada como documento que guiará su acción territorial. Sin embargo, ambos han propuesto una financiación diferenciada para Catalunya, y Sánchez se ha decantado por un federalismo de corte asimétrico. Pérez Tapias es el único candidato que ha hablado de la plurinacionalidad del Estado y aceptaría un referendum consultivo en Catalunya.
El de facto ya lider del PSC, Miquel Iceta, ha mostrado buena sintonía con Pedro Sánchez, que visitó Catalunya la última semana de la campaña. En el acto central del candidato en Barcelona, que llenó la sede de los socialistas, Sánchez elogió a Iceta y se dejó querer por los militantes de la federación.
Con Madina, en cambio, Iceta ya ha tenido algunos desencuentros sonados durante la campaña. Durante la última visita a Catalunya el diputado reclamó al lider del PSC que integrará la pluralidad del partido en la nueva ejecutiva, una petición a la que Iceta salió al paso para defender la soberania del Partit dels Socialistes, respondiendo que “nunca un dirigente del PSOE se había atrevido a decir cómo había de ser la ejecutiva del PSC”.
Dos fechas electorales en un año
La nueva dirección del PSC tiene por delante un calendario muy apretado con dos llamadas a las urnas previstas a un año vista. La primera será el 9 de noviembre, fecha pactada por CiU, ERC, ICV-EUiA y CUP para celebrar la consulta soberanista. Pese a que quedan poco más de 100 días, las dudas de que la consulta llegue a producirse no se disipan. Ni siquiera el president Artur Mas niega que hay psoibilidades de que se todo termine desembocando en unas elecciones plebiscitarias.
Es este segundo escenario, el de las elecciones plebiscitarias, el que supone un verdadero reto para el PSC. Si terminaran formándose varios bloques, el PSC debería elegir si concurre en solitario, si hace piña con el bloque unionista o si intenta el pacto con otras formaciones federalistas.
El momento electoral que sí está seguro es el de las elecciones municipales, que tocan en 2015. El PSC tiene el desafío de revalidar los últimos centros de poder histórico que le quedan: los ayuntamientos de la mayoría de grandes ciudades catalanas del Area Metropolitana y capitales de provincia. Un examen complicado. El PSC ha perdido entre las elecciones munipales de 2011 y las europeas de este año 11 puntos en porcentaje de voto, y la tendencia descendente es plausible en todos los sondeos.
También la alcaldía de Barcelona será una prueba de fuego para Iceta, que dió apoyo al equipo del candidato Jaume Collboni en las primarias abiertas de la capital. Los socialistas necesitan un buen resultado en un ayuntamiento que han gobernado durante 32 años, del que salieron en 2011 y que les será difícil recuperar debido a las buenas perspectivas de ERC y, sobre todo, si la candidatura de ruptura impulsada por Ada Colau, Guanyem Barcelona, termina tomando forma.