La crisis del COVID-19 ha debilitado el sentido común que construyen los medios de comunicación: se derrumba la concepción de un Estado que no tiene que intervenir la economía, se derrumba la concepción de una sociedad formada por la agregación de personas movidas por su interés propio, se derrumba la concepción de nosotras como personas independientes. Este debilitamiento va a propiciar el avance de posiciones que en otras circunstancias habría costado años. Está en nuestra mano que esos avances sean hacia un escenario de más derechos y libertades o hacia un escenario de represión y miedo. La CGT actúa desde cada centro de trabajo reconfigurando las relaciones de poder y construyendo con ello una sociedad mejor, y se moviliza en la calle para visibilizar nuestro derecho a una vida digna.
A las irrenunciables aspiraciones de una sistema productivo que no nos vea como piezas desechables, el consenso científico mundial ha añadido las catastróficas consecuencias de continuar bajo este sistema capitalista. El cambio climático como gran advertencia global pero muchas otras a nivel local como puede ser la destrucción del Mar Menor, nos señalan la posibilidad real de ver nosotros mismos el colapso de nuestras tierras y ciudades. CGT exige una transición rápida a un modelo agroecológico de la agricultura y la ganadería, un plan de reconversión industrial, la reducción radical del gasto energético y una nueva forma de consumo basada la fabricación y reutilización local.
En el nuevo sistema productivo, las y los trabajadores iremos adquiriendo el control de la organización del trabajo para garantizar que el mundo laboral no sea un estamento aislado del resto de la sociedad. Sino que se integre con el resto de actividades sociales necesarias como la crianza, los cuidados, todo lo que se llama la reproducción de la vida, así como los espacios de desarrollo comunitario y personal. Esto quiere decir, por ejemplo, que la conciliación de nuestras vidas laborales y familiares se alcanza más bien reduciendo drásticamente la jornada laboral que construyendo guarderías públicas.
La clase empresarial ya está trabajando para ganar el relato de la reconstrucción post-COVID-19. Se presentan como las únicas personas capacitadas para salvarnos, pero la realidad es tozuda: han sido sus recetas económicas las que han provocado que esta crisis sea más profunda. Ahora es el tiempo de las y los trabajadores, creadores de la riqueza del país, aplastados bajo el despotismo empresarial. Traeremos la democracia al mundo del trabajo, regido todavía por criterios autoritarios, y haremos efectivo el Derecho a la igualdad de todas las personas.
La CGT se manifiesta el martes 30 de junio en la Plaza de la Universidad en Murcia a las 20:00 aprovechando la ventana de oportunidad de la crisis para avanzar hacia una sociedad con más derechos y libertades.
*Julián Cuevas es secretario del sindicato CGT en Murcia
Murcia y aparte es un blog de opinión y análisis sobre la Región de Murcia, un espacio de reflexión sobre Murcia y desde Murcia que se integra en la edición regional de eldiario.es.
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