- Médicos Sin Fronteras (MSF) asiste, en colaboración con las autoridades locales, a 20.000 víctimas de violencia familiar y sexual en el país.
Médicos Sin Fronteras (MSF) asiste, en colaboración con las autoridades locales, a 20.000 víctimas de violencia familiar y sexual en el país.
Los equipos de MSF informan sobre la importancia de que las víctimas de violencia acudan de inmediato en busca de atención, las primeras 72 horas tras la agresión son claves.
Las raíces son complejas de abordar, pero las generaciones de jóvenes sienten que las actitudes están cambiando y que se está generando una conciencia sobre el problema.
El tratamiento para prevenir la transmisión del VIH debe comenzar dentro de las 72 horas transcurridas tras una violación. Una superviviente de violencia sexual realiza un análisis de VIH en el Centro de Apoyo Familiar. Fotografía: Yann Libessart/MSF
El tratamiento para prevenir la transmisión del VIH debe comenzar dentro de las 72 horas transcurridas tras una violación. Una superviviente de violencia sexual realiza un análisis de VIH en el Centro de Apoyo Familiar. Fotografía: Yann Libessart/MSF
Las víctimas reciben tratamiento de las heridas y lesiones ocasionadas por las agresiones y para la prevención de enfermedades de transmisión sexual. Un cirujano de MSF comprueba el estado de una paciente que ha llegado al hospital de Tari con una pierna fracturada. Fotografía: Yann Libessart/MSF
Las víctimas reciben tratamiento de las heridas y lesiones ocasionadas por las agresiones y para la prevención de enfermedades de transmisión sexual. Un cirujano de MSF comprueba el estado de una paciente que ha llegado al hospital de Tari con una pierna fracturada. Fotografía: Yann Libessart/MSF
La violencia familiar y sexual, en particular contra las mujeres y los niños, es demasiado común en el país. Cathy, 34 años, acude a consulta en el Centro de Apoyo Familiar en Port Moresby tras sufrir una agresión por parte de su pareja. Fotografía: Yann Libessart/MSF
La violencia familiar y sexual, en particular contra las mujeres y los niños, es demasiado común en el país. Cathy, 34 años, acude a consulta en el Centro de Apoyo Familiar en Port Moresby tras sufrir una agresión por parte de su pareja. Fotografía: Yann Libessart/MSF
Los promotores sociales de MSF recorren los mercados locales para crear conciencia sobre la violencia y hacien especial hincapié en la importancia de que las víctimas de violencia intrafamiliar y la sexual acudan de inmediato en busca de atención. Mercado de Maprik. Fotografía: Yann Libessart/MSF
Los promotores sociales de MSF recorren los mercados locales para crear conciencia sobre la violencia y hacien especial hincapié en la importancia de que las víctimas de violencia intrafamiliar y la sexual acudan de inmediato en busca de atención. Mercado de Maprik. Fotografía: Yann Libessart/MSF
Marilyn Yull, agente comunitario. "Desde que empezamos a promover la conciencia sobre esta tema entre la comunidad, las mujeres saben que deben ir al Centro de Apoyo Familiar”: Actividad de sensibilización en el mercado de Maprik. Fotografía: Yann Libessart/MSF
Marilyn Yull, agente comunitario. "Desde que empezamos a promover la conciencia sobre esta tema entre la comunidad, las mujeres saben que deben ir al Centro de Apoyo Familiar”: Actividad de sensibilización en el mercado de Maprik. Fotografía: Yann Libessart/MSF
La violencia tiene raíces profundas que no son fáciles de abordar. La cultura melanesia tiene un fuerte componente patriarcal. Habitantes de las tierras altas de Papúa Nueva Guinea en el mercado de Tari. Fotografía: Yann Libessart/MSF
La violencia tiene raíces profundas que no son fáciles de abordar. La cultura melanesia tiene un fuerte componente patriarcal. Habitantes de las tierras altas de Papúa Nueva Guinea en el mercado de Tari. Fotografía: Yann Libessart/MSF
"Lo que más me asusta es lo jóvenes que son algunas de las víctimas de violencia sexual”, Tessi Soy, responsable del departamento de Trabajo Social en el Hospital General de Port Moresby. Sala de consultas para niños víctimas de abuso en Centro de Apoyo Familiar en el Hospital General de Port Moresby. Fotografía: Yann Libessart/MSF
"Lo que más me asusta es lo jóvenes que son algunas de las víctimas de violencia sexual”, Tessi Soy, responsable del departamento de Trabajo Social en el Hospital General de Port Moresby. Sala de consultas para niños víctimas de abuso en Centro de Apoyo Familiar en el Hospital General de Port Moresby. Fotografía: Yann Libessart/MSF
“Necesitamos ser muy activos en la generación de conciencia para proteger a nuestros niños". Una madre herida y su hija en el centro de apoyo familiar de MSF en el Hospital de Tari.
“Necesitamos ser muy activos en la generación de conciencia para proteger a nuestros niños". Una madre herida y su hija en el centro de apoyo familiar de MSF en el Hospital de Tari.
Desde 2007, Médicos Sin Fronteras ha atendido a casi 20.000 supervivientes de violencia sexual y familiar en Papúa Nueva Guinea. MSF proporciona atención de emergencia 24 horas al día a víctimas de la violencia en el Hospital de Tari. Fotografía: Yann Libessart/MSF