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PSOE, ¿ser o no ser?
¿Es el Partido Socialista Obrero Español un partido de izquierdas, es decir, de, por y para las clases populares y trabajadoras y las clases medias progresistas, o no lo es? Después de las elecciones generales del 10 de noviembre tendrá que decidirlo. No podrá seguir dilatando indefinidamente el momento de elegir. Tendrá que pronunciarse claramente de una vez. O se alía con Unidas Podemos o se alía con el Partido Popular.
Si lo hace con el Partido Popular será porque sucumbe a las presiones que desde 2015 hasta hoy han ejercido sobre él las élites financieras y las organizaciones empresariales nacionales e internacionales que reclamaban y reclaman una gran Coalición PP-PSOE o PSOE-PP. Así, en 2015 Bosco Ojeda, analista en España de la Unión de Bancos Suizos (UBS), opinaba: “Lo más probable es que haya un gobierno de coalición que al final lleve a cabo políticas ortodoxas de acuerdo con Bruselas...”. Idea que compartía la agencia de calificación crediticia angloamericana Ficht que auguraba “una gran coalición” entre PP y PSOE después de las elecciones generales de 2015. Y en 2019 Fernando H. Valls titulaba su artículo en lainformación.com La gran empresa se inclina por una gran coalición PSOE-PP para salvar el bloqueo“ y escribía. ”Una gran coalición al estilo alemán entre PSOE y PP para salvar el bloqueo político y los vetos cruzados es la apuesta de la gran empresa para solucionar el bloqueo después de las elecciones del 10 de noviembre“. Y puntualizaba: ”Los grandes empresarios, tanto en el Ibex 35 como en la CEOE, quieren estabilidad“. Está claro, pues, la apuesta de los poderes financieros y empresariales, que abominan de Unidas Podemos, es: ”Con Casado, sí, con Iglesias, no“.
Pero, ¿puede el PSOE hacer una Gran Coalición con un partido al que la Audiencia Nacional condenó por corrupción, con un partido que aprobó la reforma laboral más lesiva para los intereses de los trabajadores desde la restauración de la democracia, que implementó una Ley Mordaza con la que acallar las protestas de la ciudadanía frente a las políticas cada vez más autoritarias de un gobierno crecientemente derechizado?
Si el PSOE se alía con Unidas Podemos contará, desde luego, con la enemistad de la élite económica que cada día más concentra la riqueza en sus manos y con la oposición más cerrada de los partidos de derechas, pero no defraudará las expectativas de sus millones de votantes y de los militantes que en las elecciones de abril le dijeron “Con Rivera, no” y que ahora le tendrán que decir “Con Casado, tampoco”. Al contrario, si forma un Gobierno de progreso y de cambio con Unidas Podemos, como se ha hecho ya en seis autonomías y en miles de ayuntamientos, contará con la aprobación y el apoyo de las clases populares y trabajadoras y de las clases medias progresistas que le voten.
Si pese a todo triunfa, por la presión de las élites financieras y empresariales, la Gran Coalición PSOE-PP, ambas formaciones deberán tener presente que la incongruencia de un pacto antinatura tal corre el riesgo de abrir el camino para un adelantamiento de Vox sobre el PP y de Unidas Podemos sobre el PSOE.
En fin, la demostración inequívoca de la normalidad y de la fortaleza de nuestra democracia será la constitución de un Gobierno de Coalición PSOE-Unidas Podemos, mal que le pese a la minoría de súper ricos que creen que, en último término, son ellos quienes deciden quién puede gobernar o no en España.
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