Una UDL irregular con reacción insuficiente

Desconectada. La UDL piensa demasiado en el error, en el fallo. Está más pendiente de no regalar que de generar. ¿Presión por tener que estar arriba? Puede ser, pero es lo que toca. Como sucediera en noviembre, da la sensación de que esta UD Logroñés se desinfla por momentos para recuperar su sello unos encuentros después. La extraordinaria racha de 11 jornadas sin perder está pasando factura como se demuestra que el cuadro blanquirrojo haya sumado 2 de los últimos 12 puntos en juego. Aunque con diferencias, sí es cierto que en los últimos 270 minutos hay algunos parecidos: irregularidad, descontrol en el juego y en el mando, nervios y ansiedad.

El Celta B arañó un punto en Las Gaunas y bien pudieron ser los tres de no haber mediado Miguel con dos intervenciones a las que tiene acostumbrado al personal. La que realizó al remate de Adri Cuevas, a los 18 segundos del segundo tiempo, además de plástica fue efectiva y necesaria para que la UDL siguiera viva en el duelo. La primera parte de los locales fue para olvidar. Horrorosa. Sin ideas, con mucho juego en largo buscando a Luis Morán, cuya mejor virtud -por lo visto hasta la fecha- es su movilidad y su juego por abajo, y desubicados para recoger las segundas jugadas, casi siempre se llegaba tarde a la presión, el cuadro vigués fue creciendo con el balón como medio.

Chevi parecía un doble; no le salían los controles, estaba errático en las conducciones, quería entrar en juego pero le podía la ansiedad. Muneta no aparecía y cuando lo hacía no hallaba continuidad. Luis Morán se fajaba en el imposible con dos centrales que le sacaban una cabeza. La consecuencia era que ni Titi ni Íker Alegre oxigenaban a una UDL desconectada, que no transmitía. Por suerte, atrás no se pasaban apuros en estático porque el Celta B, respetuoso, no se atrevía. Y eso que tras un saque de esquina Miguel Santos evitó el tanto sobre la línea en un remate de De Amo.

UN AVISO Y EL GOL DE CELTA B

Ni ese aviso animó a una UDL espesísima. Varios tiros lejanos en acciones esporádicas animaban a una grada que parecía obviar el mal juego de los suyos. Claro que pasada la media hora, una recuperación de Jordan en la medular propició el tanto de los visitantes cuando Pedro Martín, tras hacerse el hueco, se giró y sorprendió con un tiro cruzado que después de pegar en el poste entraba a portería. Un gol que se podía decir hacía justicia a un Celta B que sabía que con balón le hacía daño a un oponente fuera de sitio, por momentos.

El descanso, por suerte, sirvió para que la tensión se quedara en el vestuario. No sin antes librarse de una buena. Pedro Martín centraba y Adri Cuevas remataba. El 0-2 parecía un hecho... pero Miguel, tirando de reflejos, dio vida a los riojanos. Fuero minutos de dudas, con un Celta B crecido y capacitado para dar la puntilla a una UDL inconexa. Sin embargo, el duelo se descontroló, Íker Alegre irrumpió por el costado zurdo con espacio y Kevin sufrió de lo lindo. Por ahí encontró la reacción el conjunto blanquirrojo. Adrián León, como siempre espectacular en la entrega y a la hora de cubrir las espaldas a una pareja de malabaristas como Chevi y Muneta, empezaba a ser un imán para recoger los balones y ser el primer punto de apoyo para lanzar sobre los costados.

En tres acciones consecutivas, tiro de Íker Alegre, remate de Adrián León alto y cabezazo de Borja, la UDL había revertido la situación. El equipo vigués estaba maniatado. Había que aprovechar esa circunstancia y Chevi metió un balón de lujo a la espalda de Olaza para que Titi, después de levantar la cabeza, diera una asistencia a un Íker Alegre, ambicioso, que se tiró con fe a por el esférico. Era el empate y no se podía parar ahí. Pouso, que ya pensaba poner en escena a Carlos Fernández y a Pere Milla, optó por dar entrada al ilerdense por un Chevi precipitado.

SIN ARREÓN FINAL DE LOS LOCALES

Sin cambiar el dibujo se insistía en las intenciones, mientras que el Celta B respondía tras una falta lateral para frenar la euforia local. De nuevo, Miguel se erigía en protagonista con otra parada de reflejos. Estaba claro que no era el día del central De Amo, que veía como por segunda vez en el choque se quedaba sin premio. Pero esa acción, afectó a una UDL que se obcecó en lanzar sobre Carlos Fernández. Por ahí, el Celta B recuperó la posesión y el control del juego. La calma superó a la agitación y los pupilos de Carlos Pouso fueron decreciendo en sus intenciones de obtener el triunfo.

Se esperaba, se deseaba, un arreón final pero no llegó. Es más, quizá volviendo a pensar en lo acontecido contra la Arandina la semana pasada -encajó dos goles en los minutos finales- la UDL prefirió no asumir riesgos. No se lanzó como un kamikaze en aras de la victoria por lo que Iván Villar no tuvo que intervenir. Tampoco Miguel. De esta manera, un poco fría, concluyó un encuentro que demuestra que esta UD Logroñés no atraviesa por su mejor momento: desconectada, irregular, con dudas de si combinar o lanzar, sin esa chispa y frescura mostrada en el mes de enero... Será cuestión de coco y de volver a sumar tres puntos de una tacada. La Peña Sport está en el horizonte.

UD Logroñés: Miguel; Miguel Santos, Jacobo, Borja, Paredes; Adrián León; Titi (Carlos Fernández, min. 69), Chevi (Pere Milla, min. 66), Muneta, Íker Alegre; y Luis Morán (Barreda, min. 74).

Celta B: Iván Villar; Kevin, Roger Riera, De Amo, Olaza; Jordan (Borja Fernández, min. 71), Luis Gustavo; Fragapane, Adri Cuevas (Borja Iglesias, min. 75), Luis Rioja (Pape, min. 90); y Pedro Martín.

Goles: 0-1, min. 33: Pedro Martín. 1-1, min. 62: Íker Alegre.

Árbitro: Julio Fermín Leo Ollo (colegio Navarro), acompañado por Mikel Ballano Roldán y Miguel Ángel Murillo Soriano. Amonestó a los locales Titi (min. 42), Paredes (min. 60), Adrián León (min. 88); y a los visitantes Kevin (min. 46), Jordan (min. 56), Adri Cuevas (min. 69) y De Amo (min. 90).

Incidencias: 2.543 espectadores, según informó el club organizador.