El asesino de Lennon confiesa haberlo hecho “buscando la gloria” y pide perdón a Yoko Ono: “Merezco la pena de muerte”
El 8 de diciembre de 1980, poco antes de las 11 de la noche, Mark David Chapman disparó cinco balas de su revólver contra John Lennon en la entrada de la residencia del músico, el edificio Dakota en la ciudad de Nueva York.
Fue el mismo día en que la fotógrafa Annie Leibovitz les hizo a Lennon y Ono la que sería su foto más famosa para ilustrar la portada de la revista Rolling Stone. Solo unas horas antes, cuando el músico subía en su limusina camino al estudio, había firmado una copia de Double Fantasy al hombre que poco después lo mataría.
Las motivaciones del asesinato nunca han estado claras y siguen siendo objeto de debate y de teorías conspiranoicas. Todo esto ayudado porque el propio asesino nunca había comentado cuáles fueron los motivos que lo llevaron a acabar con la vida de una de las mayores estrellas de rock de la historia, más allá de, como declaró en el juicio, una voz en su cabeza que le decía “hazlo, hazlo, hazlo”, mientras apretaba el gatillo.
El mes pasado, en la undécima reunión de la comisión que debe revisar si el condenado está listo para la libertad provisional, Chapman declaró que lo hizo buscando la gloria y, como ya había hecho en ocasiones anteriores, expresó su arrepentimiento.
“Lo asesiné... porque él era muy, muy, muy famoso y esa es la única razón y yo buscaba en gran, gran, gran medida la gloria para mí. Muy egoísta”. Estas son algunas de las palabras de Chapman ante la comisión según la transcripción que se hizo pública el lunes.
Del mismo modo, dijo merecer la pena de muerte por un acto tan “despiadado” y pidió perdón a la viuda de Lennon, Yoko Ono, afirmando que no deja de pensar en todo el dolor que le ha ocasionado: “Sólo quiero que ella sepa que ella conoce a su marido como nadie más y sabe el tipo de hombre que fue. Yo no”
Chapman fue condenado en 1981 a una pena de veinte años de cadena perpetua, que se cumplieron en el año 2000. A pesar de esto, continua en prisión después de que se le haya denegado la libertad condicional hasta en once ocasiones. El propio Chapman declaró durante esta última que “no tendría ninguna queja” si deciden que debe pasar en prisión el resto de su vida.
Incluso llegó a afirmar que debería haber sido condenado a la pena capital hace 40 años: “Merezco cero, nada. En aquel entonces merecía la pena de muerte. Cuando planeas intencionalmente asesinar a alguien y sabes que está mal y lo haces por ti, eso es una pena de muerte ahí mismo, en mi opinión”.
Chapman seguirá en prisión, al menos, hasta agosto de 2022, cuando volverá a pasar por la comisión encargada de evaluar si cumple los requisitos para la libertad condicional.
En esta última vista dijo que Lennon “fue muy amable ese día”. En otras ocasiones había declarado que cuando el músico le firmó el disco “quería regresar al hotel, pero no podía. Esperé hasta que regresó. Él sabía dónde van los patos en invierno, y yo quería saberlo”. Esta última frase es una referencia al libro El guardián entre el centeno, de J. D. Salinger, libro que, después de asesinar a uno de los músicos más famosos de todos los tiempos, se sentó a leer en la acera mientras esperaba a la policía.
Tres horas después les dijo a los agentes: “Estoy seguro de que la mayor parte de mí es Holden Caufield, el protagonista del libro. El resto debe ser el diablo”.
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