Un ultra del partido España 2000 se sienta en el banquillo por delito de odio: la Fiscalía pide dos años y medio de cárcel
El ultra David U. C. se sienta este martes en el banquillo de los acusados ante la sección quinta de la Audiencia Provincial de València. El hombre, que se presentaba en su perfil de X (antes Twitter) como responsable de redes sociales del partido de extrema derecha España 2000, está acusado de un presunto delito de odio por haber publicado en la página web del grupúsculo neofascista un artículo en el que usaba la viruela del mono para arremeter contra el colectivo LGTBI.
La Fiscalía le pide dos años y medio de prisión por un presunto delito cometido con ocasión del ejercicio de los derechos fundamentales y de las libertades públicas garantizadas en la Constitución.
El Ministerio Público solicita además la pena de inhabilitación especial para profesión u oficio educativo, en el ámbito docente, deportivo y de tiempo libre por un periodo de seis años.
El hombre, que ha sido candidato en varias listas de formaciones ultras, escribió en la página oficial de España 2000 “expresiones ofensivas y humillantes” contra el colectivo LGTBI “encaminadas a propagar el desprecio, la hostilidad y la animadversión hacia los mismos”, según reza la calificación provisional de la sección de delitos de odio de la Fiscalía Provincial de València. David U. C. también difundió la publicación en redes sociales, según la Fiscalía.
El acusado vinculó la viruela del mono con el colectivo LGTBI: “Y parece ser que no hay duda de que la transmisión se efectúa no por ser gay, sino por realizar prácticas sodomíticas perversas en locales de ambiente... sauna —vamos, lugar de fornicación indiscriminada entre maricas— llamada Paraíso”, escribió el 23 de mayo de 2022 en la página web de la formación ultraderechista.
“Animadversión” hacia el colectivo LGTBI
También agregó que “los comportamientos sexuales de los 'pierdeaceites' se están convirtiendo, de nuevo, en un problema de salud pública, y de los gordos”. La Fiscalía considera que las expresiones utilizadas pretendían expandir un “ambiente de hostilidad, rechazo y animadversión” hacia el colectivo LGTBI.
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