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¿Durará el único Gobierno autonómico PSOE-Podemos hasta final de legislatura?

José García Molina (Podemos) y Emiliano García Page

Francisca Bravo Miranda / Alicia Avilés Pozo

  • El Ejecutivo de Emiliano García-Page ha retenido la Ley de Garantía de Ingresos de Podemos culpando al diputado ‘crítico’ David Llorente
  • Este último ha contraatacado acusando al presidente regional de utilizar ese “veto” para “justificar” la salida de la formación morada del Gobierno
  • En el trasfondo está la historia de un conflicto interno en Podemos entre Llorente y su secretario general, José García Molina, que ha culminado en una guerra de expedientes

La misma semana en que ha caído el proyecto de Presupuestos Generales del Estado de Pedro Sánchez y se han convocado elecciones generales para el 28 de abril, Castilla-La Mancha ha vivido su propia ‘semana negra’ en lo político, y más concretamente, en lo referente al pacto de gobierno que PSOE y Podemos mantienen en esta comunidad autónoma, el único en todo el país. Minutos después de que los miembros de la formación morada en el Ejecutivo, José García Molina e Inmaculada Herranz, anunciaran la luz verde a su proyecto de Ley de Garantía de Ingresos, el portavoz del Ejecutivo socialista señalaba que este texto legislativo quedaba retenido y no se remitiría a las Cortes. Culparon de ello al diputado ‘crítico’ de Podemos David Llorente. Días antes había abandonado una comisión parlamentaria en protesta por la negativa del Gobierno a tramitar en el Parlamento su propuesta de ley contra la minería de tierras raras. Pero en la Junta han alegado no tener la garantía de que fuera a votar a favor de la Ley de Garantías y otros proyectos, pese a que el parlamentario ya había afirmado en anteriores ocasiones que respaldaría el texto legislativo de su partido.

Ocurre que el contexto de esta situación es mucho más amplio. Desde el Gobierno de Emiliano García-Page han observado “con preocupación” el conflicto interno que arrastra Podemos en Castilla-La Mancha, según fuentes consultadas por eldiarioclm.es.  En las elecciones de 2015, Podemos logró dos diputados con casi el 10% de los votos. José García Molina y David Llorente, los nuevos parlamentarios, pasaron a formar parte de la historia de unas Cortes regionales completamente nuevas: se rompía el bipartidismo y advirtieron, desde el inicio de las sesiones, de que no cederían ante el PSOE.

García Molina y Llorente no se conocían antes de ser elegidos como diputados y vienen de distintas corrientes dentro de Podemos. Molina ha sido el único secretario general de la formación y viene fuertemente avalado por Pablo Iglesias, mientras que Llorente es miembro de la corriente de Anticapitalistas. Las diferencias entre ambos diputados no se han escondido y aunque el partido siempre ha restado importancia a las críticas mutuas, estas se han dejado ver desde el principio.

Los últimos acontecimientos que se han visto en Podemos son el desenlace de una larga historia de desencuentros principalmente entre Llorente y el resto de la formación. El diputado por Guadalajara ha denunciado en varias ocasiones la falta de apoyo del grupo parlamentario de la labor que ha llevado a cabo en las distintas comisiones y plenos.

Entrar en el gobierno, el culmen de la crisis

Numerosas decisiones de Podemos se habían sucedido antes sin que David Llorente estuviera de acuerdo. Primero, el rechazo a los Presupuestos regionales de 2017, que el Grupo Parlamentario acordó sin consutarle. Después, la firma de la paz con la entrada de este partido en el Gobierno de García-Page, que Llorente rechazó desde el principio. Las semanas antes de que el partido entrase por primera vez en un Gobierno regional, el diputado criticaba que García Molina se hubiese negado a convocar un Consejo Ciudadano para elaborar la estrategia de cara a unos nuevos presupuestos y aseguraba que el principio de acuerdo era una manera de convertir al partido en una “muleta” del PSOE. El argumento de la “muleta” ha sido esgrimido en numerosas ocasiones por el diputado desde que Podemos pasase a ser parte de la Junta de Comunidades. Las críticas de David Llorente fueron muy duras: “Entrar en el Gobierno de Page genera un coste político inasumible”.

Las primarias para elegir al candidato del partido para liderar la candidatura de la Junta de Comunidades en las elecciones de 2019 fueron el momento perfecto para escenificar el conflicto entre García Molina y su equipo y David Llorente. Las acusaciones del diputado fueron numerosas, e incluían votaciones “fuera de plazo” y que el equipo encargado del proceso era parte de la lista de García Molina. Nueve miembros del Consejo Ciudadano regional pidieron también la dimisión de María Díaz como secretaria de Organización, pero Díaz no lo valoró como una cifra significativa dentro del organismo. 

