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La Universidad de Granada tras el decreto de la Junta de 15 días de clases online por la Covid-19: “Es triste que se valoren más los bares que la formación”

El puente ha llenado las calles de Granada de miles de personas

Álvaro López

Granada —

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La rectora de la Universidad de Granada (UGR), Pilar Aranda, se ha despachado a gusto contra la decisión de la Junta de Andalucía de impedir las clases presenciales durante los próximos 15 días para frenar los contagios por Covid-19. La máxima representante de esta institución ha lamentado que con la medida “se valoren más los bares que la formación”. Según Aranda, la decisión que ha tomado el Ejecutivo andaluz se ha adoptado sin que se hayan sentado con ella “para mirar y analizar datos”. Además, la regidora sostiene que la UGR está “cumpliendo rigurosamente todos los protocolos que nos han ido enviando”. Con 236 alumnos contagiados y 800 aislados, las cifras le parecen bajas teniendo en cuenta que la universidad acoge a más de 50.000 estudiantes cada curso. “No entendemos la decisión de la Junta”.

Aranda recuerda que la UGR ha puesto en marcha una inversión importante para frenar el coronavirus en sus aulas: “Esta universidad lleva invertidos, solo en material de protección y señalítica, 2 millones de euros”. Al tiempo que deja claro que el problema derivado de los contagios que se han producido en algunos colegios mayores y residencias “no dependen en absoluto de la universidad. Son instituciones independientes”. La rectora, agradeciendo el esfuerzo de los trabajadores a los que representa sostiene que hoy mismo se ha reunido con su equipo de Gobierno “y funcionamos perfectamente”. Pilar Aranda no se explica el por qué de la restricción en las clases presenciales alegando cuestiones de movilidad “cuando el Ayuntamiento cumple con la normativa y lo mismo ocurre a nivel metropolitano”.

Estudiantes indignados

Además de la Universidad de Granada, los grandes señalados de esta decisión son los propios alumnos. Por eso, desde la Delegación de Estudiantes creen que la restricción no es justa. Su coordinador, Javier Torres, explica que “la mayoría de facultades ya estaban dando las clases semipresenciales”. De modo que, a su juicio, es poco probable que los contagios que se están produciendo tengan algo que ver con el día a día de la universidad, sobre todo porque “en las clases se cumple con las medidas de seguridad”. Torres asegura que la noticia ha sido acogida “con sorpresa, porque nadie se la esperaba. Pensábamos que se hablaría de confinar o no Granada, pero no de cerrar la UGR”.

El representante estudiantil no descarta que entre todos los alumnos se lleven a cabo medidas de presión para que la Junta dé marcha atrás en sus planes. Javier Torres dice que el problema ha residido más bien en la “falta de control en el ocio nocturno por parte del Ayuntamiento de Granada”. Considera que durante el puente del 12 de octubre que se ha celebrado este fin de semana se han podido ver bares llenos en muchos lugares de la ciudad. Además, Torres se pregunta: “¿De qué sirve cerrar la universidad si yo puedo seguir yéndome de cañas con mis amigos?”.

Alineados con la universidad

Del lado de la universidad también se han posicionado los partidos políticos de la oposición en el Ayuntamiento de Granada. PSOE y Podemos-IU al censurar la decisión de la Junta de Andalucía de impedir las clases presenciales. El portavoz de la coalición de Podemos e Izquierda Unida, Antonio Cambril, ha tachado de “caza de brujas” la restricción impuesta por el Gobierno andaluz a la UGR y ha pedido que no se use como arma arrojadiza en el seno del Consistorio. El político se muestra a favor de ayudar para salir de la situación actual porque “toca arremangarse y trabajar todos juntos”. Cambril sostiene que es necesario que se pongan en marcha “campañas de concienciación a jóvenes para que no vuelvan a repetirse imágenes tan lamentables y contraproducentes como las de la calle Ganivet del pasado sábado”.

Mucho más ácido se ha mostrado el exalcalde de Granada y líder del PSOE, Francisco Cuenca. El que fuera regidor municipal cree que es “inadecuado criminalizar a la UGR y a nuestros jóvenes”. A su modo de ver, “lo que ha pasado este fin de semana corresponde a gente que venía de fuera”. Para Cuenca la responsabilidad de lo que ha sucedido en los últimos días y que ha dado pie a la decisión del Gobierno andaluz corresponde al equipo de Gobierno que dirige el alcalde Luis Salvador (Ciudadanos). “No ha puesto en marcha un operativo especial con un control por parte de policía que habría evitado esos lamentables vídeos”. El portavoz socialista pone de relieve que “la UGR es nuestra seña de identidad” asegurando además que “la mayoría de universitarios se suelen ir los fines de semana”.

Unas palabras que difieren en mucho con las del regidor municipal. Luis Salvador ha preferido evitar la polémica con sus compañeros de Ciudadanos en el Gobierno andaluz y ha pedido, en Twitter, que todos “sigamos las normas sanitarias para que Granada vuelva a las bajas tasas que ha mantenido durante el verano”. Para el alcalde, el problema del elevado número de contagios también parece estar en los estudiantes de la UGR, de ahí que vea la decisión de la Junta acertada porque con esta y con el cierre de los colegios mayores a partir de las diez de la noche, desde el Ejecutivo regional “buscan concienciar a todos, especialmente a los jóvenes, de lo importante que es ser responsables en estos momentos”.

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