Acabó la campaña electoral pero yo no consigo marcharme. Probablemente tenga algo de obsesivo, pero una vez que empiezas a hablar de las elecciones, ves temas de debate y cheques de la Xunta por todas partes. Sea como sea, hoy es jornada de reflexión, ese parón absurdo entre campaña y elecciones en el que los candidatos no pueden pedir el voto y tienen que hacer cosas de persona normal, como pasear en bicicleta con la familia rodeados de cámaras o ir a jugar al dominó a la tasca rodeados de cámaras. Como escribo esto antes (ya saben, los tiempos de la prensa escrita), no sé exactamente qué escenas entrañables estarán desplegando las candidatas y candidatos en su día de descanso, pero puedo imaginarlas.
Imagino, por ejemplo, que Alfonso Rueda, pasará el día con esa familia monolingüe que nos presentó el publirreportaje de la Televisión de Galicia cuando aún estábamos en la precampaña, parece que hace una eternidad. Quizás irán de paseo a uno de los magníficos eucaliptales que elogió Isabel Díaz Ayuso en su intervención en el mitin del PP de Vigo, porque teniendo un motor de la economía como ese en cada parroquia y lugar, ¿quién va a pasear por un bosque de castaños? A lo mejor después del paseo, Rueda va a tomar un muy tradicional pincho de tortilla a ese bar de Pontevedra en el que el camarero comenta que no le da reparo sentarse en la barra al lado de un butanero, de darse el caso. Ya saben que no hay mayor índice de humildad que la capacidad de sentarse junto a un obrero como si tal cosa, sin asustarnos ni nada.
A Ana Pontón yo la imaginaba tomando un café en la cocina de sus padres, sobre todo porque tenía ganas de ver si Aurita le volvía a robar protagonismo a la hija con un outfit revolucionario como su ya famoso jersey rock & love. Pero si tengo que hacerle caso a la prensa que desde Madrid está intentando rescatar la campaña del PP (no sé si dG) en los últimos días, supongo que a esta altura la candidata estará en un oscuro sótano de Etxarri Aranaz intentando poner en marcha el Comando Chorente.
Creo que Besteiro pasará la jornada de reflexión en Lugo, tal vez de vinos con los colegas, como si lo único que se jugase fuesen un par de euros que le echó al Celta-Barça en las apuestas. Si algo he descubierto en esta campaña es que el candidato del PSdeG es un hombre que John Ford podría dirigir en cualquier western. Eso, y que es el único candidato al que solo llamamos por un nombre, como a Cher.
Me gustaría saber cómo pasa el día Marta Lois, de regreso en el país, o Isabel Faraldo, una candidata desconocida para mí que me cautivó en el debate de la TVG con su vehemencia de sindicalista de los 80.
Con los otros dos partidos de la derecha más allá del PP, sobre todo ese que le puede facilitar la mayoría con un escaño en Ourense, permítanme que haga como la TVG y La Voz de Galicia y finja que no existen, porque se me acaban los caracteres de la columna y todavía me queda mucho que reflexionar.
Ustedes reflexionen también mientras hacen cosas de personas normales, o andar en bicicleta o jugar al dominó, o acumular alimentos no perecederos y potabilizadoras de agua en el búnker, no vaya a ser que se confirmen los miedos de la derecha. Nos vemos del otro lado, y ojalá en el siguiente artículo que toque escribir aquí me pueda meter un poco con el nuevo gobierno de la Xunta. Ya saben, por molestar.
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