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El viaje hacia la irrelevancia del PP en Catalunya

La candidata del PP por Barcelona, Cayetana Álvarez de Toledo, junto al presidente del PP en Catalunya, Alejandro Fernández, en un acto de la campaña electoral.

Pol Pareja

¿Podría el PP desaparecer en Catalunya? En el partido califican esta posibilidad de exageración, pero reconocen que la situación es la más delicada de su historia: sin grupo propio en el Parlament, con sólo una alcaldía en todo el territorio y, tras el 28 de abril, sin ningún dirigente catalán en el Congreso.

“Los ánimos están bajos”, reconocía este lunes un miembro de la dirección del partido. En el PP sabían que, ante la irrupción de Vox, difícilmente repetirían los 6 escaños conseguidos en 2016, pero confiaban en obtener como mínimo dos o tres diputados por Barcelona. En ningún momento esperaban un golpe tan duro y que sólo Cayetana Álvarez de Toledo obtuviera su escaño en Catalunya.

Los populares ni siquiera han aguantado en sus principales feudos urbanos. En Tarragona y Lleida, donde quedaron segundos en 2016, han bajado hasta la sexta posición. En Barcelona han pasado de la tercera a la séptima y en Badalona, feudo de Xavier García-Albiol, los votos pasaron del 16,67% al 6,52%. También en Castelldefels, donde ganaron en las últimas municipales, el partido ha pasado de segunda a quinta fuerza.

La sangría de votos ha sido muy dura y confirma una tendencia a la baja: desde 2012, el PP pierde votos en Catalunya cada vez que se celebran elecciones, ya sean generales, autonómicas o locales. En las municipales de 2015 se fueron 128.708 votos. En las autonómicas de 2017, el partido perdió 162.774 electores. En las de este domingo perdieron 262.460 votos.

Las fuentes consultadas no creen que los malos resultados obtenidos en Catalunya se puedan achacar a la campaña de Álvarez de Toledo. “Cayetana es muy buena y la campaña también lo ha sido”, respondían este lunes. “Los resultados han sido malos en todo el país”. En la sala de máquinas del PP no acaban de entender por qué una campaña en la que Álvarez de Toledo ha llenado y entusiasmado en los actos no se ha traducido en un buen resultado en las urnas.

A diferencia de algunas voces que han surgido en el resto de España, en el partido evitan criticar la campaña del presidente de la formación, Pablo Casado, que mantiene muy buena relación con los dirigentes en Catalunya. El actual presidente del PP catalán, Alejandro Fernández, hizo campaña para Casado en las primarias mientras que Enric Millo apoyó a Soraya Sáenz de Santamaría y Dolors Montserrat a Dolores de Cospedal.

Una lista elaborada desde Madrid

A pesar del apoyo cerrado a Casado, en el partido no sentó bien que todos los puestos de salida quedaran en manos de candidatos ajenos a la dirección catalana. El primer puesto fue para Álvarez de Toledo. El segundo para el tertuliano Joan López Alegre y el tercero para la presidenta de Nuevas Generaciones en Catalunya, Irene Pardo. Había que ir hasta el cuarto puesto para encontrar a Juan Milián, vicesecretario de Estudios y Programas y el candidato por el que realmente apostaba la dirección del PP en Catalunya para ir de número dos o tres.

Los resultados han sido peores de lo esperado y ahora no habrá ningún dirigente catalán del PP en el Congreso. Las fuentes consultadas desvinculan esta decisión del propio Casado y la achacan a Javier Maroto, el director de campaña, aunque reconocen que la opción de Álvarez de Toledo era una apuesta personal del presidente del partido.

Ante la desazón por los resultados del domingo, en el partido se han conjurado para pelear por las próximas elecciones municipales y europeas, en las que el PP catalán podría volver a obtener algún tipo de representación. En la dirección recuerdan que la cabeza de lista para las europeas, Dolors Montserrat, es catalana y confían en obtener buenos resultados en Badalona y Castelldefels que les permitan gobernar en estos ayuntamientos.

En Barcelona, el partido luchará para frenar ese viaje hacia la irrelevancia y peleará para que su candidato, Josep Bou, consiga entrar en el pleno y el PP no desaparezca de la capital catalana. “Las municipales serán un 'match ball' para nosotros”, aseguraban este lunes desde la sede de calle Urgell.

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