Dos asturianos fusilados en el 39 identificados entre los restos encontrados en la fosa común de Celanova, en Ourense
Marcelino Fernández García, un mecánico de 21 años, y Abelardo Suárez del Busto, albañil de 28, fueron fusilados, junto con otras cinco personas, el 22 de septiembre de 1939 en el cementerio de Celanova, en Ourense, por una unidad militar falangista. Los siete habían sido detenidos en octubre de 1937 cuando huían en barco tras la caída de Gijón. Fueron juzgados y condenados a muerte en el campo de concentración de Camposancos, en A Guarda.
El equipo que coordinó los trabajos de Memoria Democrática en la fosa común de Celanova ha confirmado que dos de los restos que fueron exhumados pertenecen a estos dos asturianos. Es la conclusión que han dado a conocer los integrantes del equipo, el antropólogo forense del Instituto Medicina Legal de Galicia, Fernando Serrulla, la investigadora y miembro del Instituto Luis Concheiro de la USC, Ana Mosquera, historiadora del Grupo Histagra de la USC, Concepción López, arqueólogo y responsables de Tempos Arqueólogos, Mario César Vila.
Para confirmar los restos, el servicio de antropología contrastó las muestras de ADN de los molares con los de una hija, en el caso de Marcelino, y una nieta, Graciela, en el caso de Abelardo, obteniendo en ambos casos una compatibilidad por encima del 99 %. En su intervención, Ana Mosquera destacó que el resultado “fue más exitoso de lo que esperábamos” teniendo en cuenta la antigüedad “considerable” de los restos óseos encontrados. De los otro cinco cuerpos encontrados todavía no han podido cotejarlos con familiares.
Los restos de Marcelino y Abelardo serán entregados a sus familias previsiblemente en mayo para que ellos decidan qué hacer. “La idea es que pueda ser a finales de mayo; la idea es sacar también un libro que va a editar la secretaría de Estado de Memoria democrática”, ha explicado Serrulla. Además, el Comité de Memoria Histórica de Celanova ya inició los trámites para declarar al camposanto celanovés “lugar de memoria” con la intención de establecer una homenaje a los asturianos represaliados para que “la historia no se olvide”.
“Si no se identifica ninguno más de acuerdo con la Ley de Memoria Histórica de 2017 los restos no identificados tienen que devolverse al cementerio del que han salido. Queremos estudiar con el ayuntamiento de Celanova que nos ceda un nicho y, en paralelo, se elabore un Lugar de memoria o un monolito donde creo que deberían estar los restos de estas cinco personas no identificadas”, ha abundado Serrulla.
“Como historiadores, pensamos que esta es una cuestión de derechos humanos y, sobre todo, necesaria en un país que todavía no ha hecho ese ejercicio de memoria democrática. El objetivo es recuperar la memoria de estas personas y darle a los familiares esos cuerpos y reconocimiento”, señaló Vila, quien cree que todavía queda mucho por hacer.
Para la investigadora Concepción López, “es un paso fundamental que nos implica a todos como sociedad civil y democrática” y un ejercicio de “recuperación” en el que deben implicarse todos: asociaciones, colegios, gobiernos. Serrulla ha defendido la “obligación” de preservar la memoria histórica, “sin rencores, sin ideologías”, 80 años después. “No estamos hablando de reabrir sino de cerrar heridas”, ha concluido.
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