La patronal presiona para que se revoquen restricciones al ocio nocturno pese a haber provocado el 14,2% de los nuevos brotes

¿Abrimos discotecas o colegios? Este el dilema que planea sobre la conselleria de Sanidad Universal del Gobierno valenciano cada vez que se estudia la adopción de nuevas restricciones para frenar la pandemia. De momento, la respuesta la tienen clara. El pasado martes entró en vigor el cierre del llamado ocio nocturno -bares de copas, discotecas, karaokes y espacios con pistas de baile- que se prorrogará al menos durante 21 días en la Comunitat Valenciana. La medida llega semanas después de que se tomara la misma decisión en Gandia, municipio que acumuló 114 positivos en pocos días, muchos vinculados a las discotecas junto a la playa.

Para los empresarios del sector el cierre es un desastre y contribuye a crear estigma, una cuestión que desde la Agencia Valenciana de Turismo ha tratado de evitarse. Con esta nueva medida, extendida en todas las comunidades autónomas a propuesta del Ministerio de Sanidad, los empresarios del ocio nocturno han reactivado sus protestas. Algunos han recurrido la decisión ante los tribunales con la esperanza de que se levante la suspensión antes del fin de semana y presionan a la Generalitat Valenciana para que no prorrogue el cierre.

La Confederación Empresarial Valenciana (CEV) ha reprochado a la consellera de Sanidad, Ana Barcelo, que las medidas “agravarán sobremanera las consecuencias de la pandemia sobre un sector que ya ha sido fuertemente castigado por la crisis sanitaria” de la Covid-19 y trasladarán al president Ximo Puig la necesidad de “compensar” a las empresas de ocio y hostelería, así como a las empresarias y empresarios autónomos, con “un plan que minimice en el corto plazo los daños sufridos y que facilite su recuperación en el medio y largo plazo”. “No se puede criminalizar a un sector”, insisten los empresarios.

Durante el verano se han dado numerosos brotes de Sars-Co-v2 en toda la comunidad vinculados a espacios de ocio nocturno; donde resulta complicado mantener la distancia de seguridad de 1,5 metros y llevar la mascarilla entre las consumiciones. En localidades como Santa Pola, Peñíscola y Valencia, además de Gandia, se han dado brotes que han afectado a decenas de personas. Durante la última semana de julio los brotes de Gandia, Peñíscola y Santa Pola sumaban el 47 % de los positivos del total de brotes del territorio.

Sanidad indica que el 14% de los nuevos brotes se han producido en este ámbito y expresa que su voluntad no es la de criminalizar a nadie, pero estos “son los brotes más dificiles de seguir”, por la cantidad de afectados y porque dependen de la voluntariedad de las personas, que incluso aprovechan para realizarse las pruebas sin haber estado en el local afectado por el contagio. El peligro no radica tanto en la difusión de virus sino en perder la trazabilidad de los contactos.

De los 240 brotes detectados por los servicios de Salud Pública en territorio valenciano el 60,9% son de ámbito social, el 14,2 % están asociados al ocio nocturno y el 12,4% pertenecen al ámbito laboral.

Recurso de la suspensión

La Asociación de Locales de Restauración y Ocio de Alicante (Alroa) ha presentado un recurso contencioso administrativo solicitando una medida cautelarísima de suspensión de parte de la resolución de limitaciones al ocio y la hostelería, según recoge Europa Press. El presidente de la asociación, Javier Galdeano, considera que el cierre de toda la actividad es “muy atrevido”, y ha afirmado: “No nos lo merecemos”. “El que la líe, que la pague”, ha señalado en referencia a las sanciones, al tiempo que ha destacado que en la ciudad no se ha dado “ningún brote en lugares de ocio”.

“No veo la justificación”, ha señalado y ha considerado que este tipo de decisiones “estigmatizan al sector”. “No puedes sancionar a priori al sector”, ha manifestado.