Tres buenas razones para comer cebollas moradas y un puñado de alcaparras cada día

Cebolla morada

Jordi Sabaté

18 de agosto de 2021 06:00 h

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Aunque la quecetina –del latín Quercetum, bosque de robles– fue descubierta en 1854 por un farmacéutico francés, no ha sido hasta estas primeras décadas del siglo XXI cuando se han comenzado a estudiar bien sus virtudes, que apuntan a ser numerosas, aunque muchas deben ser todavía confirmadas en futuros estudios.

¿Qué es la quercetina?

Se trata de un compuesto flavonoide muy presente en la mayoría de frutas y verduras, de hecho es el que más presente está en la dieta humana mediterránea, siempre que contemple el consumo de vegetales y hortalizas. Puede encontrarse en desde los arándanos a las uvas, pasando por manzanas, melocotones, etc. Y por supuesto en las verduras de hoja, como berzas, las espinacas, la borraja, los canónigos, pero también en el brócoli o la col de kale, por ejemplo.

Pero donde más abunda es, si medimos en peso seco, sin agua, en las cebollas moradas, donde puede constituir hasta el 10% de dicho peso. Una cebolla morada natural posee 32 mg por cada 100 gramos de producto.

También abunda en las alcaparras, sin duda el fruto con mayor porcentaje sobre su peso hidratado, con 234 mg por 100 gramos de alcaparras crudas, que baja a 173 mg por 100 gramos en las encurtidas.

Así como en el tomate, sobre todo en las variedades amarillas como el cherry amarillo. También los pimientos amarillos la poseen en buenas cantidades, pero sobre todo los pimientos amarillos picantes y las piparras.

Y por no ser menos, las hojas de los rábanos, del perejil, el cilantro, el eneldo o el hinojo poseen cantidades considerables. De esta suerte, lo más fácil para tener una dieta rica en quercetina es comer mucha fruta y verdura, pero especialmente la que mayores porcentajes posee: una buena ensalada de tomates amarillos con hojas de rábano, y sobre todo cebollas moradas y alcaparras, es el plato perfecto.

¿Por qué es tan importante la quercetina?

Aquí entramos en materia: ¿qué tiene este flavonoide que le hace tan revelador? Se le atribuyen muchas virtudes, pero confirmadas y sumamente interesantes podríamos destacar las siguientes:

1. Un excelente 'quemagrasas'

La quecetina combinada en la dieta con el resveratrol, presente en los frutos oscuros, actúa inhibiendo la formación de células adiposas, y no solo eso, sino que también activala aptosis de dichas células, es decir su suicidio, y la combustión de la grasa que almacenan. Así lo concluye este estudio.

Este hecho hace que la presencia de quercetina en nuestra dieta no solo nos proteja de engordar, sino que también disminuye el riesgo de diabetes y de enfermedades coronarias, al bajar los niveles de insulina y colesterol LDL en sangre.

2. Un potente activador de los procesos antioxidantes a nivel de la sangre

La quercetina se ha demostrado un protector eficaz de los hepatocitos en cultivo de laboratorio a base de fomentar los niveles del compuesto antioxidante y antiinflamatorio glutatión, y desincentivar la acción de las citoquinas proinflamatorias.

Esto es: activa el sistema protector antioxidante y antiinflamatorio a nivel del hígado, a su vez que defiende el cuerpo de anticuerpos proinflamatorios como las citoquinas, responsables de procesos alérgicos y asma, pero también de las inflamaciones por infección vírica. Más información en este estudio.

3. Disminuye la potencia de las infecciones por virus respiratorios

Al menos eso sugieren diversos estudios sobre células humanas in vitro, a la espera de más literatura científica al respecto. El hecho destacable es que en laboratorio se ha visto que las células con altos niveles de quecetina se defendían mejor del virus SARS–CoV–2, responsable de la COVID-19.

Este hecho provocó en su día que la FDA, la agencia americana de productos farmacológicos, diera el visto bueno a los suplementos de quercetina (en forma dihidrato) como método de prevención contra la COVID-19, si bien en Europa no tienen esta calificación.

Además, no hay confirmación científica de mayor acción defensiva a mayores cantidades de este flavoniode. Por lo que no se puede decir que la eficacia de consumir suplementos sea mayor que lo que puede aportar una dieta equilibrada

Por ejemplo consumiendo una cebolla morada y 10 gramos de alcaparras cada día cubrimos las dosis consideradas necesarias, que se sitúan sobre los 50 mg por persona y día.

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