Luz verde del Ayuntamiento de Madrid para ampliar el nuevo hotel de lujo en Gran Vía que diseña Philippe Starck
Nuevo hotel de lujo para la Gran Vía. El número 20 de la avenida madrileña cambiará pronto de aspecto para albergar el primer proyecto de la cadena Evok en España. Será a través de un establecimiento de cinco estrellas que lucirá la marca Brach Madrid, una de sus vías de negocio que inició en París.
Aunque la compra de este edificio por parte de la marca se anunció en 2019, el proyecto se ha mantenido sin apenas novedades hasta el pasado 8 de noviembre, cuando el Ayuntamiento de Madrid dio luz verde en su Junta de Gobierno a un plan especial para ampliar la superficie del hotel, que ahora acaba de pasar a información pública.
Según los detalles a los que ha tenido acceso este periódico, el edificio aumentará 300 metros cuadrados de superficie después de su reforma, de los 4.763,67m2 hasta ahora construidos a los 5.063,67 m2 autorizados de superficie computable con el nuevo planeamiento, casi 200 metros más que lo que permitía la licencia de hospedaje autorizada en el año 2021, con el que se iniciaron unas obras de remodelación que todavía se están desarrollando.
Las obras proyectadas en este plan especial incluyen reestructuraciones y ampliaciones variadas, entre ellas demoliciones parciales de forjados, cubrir patios centrales, o tapar las instalaciones y otros elementos de sus cubiertas. Todo para alumbrar 59 habitaciones y suites, una terraza en la zona alta, restaurante, pastelería, y un club de deportes con piscina, según anunció en su día el fondo inmobiliario Zaka Investments, que participó en la operación de compra.
Zaka calculó en 65 millones de euros la inversión necesaria para la adquisición y reformas, de los que 44 millones fueron destinados a la compra del inmueble, propiedad de Cajalmendralejo y que durante muchos años albergó oficinas de la Consejería de Educación de la Comunidad de Madrid.
La fecha inicial de apertura del hotel estaba en 2022, pero un comunicado de prensa de Evok de principios de año retrasaba hasta 2024 el inicio de operaciones. En la misma nota anunciaba a Miguel Ángel Doblado como manager general del hotel en la capital de España. Aunque el periodo para desarrollo del plan especial ahora en tramitación es de año y medio desde que el gobierno municipal dé luz verde al proyecto, lo que podría llevar a su legalización final al año 2025, como mínimo.
Evok tiene previsto abrir en Madrid el segundo hotel de su marca Brach, que también expandirá a Roma después de un primer establecimiento en París. La idea es que, al igual que en el caso de la capital gala, en España el diseño también sea del afamado Phillippe Starck. Él será el encargado de idear un espacio para “proporcionar momentos únicos, alegres y placenteros a través de un servicio excepcional y la cuidadosa selección de cada detalle para el bienestar”, como apunta la empresa hotelera en su último comunicado de prensa.
Un edificio levantado para Seguros La Estrella
El número 20 de Gran Vía cuenta más de cien años y está incluido en el Catálogo General de Edificios Protegidos, con nivel 1 de protección integral. Tiene siete plantas, además de sótano, semisótano y entreplanta y fue levantado en 1922 con un proyecto del arquitecto Pedro Mathet para la primera parte de la avenida que por entonces acababa de abrir la capital.
El encargo le llegó de la Sociedad de Seguros La Estrella y el destino era dedicarlo a viviendas de alquiler, que fueron diseñadas inicialmente con estancias “a la italiana”, es decir, sin ventilación directa en la intermedia. Las dos viviendas previstas en cada planta de distribuían en torno a cuatro pequeños patios de luces.
En los bajos del edificio abrió el American Bar Pidoux, que comercializaba en exclusiva champagnes y licores como el Grand Marnier. Fue el primer local donde trabajó Chicote antes de abrir su negocio un poco más abajo y en la misma acera. Allí también estuvo, según la web municipal Patrimonio y Paisaje, la empresa automovilística Nash. Después se instaló la compañía Rolaco, de mobiliario de tubo de acero, que puso los muebles del bar Chicote o las butacas de los cines Capitol y Coliseum.
A principios de los noventa, el edificio transformó su uso para oficinas y diez años después el Ayuntamiento de Madrid recibió un primer proyecto para dedicarlo a un hotel que no prosperó, por lo que la Comunidad de Madrid lo alquiló para su área de Educación.
Como nota anecdótica, en el solar sobre el que se asienta estuvo en su día un suntuoso palacio, el de Masserano, que sirvió para un príncipe que actuó como de Carlos III en Londres y París. Allí vivió en su niñez el escritor Víctor Hugo, cuando su padre fue trasladado a Madrid durante el breve reinado de José I Bonaparte.
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