El Ayuntamiento de A Coruña concluye que los murales de Lugrís en un edificio abandonado son recuperables
Los murales del pintor Urbano Lugrís que decoran las paredes de un edificio abandonado en A Coruña están “en mal estado de conservación”, pero son “recuperables”, según los técnicos del Ayuntamiento de A Coruña que entraron en enero en el inmueble para examinar las pinturas. El Gobierno local asegura que va a reclamarles a los propietarios que actúen inmediatamente para conservarlos.
Este pintor, con fama de pasar muchas horas en los bares, dejó varias obras en locales de hostelería de la ciudad. En el caso del edificio de la Rúa Olmos, 25 que ha inspeccionado el Ayuntamiento, son 12 piezas que decoran las paredes de un espacio en el que abrieron diferentes restaurantes. El último de ellos cerró hace unos tres años. Desde entonces los ya de por sí delicados trabajos de Lugrís, que además habían estado expuestos durante décadas a los efectos de las humedades y los humos de la cocina y del tabaco, quedaron sin vigilancia ni protección, en un edificio abandonado que avanza hacia la ruina. De hecho, el desprendimiento de unos cascotes de la fachada a finales del año pasado fue lo que reavivó la atención pública por el riesgo que corrían los murales.
Dos colectivos, In Nave Civitas y O Mural, se movilizaron para pedir protección para los murales. El Ayuntamiento de A Coruña, que alegaba que no podía entrar en una propiedad privada si no era por una emergencia, acabó accediendo al inmueble en enero de este año. Los técnicos enviados elaboraron un informe provisional que señala que no se puede esperar más para intervenir y recuperar las pinturas. Lugrís, recalca el Ayuntamiento, es uno de los pintores coruñeses “más destacados y reconocidos” y el bajo de ese edificio es “el espacio con mayor concentración de obras del autor”.
Los murales son de mediados del siglo XX -en uno de ellos consta la fecha del 24 de febrero de 1951- y fueron realizados con la técnica a secco y pintura al aceite, señala el informe. Hay dos tipos de aplicaciones. En la zona principal la pintura se aplicó sobre un soporte de yeso ya existente, mientras que en una parte abovedada hay una capa de mortero de cal y arena colocada previamente sobre el soporte de madera.
El Gobierno local recuerda que las pinturas están catalogadas y protegidas, lo que obliga a los propietarios del edificio a conservarlas. “El Ayuntamiento notificará de inmediato a los dueños de los murales la obligación de llevar a cabo los citados trabajos”, dice en un comunicado. En caso de que no respondan o no se hagan cargo, será el Ayuntamiento el que actúe de forma subsidiaria.
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