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La escuela para temerarios de GoPro que forma a los 'youtubers' más extremos

Así graba Neil Amonson uno de sus vuelos

Lucía Caballero

Neil Amonson no le tiene miedo a las alturas, ni mucho menos vértigo: hace ‘skydiving’, salto base, paracaidismo, salto con traje aéreo y ‘speed flying’. Si quieres vivir las mismas increíbles experiencias que este humano con alma de pájaro − sin necesidad de sufrir un ataque de pánico al borde de un precipicio −, puedes asomarte a YouTube.

Muchos deportistas amantes del riesgo como Amonson deciden llevar consigo una cámara para enseñar al mundo qué se siente al volar, saltar o surcar ríos imposibles. Pero escoger el ángulo adecuado mientras estás pendiente de conservar tu vida no es tan sencillo. Además, como ocurre con cualquier tecnología, requiere un aprendizaje.

“Dimos un repaso a la mejor configuración y ajustes para cada tipo de ambiente. Queremos conseguir vídeos y fotos de calidad”. Así explica Amonson a HojaDeRouter.com el contenido de una de las sesiones celebradas durante el campamento para atletas que la empresa GoPro organizó recientemente en Alberta (Canadá), y que planea repetir todos los años. No es el primero. A mediados de año hubo otro para deportistas de alta montaña y en verano uno dedicado a ciclistas extremos.

Sus dispositivos están hechos para las situaciones difíciles, lo saben, y quieren aprovecharlo para que los deportistas demuestren qué partido se les puede sacar.

Yo pongo el material, tú la acción

El fabricante de cámaras de Silicon Valley respalda a un buen elenco de temerarios. En ellos basa buena parte de su estrategia de ‘marketing’. “Muchos atletas quieren que les patrocine porque les ayuda a promocionarse”, asegura Amonson, integrante del equipo de vuelo Bomb Squad, de GoPro, y miembro de las Fuerzas Aéreas estadounidenses.

Es una simbiosis: en la empresa no solo quieren obtener beneficios de las ventas, sino también utilizar las imágenes que los deportistas graban durante sus imposibles hazañas. Los clientes de la marca cuelgan miles de horas al día en diversas plataformas. Sin embargo, resulta difícil ofrecer el mismo espectáculo que estos amantes de lo extremo.

Quienes son respaldados por la firma ganan dinero por las visitas que reciben sus vídeos en las redes sociales de la empresa, sobre todo en su canal de YouTube – que cuenta con más de tres millones de suscriptores. También apuestan por nuevas plataformas como Watchable (una aplicación de vídeo presentada hace menos de dos meses por Comcast) e incentivan a sus clientes mediante concursos y una selección de imágenes y vídeos del día.

Las condiciones de uso y las licencias que establece la empresa permiten utilizar las grabaciones incluso en anuncios. Ben Grown, que practica kayak profesionalmente, no se enteró de que salía en un ‘spot’ de la marca emitido durante la Super Bowl de 2011 hasta que sus amigos le avisaron por teléfono.

Ni piragüismo ni paseos a caballo

GoPro patrocina a más de un centenar de deportistas extremos, aunque solo un puñado tuvo la oportunidad de acudir a Alberta. Pero, ¿qué se hace en un campamento lleno de temerarios? Desde luego nada de pasear huevos sobre cucharillas o jugar al pañuelo: remo, escalada, kayak, paracaidismo, montañismo y carrera libre. Todo ello entre escarpados riscos, pendientes y ríos turbulentos.

El alemán Jason Paul fue uno de los primerizos del evento. Él practica carrera libre, que combina con saltos y piruetas para avanzar sobre el escarpado terreno, ya sea el de una montaña o el de la ciudad. Precisamente menciona a Amonson como el atleta que más ganas tenía de conocer en Canadá. Dice que es como un “vikingo volador”.

Aunque no todo iba a ser diversión. Aparte de a las actividades, que cada uno podía elegir a su gusto, tuvieron que dedicar gran parte de su tiempo al aprendizaje. Hay que saber cómo utilizar el ‘hardware’, accesorios y programas. La clave, según Amonson, radica en ser creativo y conseguir ángulos e imágenes que nadie haya visto antes.

He aprendido lo importante que es la historia en cualquier vídeo, por muy corta que sea”, nos cuenta Paul, que también forma parte del equipo de RedBull. Hablarle a la cámara muestra cercanía y hace sentir al espectador que al otro lado hay una persona, que no se trata de un dron, sino de un humano.

El teutón afirma haber redescubierto accesorios como la abrazadera y el cuello de cisne, que no solía utilizar, pero que los profesionales del kayak tienen entre sus favoritos. “No me gustaba nada el 'paloselfie’, pero desde que lo vi en un vídeo de YouTube no paro de usarlo”, asegura.

“Compartimos nuestras actividades como forma de expresión y nos gusta ver que la gente conecta con las experiencias”, dice Amonson. Unas vivencias que, según Paul, no tienen por qué ser extremas. “Mostrar cualquier momento diario de una manera diferente también funciona bien en redes sociales”. Claro que saltar desde miles de metros de altitud deja a cualquiera con la boca abierta.

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La imagen principal de este artículo es cortesía de Neil Amonson/GoPro Bomb Squad

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