Cuanto antes lo aceptemos, mejor
Euforia, negación, señalamiento, negociación y aceptación; estas acostumbran a ser las fases más comunes en la gestión de los problemas públicos. Primero, lo tenemos todo controlado y si sucediera algo, estamos preparados. Luego, no nos consta que esté sucediendo, ni las cifras lo indican. Después, no es culpa nuestra sino de otro país y otra administración. Más tarde empezamos a negociar qué parte sucede y cuál no para, finalmente, acabar aceptando la realidad. Es humano pasar por esas fases ante las dificultades. La verdadera cuestión para el éxito o fracaso de la gestión reside en cuánto tiempo se pierde pasándolas antes de ponerse manos a la obra con las soluciones efectivas.
En los rebrotes, en España, aún transitamos en algún momento intermedio entre la fase de señalamiento y la fase de negociación; pero ya hemos perdido un mes y, a este paso, perderemos otro y no tenemos tanto tiempo. Lo mejor sería hacer ahora mismo un esfuerzo por acortar las fases y pasar directamente a la aceptación: si no se trata de la segunda ola, se le parece mucho.
La inminente conferencia de presidentes parece el momento adecuado para acelerar. Que la Comunidad de Madrid sostenga en serio que el principal rebrote de la comunidad lo conforman los jugadores del Fuenlabrada aislados en un hotel de A Coruña parece una broma, pero lo malo es que no lo es y no estamos para bromas. Igual que escuchar a los mismos responsables que, en abril, sabían de sobra lo que había que hacer cuando las decisiones las tomaban otros, quejarse ahora de que la gente no les hace caso.
Hay que dotarse ya de los mecanismos legales que permitan confinar de verdad, no recomendar o marear a los ciudadanos con decisiones de responsables que sólo parecen preocupados por poder decir al día siguiente que ellos ya habían avisado. No podemos continuar siendo uno de los países de la UE que menos ha gastado en combatir el virus y en reforzar su sistema sanitario. Debemos duplicar el gasto en reforzar la atención primaria y los sistemas de detección y rastreo y debemos hacerlo ya, no en septiembre o cuando vuelvan a colapsarse las urgencias. No podemos seguir gestionando los rebrotes a ojo y ya vamos tarde.
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