Urkullu destaca el “microclima vasco” frente a la “tensión” y “fragilidad” de España
“Tensión”, “confrontación” o “distanciamiento permanente”. Así diagnostica el lehendakari, Iñigo Urkullu, la situación política abierta en España con un Gobierno central en minoría o la irrupción de Vox en la extrema derecha del tablero político. En su tradicional mensaje de fin de año, emitido tanto en euskara como en castellano por la cadena pública ETB, el presidente vasco ha querido contraponer “la fragilidad del modelo de Estado” con el “microclima político vasco” de “respeto”, “moderación”, “diálogo”, “confianza” o “acuerdo”.
“Tenemos problemas, desacuerdos y divisiones, sin duda. Pero, al mismo tiempo, estamos consolidando un modelo de respuesta diferente. Basado en el respeto, la moderación, el diálogo, la confianza y el acuerdo. Un modelo propio que funciona y ha dado resultados. Hoy el microclima político vasco es positivo y constructivo. Lo es, al menos, en mayor medida que en nuestro entorno. No se trata de celebrarlo, sino de aprovecharlo. La política no consiste en crear problemas, sino en tratar de resolverlos. La tensión, la confrontación y el distanciamiento permanente no es una opción”, ha solemnizado Urkullu, que ha destacado también la “cultura del esfuerzo” y la tradición vasca de “ceder” en las pretensiones individuales “al servicio de acuerdos beneficiosos para la comunidad”.
No ha mencionado Urkullu a sus espectadores que el Gobierno vasco, una coalición de PNV y PSE-EE, cierra 2018 en minoría parlamentaria. El PP, tras la moción de censura que sacó a Mariano Rajoy de La Moncloa y en la que los diputados nacionalistas tuvieron un papel destacado, no ha reeditado su apoyo a los presupuestos vascos y, por vez primera en la legislatura, el Ejecutivo de Urkullu encara 2019 con las cuentas prorrogadas. El Gobierno intentó buscar en EH Bildu un nuevo aliado, pero las conversaciones acabaron con duras acusaciones cruzadas. El tercero partido de la oposición, Elkarrekin Podemos, aparece abiertamente distanciado y, a lo largo de este año, ha sido especialmente crítico con la gestión del Gobierno en asuntos como la polémica en torno a las oposiciones de Osakidetza.
Tangencialmente, Urkullu se ha referido a la reforma del Estatuto emprendida en 2018 en el Parlamento Vasco merced a un acuerdo con acento soberanista entre PNV y EH Bildu. “Tenemos confianza en poder avanzar en el autogobierno vasco, en el crecimiento de Euskadi”, se ha limitado a reseñar el lehendakari sobre sus deseos para 2019. Más claro ha sido cuando ha insistido en que la salida da la “fragilidad” de España -aquí ha tomado prestada una expresión del Rey Felipe VI en su discurso de Navidad- pasa por reinterpretar la Constitución “trabajando en un nuevo consenso que asegure la convivencia en un marco plurinacional”. Ya la pasada semana propuso hacerlo sin reformas y con la fórmula de una “convención positiva”.
Sin embargo, no es precisamente el autogobierno la prioridad de 2019. El “principal deseo” en el nuevo año es “más y mejor empleo”, que es “la mejor política social”. “Hemos logrado reducir el paro por debajo del 10%”, se ha felicitado el lehendakari sobre uno de sus compromisos electorales de 2016, pero acto seguido ha indicado que no son cifras para “conformarse” porque hay “muchas familias que siguen sin poder dar la vuelta a los efectos de la larga crisis económica”. Jóvenes, mujeres, autónomos y parados de larga duración serán objeto de atención prioritaria, ha subrayado.
Urkullu también ha destacado como “logro histórico” ocurrido en 2018 “la desaparición definitiva de ETA”. Ahora toca “avanzar en el compromiso con la memoria, las víctimas y la convivencia”. Otro de los hitos del año para el lehendakari ha sido la movilización de las mujeres. “Ha crecido la respuesta frente a la violencia de género o cualquier tipo de discriminación. No nos conformamos. Tenemos que seguir invirtiendo en igualdad entre mujeres y hombres”, ha apostillado.