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Desmayos en el centro de acogida de Madrid sin aire acondicionado: “Después del golpe de calor me daba miedo volver”

Medidor de temperatura en uno de los pasillos del centro de acogida, con una marca de 55,9º C

Nerea Díaz Ochando

Madrid —

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Domingo 28 de julio. Ocho de la tarde, hora de cenar en Puerta Abierta. Chus, una de las trabajadoras del centro, se dispone a servir los platos. El termómetro del comedor marca 35 grados, una cifra que aumenta en pocos minutos por el calor que desprende la comida. En un intento por bajar la temperatura de la habitación, la empleada sufre un golpe de calor: “Empecé a notar un zumbido, se me durmieron las piernas y ya no recuerdo nada más, perdí el conocimiento”. Esta es la consecuencia directa de las condiciones en las que diariamente les toca trabajar a los empleados de este centro para personas sin hogar, ubicado en el barrio de Cuatro Vientos, en el distrito madrileño de Latina.

El de Chus no es un caso aislado. Unos días después, el 7 de agosto, otra empleada tuvo que ser atendida por SAMUR-Protección Civil a causa de otro golpe de calor. Las mediciones diarias de temperatura dentro de las instalaciones dan cuenta de esta problemática. No es algo nuevo, las llevan sufriendo años, como ya contaron a este periódico en 2023, pero las averías en la climatización han persistido y más allá de ellas reclaman una actualización y ampliación de los sistemas. “Ya son cinco veranos arrastrando la misma situación, pero este está siendo incluso más devastador que los anteriores”, cuenta Emilio, delegado de prevención en el comité de empresa de Puerta Abierta.

“El sistema de climatización se rompe cada dos por tres y tenemos que echar mano de aires acondicionados portátiles y ventiladores hasta que vuelven a arreglarlo”, explican. Los trabajadores aseguran que “arreglarlo no sirve de nada” y consideran que la única solución eficaz sería cambiar por completo la refrigeración del edificio: “Este sistema estaba bien hace varios años, cuando se construyó el centro, pero ahora con el cambio climático, las olas de calor y el aumento de temperaturas es insuficiente”.

Actualmente, el edificio da cobijo 130 personas sin hogar. Muchas de ellas padecen patologías muy graves como cáncer, cardiopatías o problemas respiratorios, un aspecto que aumenta el riesgo de sufrir alguna complicación a causa del calor. Además, la mayoría comparten habitación con más personas. Emilio relata que tuvieron que bajar la temperatura a varios usuarios con toallas húmedas y moverlos de las habitaciones a otras estancias más frescas. “Son personas en una situación de gran vulnerabilidad y se les está exponiendo a un peligro constante”, incide.

Como ya recogió Somos Madrid hace unas semanas, los trabajadores aseguran que no se trata de que el Gobierno municipal envíe técnicos a corregir los problemas, sino que es preciso una reconfiguración total de los sistemas de refrigeración: “Sufrimos malos aislamientos y la climatización no ha tenido modificaciones ni revisiones desde 2012”. En este sentido, también hay que tener en cuenta las dimensiones del edificio y su ubicación en una zona en la que no recibe sombra a ninguna hora del día: “La instalación de aire acondicionado no da a basto para un centro tan grande, tenemos una sola máquina enfriadora para más de 2.000 metros cuadrados”.

Fuentes del área de Políticas Sociales, Familia e Igualdad del Ayuntamiento de Madrid consultadas por este periódico confirman que durante el mes de agosto se han producido incidencias con la climatización del centro. No obstante, indican que “cuando se ha producido cualquier tipo de avería, se han adoptado medidas inmediatas, como la provisión de pingüinos, para garantizar el confort térmico hasta que el problema se solucionase”.

Además, señalan que “la empresa de mantenimiento ha realizado revisiones diarias de la temperatura del centro”. Los trabajadores de Puerta Abierta cuestionan estas mediciones: “Vienen a las ocho de la mañana cuando todavía hay 26 o 27 grados, en vez por la tarde cuando hemos llegado a alcanzar más de 40 grados”.

Desde el Consistorio de la capital, aseguran que continúan trabajando para asegurar la mejor atención y estancia de los usuarios, adecuando los espacios del centro para que, tanto trabajadores como pacientes permanezcan en la zona más fresca. En relación a las acciones que se han llevado a cabo con anterioridad, en septiembre de 2023, el distrito acometió obras de mantenimiento y mejora en las instalaciones del centro con un presupuesto de 269.000 euros. Según relatan fuentes municipales “se revisaron y repararon las máquinas de climatización, que durante este año han funcionado sin incidencias significativas”.

Sin embargo, para los trabajadores no es suficiente: “Llevamos cinco años con esta situación. Desde 2023 hemos emitido varios informes alertando de que el sistema y la instalación son insuficientes. Y todo esto solo va a ir a peor porque cada vez hace más calor y durante más tiempo”, insiste Emilio. Las trabajadoras que sufrieron desvanecimientos han vuelto a sus puestos con temor en el cuerpo: “Me encanta mi trabajo, pero tengo miedo de volver dese que me dio el golpe de calor. Han convertido el centro en un asador de pollos”.

Denuncias al Defensor del Pueblo desde la oposición

La concejala de Más Madrid, Cuca Sánchez, ha denunciado la situación que viven los trabajadores en el centro. “Trabajan en condiciones inhumanas”, asegura. Desde la oposción piden a Almeida que actúe de inmediato “para que dejen de vulnerarse los derechos de las personas usuarias, que son personas que viven en la calle y de las trabajadoras del centro”.

La edil recuerda que se trata de un recurso público muy sensible, con personas en situación de calle, en muchos casos enfermos y crítica el pasotismo del alcalde a pesar de las denuncias de los trabajadores y de la que su propio partido recurrió a principios de agosto al Defensor del Pueblo: “No hace nada, ni se inmuta”.

“Estamos más que alarmadas y preocupadas ante la falta de sensibilidad del alcalde con las personas sin hogar y para solucionar un problema que ni es excepcional, ni es puntual, sino que se repite cada verano desde que Almeida llegó a Cibeles”, denuncia Sánchez. Desde el grupo municipal de la oposición se preguntan “qué tiene que pasar para que el alcalde tome cartas en el asunto” y piden que el alcalde tome cartas en el asunto.

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