El último episodio y desencadenante de la situación actual fue que Llorente abandonara el debate en comisión del proyecto de Ley que modificará el funcionamiento del Consejo de Formación Profesional de Castilla-La Mancha. Esto permitió que se incorporaran al dictamen las enmiendas del PP y la guerra de expedientes entre él y su compañera de grupo parlamentario, María Díaz. 

Ahora, la Ley de Garantía de Ingresos y Garantías Ciudadanas, impulsada por Podemos, está en 'stand by', a pesar de que su proyecto ha recibido la luz verde en Consejo de Gobierno. Inmediatamente después de que García Molina anunciase la aprobación del texto junto a la Consejera para la coordinación del Plan de Garantías Ciudadanas, Inmaculada Herranz, el portavoz del Gobierno, Nacho Hernando, anunció que no se remitiría el texto a las Cortes regionales hasta que no se garantizase un “cambio en la actitud” de David Llorente. Hernando dio a entender que no sabía si García Molina y Herranz conocían la decisión de Emiliano García-Page de presionar así a Llorente, pero fuentes cercanas a ambos partidos han confirmado a eldiarioclm.es que los dirigentes de Podemos conocían la situación.

La cuestión es confusa. Desde el Ejecutivo han dado por hecho que la actitud de Llorente impedirá aprobar las leyes pendientes. Por ejemplo, el consejero de Agricultura, Medio Ambiente y Desarrollo Rural, Francisco Martínez Arroyo, afirmó hace dos días que era “una pena” que las leyes de Evaluación Ambiental y de Economía Circular (de las más importantes de la legislatura) no llegaran a “ver la luz”. Con ello, constataba que el Gobierno daba por retenidas también otras normativas pendientes de aprobación.

El propio Llorente ha respondido a toda esta maraña de declaraciones. Ha vuelto a garantizar su voto favorable a la Ley de Garantías y ha devuelto la responsabilidad a García-Page: “Lo único que hace falta” para darle luz verde es que el presidente regional “deje de retenerla”. “Y si no lo hace será él quien tenga que dar explicaciones. Pero Page no va a permitir la aprobación de esta ley ni otras que no le interesan, por eso veta la tramitación y el debate parlamentario de cualquier cuestión que le pueda perjudicar y que pueda permitir a Podemos apuntarse un tanto político”, ha agregado.

“La antesala de un futuro pacto con Ciudadanos”

El portavoz morado cree que García-Page da por concluida la legislatura, y con este “veto” lo que hace es “construir el marco para justificar la salida de Podemos del Gobierno regional y el inicio de un giro más pronunciado hacia la derecha como antesala de su futuro pacto con Ciudadanos”. “Todo esto no es más que la teatralización de una decisión que ya está tomada. De hecho, Page lleva tiempo preparando este escenario. Por eso veta nuestras iniciativas parlamentarias una detrás de otra”, ha considerado, recordando el “bloqueo” de la Comisión de Investigación por el incendio de Seseña o la posición contraria a las enmiendas a la Ley de Mecenazgo y la Ley de Memoria Histórica.

También ha tenido críticas para su partido. Ha dicho que en la dirección de Podemos “debería haber visto encendidas todas las alarmas” ante esta actitud del Gobierno regional, de quien ha dicho que ha utilizado la “promesa” de aprobar las leyes como “elemento disciplinador” de la formación morada. “Pero la dirección de Podemos se ha mantenido callada, asumiendo dócilmente veto tras veto, hasta quedar políticamente anulada”.

A estas palabras ha respondido el PSOE. El diputado Fernando Mora ha advertido al diputado de que “hay que ser fieles a los pactos y a los acuerdos” y que si Podemos forma parte del Gobierno, “no le parece” que su portavoz parlamentario vaya “por libre organizando el mundo”. “No lo entiendo”, ha sentenciado. “No sé en nombre de qué partido habla Llorente”, ha incidido el parlamentario socialista, quien ha pedido al diputado de Podemos que se deje de “historietas” y ha defendido, tras las críticas del diputado de la formación morada, que el Consejo de Gobierno sí ha aprobado el Proyecto de Ley de Garantía de Ingresos y Garantías Ciudadanas.

Mientras tanto, ni la parlamentaria María Díaz ni el líder regional de Podemos, José García Molina, se han pronunciado al respecto después de que la Ley de Garantías fuera retenida. En estos momentos resta mes y medio para la disolución de las Cortes castellano-manchegas, pero antes lo harán las Cortes generales conforme a la convocatoria del 28A. PSOE y Podemos iniciarán, a nivel nacional, sus campañas electorales por separado. ¿Llegará vivo el pacto en Castilla-La Mancha? ¿Se escenificará una ruptura o ambos partidos dejarán que se disuelva junto al Parlamento, sin ninguna “teatralización”?

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