La Complutense se blinda para rendir honores a Ayuso: cierre de accesos y controles en la entrada
La protesta convocada este martes en la Universidad Complutense de Madrid (UCM) a causa del nombramiento como alumna ilustre de la presidenta regional, Isabel Díaz Ayuso, ha despertado el recelo de los dirigentes de la institución. Los alrededores de la Facultad de Ciencias de la Información amanecían blindados este martes con controles policiales de acceso al recinto, al que solo pueden entrar los estudiantes y profesores que lleven su carné físico de la UCM.
Los problemas para entrar se hacían evidentes en las colas que se formaban ante los tres controles existentes (uno en la calle y dos en la propia facultad) y muchos alumnos mostraban su indignación al no poder mostrar su carné digital de estudiante al encontrarse la web de la UCM caída, lo que achacaban a la gran cantidad de accesos a la web. Otras alumnas se quejaban de que una de las clases en la facultad había tenido que ser suspendida al no haber podido acceder al lugar una profesora, que todavía no había recibido su carné acreditativo por ser nueva en el centro. Ni siquiera se permite el acceso con la copia de la matrícula pagada, como ha podido presenciar in situ Somos Madrid.
La UCM anunciaba ayer lunes que para acceder a este campus durante la jornada “será indispensable presentar el carné UCM” hasta las 13.00. Se espera que para entonces haya concluido ya el acto en el que se condecorará a Ayuso, que empieza a las 11.00. Durante toda la mañana permanecerán asimismo cerrados los accesos para peatones y vehículos a través del Palacio de la Moncloa.
Lo que no se especificaba era que al lugar solo podrían entrar los alumnos de la propia Facultad de la Información y que el acceso estaría vetado al resto de estudiantes de la Complutense, como se han encontrado muchos a la entrada. Este sistema impide por ejemplo que matriculados de asignaturas provenientes de otras facultades se hayan perdido las clases de este lunes.
Muchos usuarios no han tardado en mostrar su indignación y sorpresa ante la medida: “Nunca se ha visto algo semejante en una facultad abierta de una universidad pública” o “libertad y eso” (en referencia al eslogan de la líder del Gobierno de Sol en la última campaña autonómica) son algunas de las respuestas al mensaje. No en vano, el anuncio de estos controles llega después de la convocatoria de una gran manifestación en la Facultad bajo el lema #AyusoNonGrata, a la que están llamados colectivos de estudiantes, educativos y de otros ámbitos sociales, especialmente el sanitario.
Las agrupaciones convocantes, Contracorriente y Pan y Rosas, defienden la participación de estos grupos en la movilización ya que Ayuso es “la gran liquidadora de la sanidad pública y la gestora por excelencia de los negocios del capital”. Así lo explicaba Natalia Lago, miembro de ambas organizaciones y representante estudiantil en la Facultad de Ciencias Políticas, en declaraciones a Somos Madrid. “Queremos volcar toda nuestra solidaridad con las luchas de las sanitarias, por la unidad obrera estudiantil y para que la acción del 24 de enero sea parte también de toda esta oleada de batallas que se están dando en defensa de nuestra salud”, señalaba.
Coto a una movilización que traspasa el ámbito universitario
Contracorriente y Pan y Rosas impulsaron una asamblea unitaria en la que han participado organizaciones como la Plataforma de Sanitarias de CGT del Hospital Gómez Ulla, trabajadoras de la limpieza del Gregorio Marañón o el sindicato MATS Amyts. La convocatoria apelaba además a alumnado de otros centros universitarios, y fue secundada por el Sindicato de Estudiantes a través de un comunicado.
Estas entidades que ahora pueden ver su acceso restringido a la protesta se unen a muchas otras adscritas a la Complutense. La sección sindical de la UCM comunicó su rechazo a un nombramiento que “está causando sorpresa, estupor y finalmente indignación a la comunidad universitaria”. Numerosos profesores han expresado asimismo su disconformidad. El miércoles 18 se entregaron más de 1200 firmas en las que docentes e investigadores se oponían a la decisión del rector, Joaquín Goyache.
La catedrática de Física de la Tierra y coordinadora del Máster de Meteorología y Geofísica de la UCM, Belén Rodríguez de Fonseca, llegó a dirigir una carta al vicerrectorado de investigación criticando la distinción a “una persona que hace declaraciones en contra de la lucha contra el cambio climático tildando de comunistas a los que trabajamos sobre este tema”.
Uno de los últimos en posicionarse en contra de la concesión del título alumna ilustre a la dirigente madrileña ha sido el exrector de la Complutense, José Carrillo. En una columna publicada en elDiario.es y en un hilo de Twitter, lo califica de “inapropiado” ya que “la Comunidad de Madrid está a punto de estrenar la decimotercera universidad privada, siguiendo con su política de descapitalización de la Universidad, convirtiéndola en un negocio”.
El malestar, al que ha seguido la dimisión de vicerrector de Relaciones Internacionales primero como adelantó infoLibre, y del de Política Económica después (ambos, Juan Carlos Doadrio y José Ignacio López, cercanos al PP) se acrecenta además por la forma en que la decisión de honrar a Ayuso se ha producido. Partió directamente del rector, quien puso sobre la mesa el reconocimiento saltándose la votación en la Junta de la Facultad del pasado 7 de noviembre, en la que fueron aprobados los otros siete alumni ilustres. Entre ellos figuran la periodista Almudena Ariza, el escritor Arturo Pérez Reverte o el actor Antonio de la Torre.
Según Natalia Lago, la maniobra sintetiza el funcionamiento actual de una parte del ecosistema educativo: “Hace cristalina la relación que tiene la Universidad Pública con los políticos, consecuencia de todo un sistema universitario que en realidad es profundamente antidemocrático y que está al servicio de las empresas y de los partidos que velan por los intereses de estas”. Concluye que “este escandaloso nombramiento a dedo forma parte de una campaña electoral partidista impulsada desde una institución pública que blanquea las políticas criminales de Ayuso”.
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