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Los 40 años del Nobel se convierten en clamor por salvar casa de Aleixandre
La celebración del 40 aniversario de la concesión del Premio Nobel de Literatura a Vicente Aleixandre, en 1977, se ha convertido la pasada noche en un clamor por “salvar” su casa, en el número 3 de la antigua calle Velintonia, donde el poeta vivió desde 1927 hasta su muerte en 1984, con el fin de convertirla en la “Casa de la Poesía”.
Durante el acto, al que asistieron personalidades de la cultura y algunos políticos, la Asociación de Amigos de Vicente Aleixandre ha denunciado el “abandono institucional” del inmueble, que los sobrinos del poeta han puesto a la venta sin que se haya logrado un acuerdo con las administraciones para adquirir el inmueble, ha explicado el presidente de la asociación, Alejandro Sanz.
Por esa casa pasaron en su día poetas como Miguel Hernández, García Lorca, Rafael Alberti, Pablo Neruda, Luis Cernuda, Dámaso Alonso y, entre los más recientes, Claudio Rodríguez, Jaime Gil de Biedma, “una lista interminable”, según el último biógrafo del poeta, Emilio Calderón.
“Es una casa que durante cincuenta años estuvo acogiendo a personajes del mundo de la cultura, especialmente escritores y poetas”, que se acercaban a ver a Aleixandre, un hombre que valoraba la amistad, que “sabía escuchar”, que salía poco debido a su delicada salud y que escribió en Velintonia la mayor parte de su obra.
Todo ello sin hablar de la escritora Carmen Conde, que “vivió casi cincuenta años en la planta de arriba”, según Calderón. Ello se debió a que la casa, de casi 600 metros cuadrados, fue segregada tras la Guerra Civil y la parte de arriba fue alquilada. “Una de las personas que entró a vivir fue Carmen Conde, la primera mujer nombrada académica de la Real Academia Española de la Lengua”, añadió.
“Aquí vivió durante mucho tiempo la amante de Conde, Amanda Junquera, y fue aquí donde montaron la llamada Academia de las Brujas, una especie de asociación de mujeres, poetas, que escribían teatro, novelas, tenían sus tertulias”, continúa al biógrafo. Así, “ en el piso de arriba ocurría lo mismo que en el de abajo: había una vida cultural frenética y con vasos comunicantes, claro”.
“Hay que salvar esta casa. Por la memoria del poeta y de todas las personas que pasaron por ella, por lo que significa para la poesía española”, ha dicho el biógrafo.
La velada de poesía estuvo salpicada de referencias a la negativa de la Comunidad de Madrid a convertir Velintonia en Bien de Interés Cultural (BIC) con el argumento de que el inmueble no tiene valor arquitectónico y además está vacío.
“Salvemos Velintonia por la memoria del poeta y de todas las personas que pasaron por esta casa, por lo que significa para la poesía española”, ha dicho Sanz mientras Calderón argumentaba que “la memoria de los pueblos es algo intangible y esta casa está llena de esa memoria”.
Tras veintidós años luchando por que la casa sea BIC o tenga “algún tipo de protección”, han ironizado con que “solo está protegido el imponente cedro del Líbano” que domina el jardín y que plantó el propio Aleixandre, mientras que “la casa puede ser vendida y derribada y eso es algo que hay que evitar a toda costa”, añadieron.
Intervinieron en el acto una sobrina del poeta, Amaya Aleixandre; el académico Luis María Ansón, la actriz Charo López, vicepresidenta de la Asociación de Amigos Asunción García Iglesias, entre otros como Javier Lostalé, que fue amigo personal del poeta, Manuel Rico, José Luis Ferris, Andrés Pociña, Aitor Larrabide, Aurora López y el grupo musical Maga, que interpretó la canción que compusieron sobre “La casa en el número 3”.
Ansón recordó su amistad con el poeta y su gran sentido del humor. Así, cuando una joven falangista le dijo en una ocasión que si ella fuese su mujer le envenenaría el café, Aleixandre no dudó en contestar: “y si yo fuera su marido, lo bebería”.
Especial mención recibió el último epistolario de Aleixandre, publicado hace tres años y dirigido al poeta gallego Eduardo Moreiras, con el que mantuvo una relación platónica, ya que nunca se conocieron, “una relación muy intensa, muy vivida”, pese a que nunca se concretó.
“Es muy significativo de lo compleja que resulta la propia personalidad de Aleixandre a la hora de mantener relaciones con terceros -hombres y mujeres-, en las que es capaz de abrirse en canal, de abrir el alma. Y sin embargo, en este caso, no llegar a tener contacto físico con la persona”, apostilló el biógrafo.
La velada terminó con una visita a la casa de los asistentes que la recorrían por primera vez, entre ellos el portavoz socialista Ángel Gabilondo.
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