La Xunta presume de gestión económica pese al estancamiento y los indicadores peores que la media

Uno de los ejes de los gobiernos del PP en la Xunta de Galicia es la defensa de su capacidad de gestión y de sus resultados macroeconómicos. Tanto el anterior presidente gallego, Alberto Núñez Feijóo, como su sucesor, Alfonso Rueda, buscan presentarse como buenos gestores y presumen de datos, a pesar de que informes como el que elabora el Foro Económico de Galicia junto con Abanca han insistido en que la brecha con la media española se abre y que la economía gallega está estancada. Indicadores como el IPC, que continúa por encima del que registra el conjunto del Estado o la deuda, triplicada desde 2009, cuestionan sus argumentos.

Alfonso Rueda habló este jueves en la comparecencia posterior a la reunión semanal de su gabinete de uno de los informes analizados. Es el que resume el cierre del ejercicio presupuestario de 2022. La presentación volvió a ser en términos positivos. Una mejora de dos décimas en el déficit previsto -los datos indican que Galicia cerró con un 0,4% con respecto al PIB en lugar de con el 0,6% que calculaba- y otra similar en el PIB -que creció un 3,8%- fueron dos de los principales argumentos del presidente gallego.

A finales del año pasado, el Foro Económico de Galicia avisaba de que la desaceleración que estaba experimentando la economía gallega estaba provocando un “desacople” con el ritmo de avance estatal. Esta misma semana destacaba que el crecimiento en enero era el mismo que en diciembre y que la situación no permite ser optimista. El propio Rueda admite que hay una rebaja de las expectativas y que la previsión para el PIB es “mucho menor” que la de 2022 -es de un 1,7%-. Ha defendido que se trata de un cálculo “muy realista”, en la línea del estatal y que se ve afectado por “factores globales” que influyen “a todos”.

En su balance de 2022, el presidente de la Xunta presumió también del dato de la demora para pagar a proveedores, que aseguró que en Galicia se sitúa en 15 días de media, 10 menos que el promedio estatal. Y volvió a asegurar que la gallega es la comunidad en la que menos creció la deuda desde el año 2009, cuando el PP llegó al Gobierno autonómico. Sin embargo, según los datos del Banco de España que él cita, la cifra se triplicó desde entonces (de 3.954 millones de euros al cierre de 2008 a los 11.500 del tercer trimestre de 2022, el último dato recogido). Esto supone que el endeudamiento pasó de ser equivalente al 4,8% del PIB al 16,9%. Son 12,1 puntos de diferencia, mientras que en comunidades como la de Madrid el salto fue de 7,7 puntos en ese mismo periodo (del 5,7% al 13,4%).