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Conoce este truco para no empañar las gafas cuando llevas la mascarilla

Foto: ConsumoClaro

Jordi Sabaté

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Somos legión los que sufrimos de “ceguera húmeda” tras unas gafas y con la mascarilla puesta cuando paseamos al perro, vamos al mercado a comprar o cruzamos la ciudad en metro para ir o volver de trabajar. Sucede que al respirar empañamos los cristales, ya que la mascarilla obliga a enviar el aire caliente y húmedo de nuestro aliento por la única salida que encuentra, la apertura superior (no nos fiemos de la mascarilla si no ocurre así, pues querrá decir que el poro no es el adecuado).

De esta suerte, el aire de nuestra respiración, que sale a 36º más o menos, choca contra la superficie fría de nuestras lentes y condensa dejando una capa de vaho como la que se forma en nuestros ventanales en invierno cuando fuera llueve y hace mucho frío. Esta capa es la culpable de que muchos de nosotros lo pasemos mal en las circunstancias arriba relatadas.

Algo similar nos sucede a muchos de los que practicamos la natación con las gafas de nadar: cuando entramos en calor y nuestra piel comienza a transpirar, el vapor que emitimos empaña la superficie interior de las lentes y no nos permite ver. En este caso lo solucionamos con un poco de saliva frotada contra el cristal, de modo que se forme una capa mucosa transparente que evite que el vapor se adhiera.

El problema con las gafas es que no podemos hacer lo mismo porque la saliva provoca cierta distorsión de la imagen que no nos permitiría escribir o leer con claridad, cuestiones higiénicas y estéticas aparte. No obstante, en este caso también hay un remedio casero sencillo y rápido que también impedirá que el vaho se peque a la lente y nos ciegue.

Cómo eliminar en tres pasos el vaho de las gafas cuando llevamos mascarilla

  1. Tomamos una pastilla de jabón seca, que sea un poco untuoso.
  2. Frotamos una esquina por la cara interior de las lentes, haciendo rayas.
  3. Pasamos una gamuza de limpiar lentes, de modo que difumine el jabón formando una capa transparente y sin manchas ni partes sólidas.

Ya está, así de sencillo es eliminar el vaho, al menos en gran medida, aunque los resultados no siempre son perfectos. De todos modos nos permitirá la visibilidad suficiente para poder ejercitar nuestras tareas sin mayores problemas. Además, en caso de que se forme un poco de vaho, comprobaremos que el mismo no se adhiere y se elimina invemdiatamente.

Después, cuando queramos desprendernos de la capa de jabón, no hay más que aplicar agua a los cristales para que se retire y de paso nos las limpie adecuadamente sin dañar los cristales.

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