La discapacidad no se elige, es ella la que te elige a ti

Sorprenden las recientes noticias que aparecen en los medios de comunicación, en los que se ha dado en conocer que el padre del presidente del Gobierno estaba acogido al amparo de la Ley de Dependencia, que tan flagrantemente ha sido anulada casi en su totalidad desde que gobierna el Partido Popular en España.

Sorprende que, a día de hoy, algunas instituciones que trabajan por la discapacidad estén haciendo verdaderas cábalas para poder atender, con unos presupuestos mínimos, al máximo de personas posibles.

Y más sorprendente es que aún con una reducción de más de un 18 % en su presupuesto, sigan al pie del cañón y dando muestras de una profesionalidad y de un altruismo totalmente dignos de alabanza y reconocimiento.

No sorprende, sin embargo, que alguna de estas instituciones tengan que cerrar por causa de la reducción del presupuesto, ya que son muchos los varapalos de manera presupuestaria que estas instituciones llevan sufriendo a lo largo de esta legislatura, con lo que se demuestra una vez más la falta de escrúpulos y de sensibilidad por parte de este gobierno, que sin embargo, no tiene reparos en aplicar reducciones presupuestarias en todos aquellos ámbitos en los que la ayuda social y el amparo a las personas más desfavorecidas son las más afectadas reiteradamente.

No sorprende, tampoco, que las subvenciones a la tauromaquia no se hayan tocado en toda la legislatura, poniendo como prioridad en esta sociedad tan castigada por la crisis, sus enfermizas actividades de tipo “lúdico festivo”, como son los toros, por encima de las necesidades de las personas, de  la gente que verdaderamente está sufriendo las consecuencias de los recortes y la ausencia de sensibilidad de los gobernantes.

No sorprende que este gobierno prefiera las corridas de toros o cualquier espectáculo donde la tortura a un animal constituya un entretenimiento, en lugar de aprobar presupuestos que ayudan a las instituciones que trabajan por la discapacidad.

No sorprende ver que escuelas de tauromaquia, ante el reciente anunciado recorte en su presupuestos, pongan el grito en el cielo, mientras que las instituciones que trabajan por la discapacidad, trabajan en silencio y sin elevar la voz, la mayoría de las veces, mientras ven como sus presupuestos, que no nos olvidemos, es la principal vía para poder realizar tan encomiable acción, son recortados año tras año.

Sorprende ver que no nos damos cuenta de nuestra, cada día, mayor desafección social y nuestra mayor individualidad y egoísmo, con los graves riesgos que esto conlleva ahora y en un futuro. Para aquellos que sólo se preocupan de lo que les afecta en primera persona, los que aprueban las partidas presupuestarias destinadas a torturar animales, recordarles que la discapacidad no se elige, es ella la que te elige a ti.