La pugna entre independentistas y comunes explicada en nueve municipios
“Hemos ganado al independentismo en Catalunya”, proclamó Pablo Iglesias en el debate a cuatro con el resto de candidatos a la presidencia. Realizar un 'fact checking' preciso de esta frase no es fácil. Por un lado, el 20 de diciembre En Comú Podem fue la candidatura más votada, superando por separado tanto a ERC como a CDC. Pero, respecto a la suma de los partidos independentistas, los de Domènech quedaron 6 puntos por detrás. Para acabar de complicarlo, decir que el independentismo ganó tampoco es acertado, ya que los partidarios de la secesión obtuvieron solo uno de cada tres votos.
Como se desprende de esto, la pugna entre independentistas y comunes es ajustada en Catalunya. Repasamos a continuación nueve ciudades que son escenarios de esta batalla y cuyas características determinarán el desenlace de la lucha entre los polos principales el 26J.
1- Barcelona: el independentismo aún se impone
La capital catalana es el buque insignia de En Comú, donde gobierna su líder y cara más conocida, Ada Colau. Barcelona es una ciudad donde, al igual que en la mayor parte del área metropolitana, la hegemonía del PSC ha sido total durante tres décadas. Sin embargo, a diferencia de la zona industrial, en la capital el voto a partidos nacionalistas catalanes nunca ha sido residual. La suma entre Convergència y Esquerra siempre se ha situado por encima del 25%, llegando en muchas ocasiones al tercio de los sufragios.
La caída del PSC a partir de 2011 alimentó al bloque independentista, que en las pasadas generales rozó en conjunto el 30% de los votos. La entrada de En Comú en su ciudad bandera fue destacada, con un 26,6%. El porcentaje barcelonés de los comunes fue 2 puntos superior a la media catalana, pero quedó un poco por debajo del obtenido en la provincia.
2- Sabadell: alcalde de ERC, victoria de En Comú
La cocapital del Vallés Occidental es la ciudad más grande que ERC gobierna desde las pasadas elecciones municipales. El 24 de mayo de 2015 caía en Sabadell el círculo de poder del exalcalde socialista Manuel Bustos, manchado por la trama de corrupción del caso Mercurio. El fin del bustismo dejaba en Sabadell una izquierda fragmentada en el que las marcas de ICV-EUiA, ERC y la CUP obtenían cada una 4 concejales, ascendiendo finalmente a la alcaldía el republicano Juli Fernàndez. Para ERC, la alcaldía de Sabadell significa la posibilidad de gobernar en las zonas industriales y urbanas de mayoría castellanoparlante que históricamente se le habían resistido.
Sabadell es, sin embargo, una de las ciudades donde En Comú sí ganó al independentismo en las pasadas generales. En su ciudad natal, Xavi Domènech obtuvo un importante 29% de los votos, mientras que ERC se quedó en el 14% y CDC en el 12,2%. Como en todo el Vallés, la presencia del PSC aún es importante en Sabadell, donde quedó en segunda posición con un 18%.
3- Salt: margen de 31 votos
El caso de Salt, una ciudad de 30.000 habitantes colindante a Girona, tiene similitudes con el de Sabadell. Tras décadas de hegemonía socialista, las municipales de 2015 llevaron a ERC a la alcaldía. Sin embargo, en las pasadas generales, En Comú consiguió imponerse a los de Gabriel Rufián. A tenor de aquellos resultados, la pugna entre comunes y republicanos es feroz, hasta el punto de que quedaron separados por 31 votos. ERC ha llevado esta semana su campaña hasta la localidad gerundense para tratar de reconquistar la ciudad.
El caso de Salt es representativo de las zonas del interior catalán en las que la caída del socialismo ha dado lugar a un importante alza independentista. En las últimas generales, la suma de ERC y CDC consiguió un 36,8% de los votos, un porcentaje superior a la media catalana.
4- Tortosa: el voto dual
La capital de las Terres de l'Ebre es otro de los municipios que muestra un comportamiento dual entre municipales y generales. En las pasadas municipales, CDC consolidó su dominio tradicional, consiguiendo uno de cada tres votos. Sin embargo, en las pasadas generales, En Comú se situó en el primer lugar del podio, con un 22% de los votos. ERC le siguió entonces a poco menos de tres puntos.
En la zona sur de Catalunya el independentismo tiene un tirón importante. El 27 de septiembre las candidaturas partidarias de la secesión obtuvieron más de un 50% en la mayoría de los municipios de estas comarcas. En las generales, en cambio, la suma de las candidaturas de CDC y ERC en Tortosa no alcanzó el 40%. En Comú ha querido asegurar la zona en esta campaña con un acto en Sant Carles de la Ràpita. Domènech busca obtener el segundo diputado por Tarragona, del que se quedó a unos 15.000 votos en las pasadas elecciones.
