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“También somos EMT”: empleados de Bicimad, parkings y Teleférico de Madrid exigen su equiparación con otros servicios

Un grupo de manifestantes en la protesta de este miércoles, junto a pancartas que exigen la mejora de la categoría profesional del personal de EMT en Bicimad y parkings municipales.

Guillermo Hormigo

Madrid —

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“El convenio viene duro”, comenta Arturo. Se trata del acuerdo laboral por el que se rige desde hace cuatro años la plantilla de la Empresa Municipal de Transportes (EMT) de Madrid. El comité de empresa lleva seis meses y 15 reuniones negociando su renovación con el Ayuntamiento de Madrid. Este miércoles 5 de junio, en el último encuentro celebrado hasta el momento, el conflicto ha escalado con una concentración a la que han asistido decenas de trabajadores frente a la sede central de la empresa, en el barrio de Pacífico.

La mayoría de ellos proceden de Bicimad, los aparcamientos municipales o el Teleférico. “Somos los últimos servicios creados o incorporados a EMT. Por eso tenemos una categoría profesional más baja y con peores condiciones que el resto”, lamenta uno de estos manifestantes en conversación con Somos Madrid. Distintas pancartas apuntan esa misma circunstancia: “También somos EMT”, reivindican en sus mensajes. Señala que estas áreas incluyen a cientos de personas: unos 250 empleados de Bicimad, en torno a un centenar de los parkings y nueve del Teleférico (debido a su cierre, actualmente recolocados en el taller de Bicimad del distrito de Fuencarral).

“Se trata de los departamentos de la empresa en los que menos ganan los empleados”, denuncia Arturo, que lleva cuatro años en Bicimad. “Se inventaron la categoría de operador polivalente para nosotros, con la que cobramos 400 euros menos al mes respecto a la más baja que existía antes”, añade. Óscar (que en julio cumple un año en el servicio municipal de bicicletas) especifica que esa categoría ante situada en el escalafón inferior es la de especialistas, “personal de limpieza o de repostaje que hace un trabajo muy digno”, quienes ganan en torno a 1.900 euros mensuales mientras ellos no llegan a los 1.500.

“A nosotros nos exigen la misma experiencia y las mismas pruebas para luego tener una remuneración inferior”, critica Óscar mientras de fondo suenan cánticos contra el alcalde, José Luis Martínez-Ameida, y el delegado de Movilidad, Borja Carabante. “Ya queremos ver, ya queremos ver, a Almeida y Carabante con el sueldo de EMT” o “Carabante, escucha, estamos en la lucha” son algunos de los más coreados. También otros de carácter más transversal, como “violencia es no llegar a fin de mes” o “ni un paso atrás, este convenio lo vamos a ganar”.

Reivindicaciones concretas, exigencias trasversales

Remarcan continuamente que apoyan las reivindicaciones de todos sus compañeros de EMT, desde técnicos de talleres hasta conductores o administración, pero piden al comité de empresa “transparencia” y que tengan en cuenta “todas las situaciones, sin olvidar a quienes tienen peores condiciones”.

Es el caso de los nueve trabajadores del Teleférico de Madrid desplazados al taller de Fuencarral. Según lamentan, la solución ha sido tan “improvisada” que no están integrados en el sistema de turnos con el resto de sus compañeros y ni siquiera cuentan con los mismos días de vacaciones. Una situación en la que llevan sumidos año y medio que se alargará “como mínimo hasta 2026, si no hay retrasos en las reparaciones”.

Empleados de los aparcamientos municipales exigen por su parte una mejora “urgente” de las instalaciones y un refuerzo del mantenimiento, además de la tan ansiada equiparación con otros puestos en los que se llevan a cabo trabajos análogos.

Más allá de los tres servicios más “precarizados” de EMT, a la protesta se han sumado trabajadores de otras esferas. Es el caso de Yolanda, en grúas, que recuerda la promesa nunca ejecutada por el Gobierno municipal de ampliar el personal de esta área en 60 personas y puntualiza la necesidad de revertir la escasa presencia femenina en la plantilla, que represente apenas un 8% del total: “Por mucho Plan de Igualdad que haya, es una empresa muy masculinizada, parece que un poco anclada en la época en que se creó [los años cincuenta]”.

Pero más allá de ello, se solidariza con sus compañeros al arremeter contra “la creación de diversas categorías para empeorar las condiciones”. Define como “movimiento Ikea” esta estrategia de la empresa para que las reivindicaciones laborales vayan dirigidas a “conseguir lo que las plantillas deberían disfrutar de entrada, en lugar de una mejora sobre una base ya digna de inicio”.

Tenemos muchísima rotación, porque la gente está deseando conseguir algún puesto de promoción interna con mejores condiciones

Arturo denuncia que estas condiciones no solo afectan a sus vidas, en medio de una crisis inflacionaria, sino que acaban repercutiendo en la calidad del servicio que llega a la ciudadanía: “Un ejemplo es que tenemos muchísima rotación, porque la gente está deseando conseguir algún puesto de promoción interna con mejores condiciones”. Y apostilla: “La plantilla no ha aumentado al mismo nivel que se han triplicado el número de bicis y de estaciones”. Trabajadores de Teleférico y aparcamientos coinciden en señalar asimismo la “falta de una formación exhaustiva y especializada” una vez se incorporan a sus puestos.

Visibilidad ante la compañía y el comité de empresa

En este contexto, un grupo de manifestantes ha intentado trasladar sus reivindicaciones al comité de empresa y la dirección de EMT en el interior del centro de operaciones. “Cuando hemos subido estaban ya cada uno en su oficina y nos ha atendido un representante de UGT. Seguimos prácticamente en las mismas, nos dicen que nos van a dar la categoría pero la empresa quiere algo a cambio y nosotros lo hemos tomado como una pérdida de derechos. Seguramente sea a cambio de reducirnos las vacaciones de verano y que trabajemos un fin de semana más al mes. Ahora trabajamos dos y libramos tres y teníamos 20 días en verano y 10 en invierno, van a pasar a 15 y 15 lo más probable”, trasladaron a este periódico después del encuentro.

“Han recogido los comunicados, pero poco más. Hemos invitado al comité a celebrar una asamblea en Bicimad para que nos informen de las negociaciones, porque llevamos tres años solicitando las actas sin ninguna respuesta. Cuando hemos preguntado por esto nos han dicho que enviemos la petición al presidente del comité, como venimos haciendo, y que si seguimos sin contestación recurramos a la vía legal”, exponen con cierta resignación.

A la concentración han acudido empleados de la mayoría de sindicatos con representación en EMT, en muchos casos eso sí a título personal. Las siglas de CNT, CGT y co.bas han sido las más visibles durante toda la mañana, aunque había también representantes de Plataforma Sindical, UGT y CCOO.

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