¿Que pasó con el “proceso constituyente”?
Hace apenas un año, en todas las fuerzas emergentes que habían surgido o se habían fortalecido como consecuencia del 15 M la necesidad de abrir un proceso constituyente era algo más que un mero concepto retórico. Incluso hasta en las fuerzas del llamado “régimen”, e incluso en algunas de centro-derecha, se admitía sin rubor que la Constitución del 78 estaba obsoleta y que era preciso abrir un proceso de “reformas”.
Pues bien, un año después todo eso ha desaparecido. Lamentablemente. Tal vez esa sea la principal conclusión a la que se puede llegar tras asistir a la tediosa sesión de investidura del señor Rajoy, llena de intervenciones mediocres plenas de latiguillos, frases hechas, mucha cobardía y poco atrevimiento más allá del postureo.
Y precisamente, tal vez en estos ocho meses que van desde el 20 D y las primeras elecciones , y sobre todo en el debate de investidura reciente, el régimen de la Constitución del 78 ha mostrado más que suficientemente otra de sus sombras: el ser un sistema diseñado para que las élites partidistas se pongan de acuerdo, negocien a escondidas, en pasillos oscuros y con susurros, el constituir una apuesta electoral para que las élites pasteleen y se repartan el negociado...y todo ello a espaldas a los ciudadanos, que son/somos unos personajes incomodos, unos bultos sospechosos, y poco más...De ahí que no paren de dar la brasa con eso de que votar otra vez sería un drama poco más o menos...y que lo importante es que se pongan de acuerdo (en lo que sea oiga) para que los ciudadanos nos ocupemos de nuestras cosas, y la élite política y económica pueda seguir a lo suyo; a repartirse el pastel impunemente... Ya se sabe lo que le dijo Franco a un Ministro : “oiga, haga como yo, no se meta en política”.
Resumiendo, el régimen del 78 incide en lo más rancio del franquismo; incide que los ciudadanos deben/debemos estar totalmente despolitizados, y que la política es cosa de unas élites (en términos modernos aunque también en desuso “casta”) que son los que “saben”.
Ahora bien, lo más lamentable es que la necesidad de una nueva Constitución, de abrir un proceso constituyente, ha desaparecido como he dicho totalmente del escenario...cuando hace unos meses era tema estrella. Que las fuerzas del régimen en realidad no estaban por la labor era más que evidente. Sin embargo más preocupante es que Unidos Podemos haya renunciado a ese imprescindible proceso constituyente, y es que ya son demasiadas las renuncias de la formación morada y de UP, como por ejemplo la reivindicación plena de una República.
Y por cierto, con una República federal semipresidencialista, con elección a dos vueltas, hace tiempo que tendríamos gobierno, y lo tendríamos con luz y taquígrafos. Tal vez la crítica incidiría en el bipartidismo, pero no creo...los partidos pequeños tendrían la oportunidad de decantar la segunda vuelta y de conseguir buena parte de su programa a cambio de su apoyo. Es una propuesta tan buena o tan mala como cualquier otra, ¿qué miedo hay a discutirla? ¿Qué miedo hay a abrir un proceso constituyente? ¿Es mejor acaso seguir con el sistema, la podredumbre y la desesperanza actuales?
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