Almeida intentará “naturalizar” la M-30 forrando sus paredes con jardines verticales
El gris de los muros de la M-30 va a cambiar en un pequeño tramo del norte de su trazado, a la altura de la Avenida de la Ilustración. Allí el Ayuntamiento de Madrid va a instalar sobre sus muros de hormigón sendos jardines verticales de unos 400 metros de longitud con el objetivo de “naturalizar” esta autovía de circunvalación y ahorrarse la limpieza de graffitis.
La adjudicación del contrato para su despliegue se produjo el pasado 29 de diciembre bajo la denominación de obras de ejecución de jardines verticales para la naturalización de M-30, según los detalles publicados -pocos- en el portal de contratación, a los que tuvo acceso Somos Madrid. El coste será de 3,1 millones de euros (impuestos no incluidos) y será ejecutada dentro de uno de los lotes del acuerdo marco para infraestructuras urbanas de movilidad, adjudicado a la unión de Lantania, Azul y Padecasa.
El enclave seleccionado de la M-30 es el situado entre la glorieta de Mariano Salvador Maella y la glorieta de Nueva Zelanda. Allí se desplegará Calle 30 Natura, el nombre elegido para englobar la plantación.
Los detalles han sido presentados este martes por el alcalde, que aseguró que con este proyecto busca “la adaptación de la ciudad a los escenarios previstos de cambio climático”. Su intención es extender los jardines verticales al resto de muros de la circunvalación en 2024, si resulta elegido, con un coste de unos 30 millones de euros.
De momento, el proyecto piloto incluye instalarn sensores de contaminación para medir cuál es la captación de polución de los paneles. Las especies utilizadas serán “funcionales”, afirma el consistorio. “De alta resistencia, bajo consumo de agua y adecuadas para las condiciones del entorno”, ha explicado el área de Movilidad y Medio Ambiente, responsable de la medida.
Para poder acceder a las estructuras para su revisión y mantenimiento se contempla un sistema de paneles abatible de fácil acceso, con riego automatizado y monitorización para conocer el estado de los jardines en tiempo real.
La apuesta por enverdecer los muros de la M-30 se enmarca dentro de una lucha política por apropiarse del discurso verde que el alcalde de Madrid lleva planteando desde el inicio de su legislatura, y que ahora está reforzando gracias a que la capital ha cumplido por vez primera con la directiva europea de calidad del aire. Mientras, los grupos de la oposición le acusan de idear o permitir talas masivas de árboles y de dejar secar miles de los que plantó para compensar las pérdidas de masa arbórea por Filomena.
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