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La promesa de un concejal de renunciar a las siglas de Vox allana la gobernabilidad en dos pueblos de Granada

Pedro J. Ramos se asegura la gobernabilidad en Baza para el PP tras alcanzar un acuerdo con Compromiso

Álvaro López

20 de agosto de 2023 21:36 h

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Tras varios días de tensiones, la gobernabilidad en Baza parece estar asegurada. Y, de rebote, también en Caniles. El Partido Popular del alcalde de Baza, Pedro J. Ramos, ha alcanzado un acuerdo que otorga estabilidad a su mandato y que de paso deja a Vox sin representación en el Consistorio. El PP ha sellado un pacto con Compromiso por Baza para que su única concejal, Lidia Sánchez, se comprometa a apoyar el equipo de Gobierno que hasta ahora formaban los populares con el edil de la extrema derecha, Rafael Azor, conocido por sus comentarios machistas. Este último ha anunciado que pretende renunciar a las siglas de Vox y pasar a ser concejal no adscrito, lo que también provoca que la situación se alivie en la vecina Caniles, donde se daba la circunstancia contraria: Compromiso por Caniles, con cinco concejales, depende del Partido Popular, con cuatro, para poder gobernar, por lo que el entendimiento entre ambas formaciones se hacía necesario.

Sobre todo en Baza se acaba así una historia que arrancó el pasado 28 de mayo cuando las elecciones municipales dejaron un panorama de difícil solución. El PSOE, que llevaba en el poder de forma ininterrumpida desde 1999, ganó por la mínima unos comicios que dejaron la gobernabilidad en el aire. Socialistas y populares consiguieron hacerse con nueve ediles, lo que les dejaba a dos de la mayoría absoluta y a Compromiso por Baza como llave para la gobernabilidad dado que Izquierda Unida y Vox habían logrado un edil cada uno.

Tras diversas negociaciones, Lidia Sánchez, la líder de Compromiso por Baza, decidió apoyar la investidura del popular Pedro J. Ramos para provocar el primer cambio de siglas en el Consistorio bastetano en 24 años. Un apoyo que estaba condicionado a que Vox no entrase en el gobierno y que saltó por los aires el pasado 10 de agosto cuando el alcalde incorporó a su equipo al concejal de la extrema derecha, Rafael Azor, para que se ocupase de la cartera de limpieza viaria. Un edil controvertido que llegó a rechazar un manifiesto por el 8M asegurando que el feminismo lo ejercen “feminazis” y que al frente de dicho movimiento “hay mujeres que no son mujeres”.

Pero la entrada de Vox en el gobierno local no ha sido lo único que ha puesto en peligro la gobernabilidad en Baza, sino los salarios que pretendían designarse. El PP había propuesto en un primer momento que sus nueve ediles pudiesen percibir un sueldo (siete con dedicación exclusiva y dos parcial), cuando lo habitual suele ser que sólo estén en esa situación seis concejales. Aquella posibilidad fue rechazada y volvió a ser denegada con los votos en contra de PSOE, IU y Compromiso por Baza cuando el alcalde solicitó incluir al concejal de Vox entre los miembros de la corporación que cobrarían un salario.

Esas decisiones de los últimos días hicieron que Lidia Sánchez, la líder de Compromiso por Baza, decidiera aparcar su apoyo a la gobernabilidad por la inclusión de la extrema derecha en el equipo de Gobierno y por la propuesta para establecer los sueldos. Una postura que le ha costado defender ya que, como ella misma confirma a este medio, ha sufrido presiones e incluso le han dedicado pintadas amenazantes que ya han sido denunciadas por su parte, asegura. De hecho, desde el PP afearon tanto a Sánchez como a PSOE e IU su actitud por establecer “líneas rojas con un partido político que siempre ha respetado la legalidad”. Pero lo cierto es que la actuación de la concejala no sólo ponía en peligro la Alcaldía de Baza, sino también la de Caniles.

Un acuerdo para dos alcaldías

En Caniles la situación es la contraria: Compromiso por Caniles, con cinco concejales, depende del Partido Popular, con cuatro, para poder gobernar, por lo que el entendimiento entre ambas formaciones se hacía necesario. Un extremo que ha llevado, según explican fuentes consistoriales, a que desde su propio partido invitasen a Lidia Sánchez a mantener su apoyo al alcalde de Baza, Pedro J. Ramos. Algo que finalmente ha cristalizado con un pacto que allana el camino y permite el PP gobierne en el Consistorio de Baza y Compromiso lo haga en Caniles.

Un acuerdo que deja de paso a Vox sin representación en el Ayuntamiento bastetano ya que Rafael Azor ha anunciado que va a dejar su acta como edil de la extrema derecha para pasar a ser concejal no adscrito. De hecho, lo avanzó en el pleno extraordinario del pasado 11 de agosto cuando argumentó que por las “diferencias” que ha tenido con el Comité Ejecutivo Provincial de la formación y la salida de Iván Espinosa de los Monteros de la dirección nacional ha perdido la “ilusión” que tuvo en su momento ya que él se alinea más con los postulados liberales. Así, confirmó su intención de abandonar el partido “más cerca que tarde”. Un asunto que Lidia Sánchez entiende como un éxito de Compromiso: “Nosotros no entendemos la política desde la intransigencia pero sí desde la firmeza y las convicciones. No podemos sostener a un gobierno con VOX en Baza, pero el propio Rafael Azor ha manifestado, incluso en una sesión plenaria, que va a abandonar dicha formación política con la que no se siente identificado”, dice en un comunicado difundido conjuntamente con el PP.

De este modo, Azor seguiría siendo concejal del equipo de Gobierno y cobraría un sueldo por ello si finalmente se aprueba la propuesta que ha puesto encima de la mesa el alcalde y que ahora contaría con el respaldo de Compromiso por Baza, que se asegura también contar con una secretaría. La obtención de este puesto es uno de los argumentos esgrimidos por Lidia Sánchez para no haber aprobado los salarios de la corporación local al entender que los partidos de la oposición también tenían derecho a contar con su propia secretaría, según explica.

En todo caso, la gobernabilidad de Baza queda amarrada por el Partido Popular, confirmando que el PSOE tendrá que hacer labor de oposición en el Consistorio durante los próximos años. Un papel extraño para los socialistas que gobernaron esta localidad del norte de la provincia de Granada desde 1999 hasta el punto de que uno de sus regidores, Pedro Fernández, es hoy uno de los hombres fuertes del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, quien le nombró delegado del Gobierno en Andalucía 2021.

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