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El festival de cine que nunca fue

El festival de cine que nunca fue

EFE

Cannes (Francia) —

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El 1 de septiembre de 1939, cuando Alemania invadió Polonia, detonó el inicio de la II Guerra Mundial y el final del que hubiera sido el primer Festival de Cannes. El conflicto frustró una edición que hubiera celebrado ahora su 80 aniversario y que tenía todo preparado cuando se debió anular.

La ciudad se vació tan rápido como se había llenado. En un primer momento, expectante, el Ministerio de Educación francés había pospuesto el certamen hasta el 10 de septiembre “si las circunstancias lo permitían”, pero no lo permitieron hasta 1946.

Cannes, que este martes inaugura su 72 edición, se había gestado como contrapunto a La Mostra de Venecia, entonces el único festival internacional dedicado al cine, y que en 1938, seis años después de su creación por parte del dictador Benito Mussolini, había tomado tintes claramente fascistas.

El detonante fue la atribución del gran premio “ex aequo” a “Olimpiada”, de la alemana Leni Riefenstahl, a pesar de que el reglamento veneciano prohibía distinguir un documental.

Gran Bretaña y Estados Unidos abandonaron Venecia en 1938 con la intención de no volver, y Francia puso en marcha su maquinaria diplomática política y cultural para crear otro que le sirviera para promocionar su industria y exhibir las cintas de las entonces llamadas “naciones libres”.

Aunque Biarritz fue una de las candidatas privilegiadas, Cannes se impuso. El contrato de atribución se firmó en mayo, apenas tres meses antes del nacimiento previsto.

Los hoteleros y las autoridades locales, según destaca a EFE el historiador francés y crítico de cine Antoine de Baecque, vieron en el certamen la posibilidad de alargar la temporada de verano, y las fiestas previas a ese inicio frustrado demostraron que no se equivocaron.

En una época ajena a los vuelos de bajo coste, la Metro Goldwyn Mayer (MGM) había fletado un transatlántico para llevar hasta la Riviera gala a las estrellas del momento, como Gary Cooper, Mae West o Tyrone Power, recién casado con la también actriz Annabella.

“Todo el mundo creía que la guerra estaba al caer, y al mismo tiempo se divertía, quería olvidar. Había esa dimensión de inconsciencia que nos parece totalmente loca”, añade el historiador.

Una de esas fiestas, una caritativa en beneficio de niños enfermos de tuberculosis, fue interpretada por algunos como presagio de lo que vendría después: una fuerte tormenta ese 22 de agosto, cuyos relámpagos se confundieron con los fuegos artificiales, destrozaron el espacio y obligaron a clausurarla.

Esa primera edición de Cannes iba a celebrarse entre el 1 y el 20 de septiembre de 1939, y su selección estaba compuesta de 38 filmes, como el estadounidense “El mago de Oz”, el francés “La France est un empire”, o el británico “Las cuatro plumas”.

“Las películas reflejaban lo que los países querían decir de ellos en ese momento”, destaca la directora de las colecciones del Centro Nacional Cinematográfico (CNC) francés, Béatrice de Pastre.

Solo pudo verse, en una sesión privada, “The Hunchback of Notre-Dame”, de William Dieterle, para cuya promoción reprodujeron en cartón piedra en la playa la catedral parisina, al estilo de las promociones que años después llenarían de anuncios la Croisette.

A diferencia del actual certamen, en ese momento eran los países participantes quienes elegían sus cintas, en un porcentaje proporcional a su producción cinematográfica, y su primer reglamento contemplaba un gran premio para el mejor que hubiera presentado cada uno.

El comité de selección propio no nació, de hecho, hasta 1972. Para entonces, Cannes llevaba casi tres décadas en marcha y otras tres ediciones frustradas: las de 1948 y 1950, por razones presupuestarias, y la de 1968, suspendida cinco días antes de su final con las revueltas de Mayo como telón de fondo.

La Palma de Oro del 39, con 63 años de retraso, se atribuyó a “Union Pacific”, de Cecil B. DeMille. Una suerte de homenaje tardío, al que este noviembre se suma otro organizado por el Comité Jean Zay, encabezado por Baecque, que toma el nombre del ministro de Cultura que impulsó el certamen y proyectará la selección ideada en su edición original.

Marta Garde

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