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Fin a la huelga en Bilbobus: la plantilla ratifica el preacuerdo de la mayoría del comité con la dirección

Unidad de Bilbobus a su paso por el barrio de Uribarri

Belén Ferreras

Bilbao —

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Esta vez sí. La plantilla de Bilbobus ha ratificado este miércoles el preacuerdo que la mayoría del comité -UGT, CCOO y LSB-USO- suscribió con la dirección de la empresa tras la última reunión. Han sido mayoría los partidarios de aceptar la oferta de la dirección y poner fin a la huelga, que es indefinida de lunes a viernes desde el pasado día 9 de abril. En concreto, han votado a favor 332 trabajadores, 186 lo han hecho en contra y ha habido 3 abstenciones. ELA, LAB y ESK habían pedido a la asamblea el voto en contra por considerar que este preacuerdo no ofrece cambios significativos respecto al que los trabajadores rechazaron el pasado 16 mayo por 287 votos en contra y 249 a favor. Sin embargo, la mayoría de la plantilla ha acusado el desgaste de una huelga de seis meses, pero que lleva coleando de forma intermitente desde hace casi un año. Este jueves los autobuses de Bilbao circularán con normalidad.

Se da la casualidad de que el rechazo al anterior preacuerdo originó un terremoto en el comité de empresa con la dimisión de todos los representantes de los sindicatos que lo apoyaban, incluido el presidente del comité, de UGT, que pasó a manos del representante de ELA, Ángel Jauregi.

El preacuerdo ratificado por la plantilla fija un convenio entre 2022 y 2027 y como ocurría en el anterior que fue rechazado, la subida salarial entre 2025 y 2027 no está vinculada al IPC, sino a la subida salarial que se aplique a los empleados públicos. Si el IPC es superior a esa subida se garantizará al menos el 0,7% . En el acuerdo de mayo era el 0,5%. Este es el principal motivo de discrepancia para las centrales que eran partidarios de rechazar el pacto porque consideran que garantizar el poder adquisitivo de los trabajadores era una línea roja que no se podía traspasar. De hecho, estas subidas salariales ligadas a las que se aplicaran a los funcionarios ya se ofrecieron por parte de la empresa en noviembre de 2023 y se rechazaron. Para el resto de los años la subida será de un 4% para 2022 y 2023 y de un 2,5% para este año.

También se pone coto a las jornadas al 62% para que puedan llegar al 100%, pero deja fuera otras de las reivindicaciones de la plantilla como el tema de las pagas extras para los trabajadores de baja o discrepancias sobre los festivos. ELA considera por este motivo que dar el visto bueno al preacuerdo es un cierre en falso del conflicto porque “hurta el derecho a la negociación colectiva a la plantilla, supeditando los incrementos de salarios futuros a las decisiones de una función pública”, lo que supone “romper el histórico incremento salarial vinculado al IPC que desde la antigua concesionaria TCSA se viene aplicando”.

Ha criticado además que “no revierte los recortes aplicados en las pagas extras de la plantilla que durante el año esté en situación de baja y, de la misma manera, no soluciona los recortes aplicados en otras cuestiones que están judicializadas”. Por otra parte cree que es “de extrema gravedad que no resuelve el conflicto existente con la contratación a tiempo parcial, colectivo del 62%, y eventuales, dejándolo abierto a soluciones futuras”.

De igual forma, LAB ha crititado que el preacuerdo aprobado este martes “prácticamente no difieren del anterior preacuerdo llevado a votación y que los trabajadores rechazaron rotundamente”. Ha recordado que los salarios no varían “más que una décima para el año 2025 y de 2 décimas para el 2024 y, sobre todo, no garantiza la recuperación del poder adquisitivo que los trabajadores han visto mermado durante los últimos años”, con el agravante de que ahora se vincula a la función pública, ámbito en el que también se produce una “pérdida del poder adquisitivo”.

Precisamente el pasado martes el grupo municipal de EH Bildu en el Ayuntamiento de Bilbao ha presentado una moción para su debate en el pleno de este jueves donde pide que el Ayuntamiento inicie “los pasos necesarios” para asumir la gestión directa de Bilbobus de cara a “publificar” el servicio de autobuses municipal. Pero no parece que, de momento, el consistorio esté por la labor. De entrada, el equipo de Gobierno ha iniciado el proceso de resolución del contrato de Biobide, formada por la UTE entre ALSA-Transitia, y concesionaria de Bilbobus. Una vez se resuelva el contrato, un proceso que tarda alrededor de tres meses desde que arrancó en el mes de mayo, se establecerá un periodo transitorio, mientras se elaboran los nuevos pliegos y posteriormente se licitará el nuevo contrato.

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