El Puerto de València planifica vías y carreteras de su polémica ampliación contando con el acceso norte descartado en la evaluación ambiental de 2007
“La Autoridad Portuaria de Valencia (APV) tiene como objetivo promover la creación de una nueva terminal pública de contenedores en el puerto de Valencia. El desarrollo de la terminal precisará del diseño de unos accesos viarios y ferroviarios apropiados a los flujos demandados por la nueva terminal y de la integración de éstos con la actual red del puerto y con el futuro Acceso Norte al puerto”.
Así reza la memoria justificativa de la contratación del estudio de soluciones y redacción del proyecto constructivo del acceso ferroviario y viario a la terminal norte y su integración con la red actual del Puerto de Valencia que la entidad ha sacado a licitación por un millón de euros (IVA incluido).
El encargo demuestra que la APV da por hecha la construcción de la nueva terminal a pesar de que el Gobierno aún no he determinado si requiere de una nueva Declaración de Impacto Ambiental (DIA) que evalúe si los cambios introducidos sobre el proyecto original puede tener algún tipo de consecuencia medioambiental.
Pese a que el presidente de la entidad, Aurelio Martínez, insiste en que la DIA de 2007 es válida y sigue vigente, lo cierto es que esta licitación choca de bruces con ella.
Y es que, en el mencionado informe ambiental la APV alegó que “tanto en la fase de ejecución como en la fase de explotación, la red de accesos terrestres al Puerto permite al tráfico pesado llegar al interior del mismo a través de la V-30, sin necesidad de circular por el viario urbano”, es decir, que considera suficiente el acceso sur y nada dice sobre la necesidad del acceso norte.
Con todo, no es este el único elemento que incumple esa DIA con la que la APV pretende dar cobertura legal a una ampliación que nada tiene que ver con el proyecto aprobado inicialmente.
Los más significativos son el cambio de ubicación de la nueva terminal de contenedores, que se traslada al actual dique de abrigo, lo que incrementará el impacto paisajístico desde las playas de El Cabanyal y la Malva-rosa.
Esto a su vez obliga a trasladar la terminal de cruceros de su actual ubicación mar adentro a los astilleros de Boluda, junto al barrio de Natzaret, con el impacto ambiental que conlleva en materia de emisiones para los vecinos de los poblados marítimos.
Además, se preveía prolongar 500 metros el actual dique de abrigo, suprimir el contradique, realizar un dragado junto a las playas del Saler para ganar profundidad en el acceso al puerto y el incremento de materiales de relleno en cuatro millones de metros cúbicos. El Puerto finalmente renunció a realizar los dragados y a prolongar el dique para tratar de esquivar la tramitación de otra DIA.
En este sentido, tanto entidades ecologistas y vecinales, como la propia consellera de Emergencia Climática, Mireia Mollá, han advertido de que acudirán a la justicia si finalmente no se lleva a cabo una nueva DIA.
La licitación de este proyecto se produce además antes de que se haya presentado la alternativa definitiva para el acceso norte.
La APV encargó a Ineco, entidad dependiente del Ministerio de Fomento, el estudio informativo de las diferentes alternativas, todas ellas en subterráneo incluyendo un túnel exclusivo para camiones y otro para camiones y ferrocarril.
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