5- L'Esquirol: el independentismo manda en el interior
Este pequeño pueblo de 2.000 habitantes en la comarca de Osona es el ejemplo más extremo del dominio del independentismo en las zonas rurales del interior catalán. En las pasadas elecciones generales, la suma de las candidaturas independentistas dio un 80%. En Comú tiene ciertos problemas para acceder a estas zonas, de fuerte tradición convergente y alejadas de la costa.
Es en lugares como L'Esquirol donde mejor puede observarse el cambio en la hegemonía del independentismo. En 2008 y 2011, Convergència obtuvo en el municipio una holgada victoria, sobre el PSC, primero, y sobre ERC después. Sin embargo, el pasado 20-D, los republicanos se impusieron por un par de puntos. Este sorpasso interno por la mínima en las zonas rurales, junto con la práctica desaparición de CDC en los núcleos urbanos del cinturón industrial, explica el reciente auge de los de Junqueras, espoleado por el sentimiento independentista.
6- Lleida: ¿quién se reparte los restos del PSC de comarcas?
Lleida y su provincia han tenido tradicionalmente comportamientos diferentes. La capital muestra un comportamiento más izquierdista que el resto del territorio, y una menor tendencia a votar a opciones nacionalistas catalanas. El comportamiento se repitió en las pasadas generales, cuando En Comú consiguió ser la formación más votada en la ciudad, con un 19,1%, mientras que quedó tercera en la provincia, con un 15,3%. Al independentismo le ocurrió lo contrario.
En la ciudad de Lleida, el PSC se impuso en todas las generales hasta 2011, si bien la diferencia entre socialistas y convergentes nunca fue tan acusada como en otras zonas de dominio del PSC, como el cinturón barcelonés. Ahora, tanto independentistas como comunes tienen su principal caladero en el voto socialista leridano, que ha caído a la mitad respecto a su media histórica. Como en otros lugares, en el caso de Lleida también es ERC la que tira ahora del voto independentista, que sumado supera al de En Comú en casi 10 puntos.
7- Castelldefels: La frontera En Comú - C's
Esta ciudad del Baix Llobregat explica las dificultades del voto independentista en buena parte de la franja costera que se extiende entre Barcelona y Tarragona. Con una alcaldesa de ICV que le arrebató la silla al PP el año pasado, en las últimas generales En Comú se impuso por 2.000 votos a Ciutadans. Los de Rivera superaron el 20% de los votos aquí, igual que en otros municipios de composición política similar como Salou, Sitges o Cambrils. La suma del independentismo en Castelldefels no llegó al 15%.
En la zona que Castelldefels representa En Comú tiene una batalla, pero no es contra el independentismo, sino contra el PSC y Ciutadans. El perfil soberanista de Domènech no facilita el éxito en estos municipios, que tienden a votar con una óptica marcadamente unionista. Pese a eso, como se demostró en las pasadas generales, los moradso tienen capacidad para llevarse el municipio.
8- El Prat: donde el PSC resiste
Es otro de los municipios con alcaldía de Iniciativa y donde En Comú obtuvo más de uno de cada 3 votos el 20-D. En esta localidad del Llobregat, el independentismo hizo un escaso 12% de los votos. La batalla entre independentistas y comunes no tiene sentido en este caso. En cambio, los de Iglesias sí compiten con el PSC, que logró obtener un 23% en El Prat, 7 puntos más que en el conjunto de Catalunya.
Como en otros muchos municipios del Baix Llobregat, que en otra época fueron su gran feudo, el socialismo aguanta en mejores condiciones que en el resto del país. En ciudades como L'Hospitalet, Badalona, Cornellà o Terrassa, En Comú ganó, pero el PSC aguantó como segundo partido.
9- Sant Cugat: los últimos bastiones de CDC
Sant Cugat del Vallès es una de las ciudades con más renta per cápita de Catalunya, y una de las pocas alcaldías grandes que aún controla Convergència. Como se deduce, la competición del independentismo con En Comú está liderada aquí por los convergentes, que en las pasadas generales lograron superar a Domènech por 1.000 votos. En este municipio la derecha ha ganado las generales con frecuencia, ocupando CiU y PP los primeros puestos, menos en las dos legislaturas de Zapatero, cuando el socialismo se impuso.
El pasado 20-D, Convergència revalidó su liderazgo. Pese a esto, En Comú hizo un importante 20%. El independentismo tampoco flaqueó en esta ocasión, superando el 40% de los apoyos. Ciudades de rentas altas como Sant Cugat, con una composición social de marcada procedencia de la burguesía catalana, ejemplifican el paso al independentismo de una parte de la clase alta catalanista con el giro de Convergència hacia estos postulados.