El PNV desempolva el auditorio como promesa estrella para las elecciones en Vitoria
En Vitoria, sin razón aparente para el visitante despistado, hay una calle que se llama Paseo de la Música. Une la zona de La Senda con los juzgados. Se trata de un lugar sin urbanizar en pleno centro de la capital vasca, junto al ferrocarril, y que se emplea habitualmente para el esparcimiento de los perros. Esa denominación es el único vestigio de una operación urbanística impulsada por el 'popular' Alfonso Alonso cuando era alcalde (1999-2007) para instalar allí un auditorio diseñado por Juan Navarro Baldeweg. Fracasó también el intento de su sucesor, el socialista Patxi Lazcoz (2007-2011), de llevar el auditorio a Lakua -allí una parada de tranvía se llama “Intermodal” como heredera de otro proyecto inexistente- dentro de un gran complejo llamado Bai Center.
Muchos años después, el actual regidor, Gorka Urtaran, y el diputado general de Álava, Ramino González (ambos del PNV), se han puesto el traje de candidatos a la reelección y han recuperado la promesa de una sala sinfónica para Vitoria. Su proyecto se ubicará, como el de Alonso, en el Paseo de la Música. Pero retomará el diseño y las características básicas del de Lazcoz, elaboradas por los Bayón, padre e hijo. “Álava y Vitoria necesitan una infraestructura de estas características, necesitan un auditorio”, han insistido Urtaran y González, que se han desplazado hasta el solar vacío para presentar una infografía del proyecto, ya consensuado con sus autores.
“Es la mejor parcela”, han explicado los dirigentes del PNV, acompañados de la plana mayor del partido en Álava. Se da la circunstancia de que, en su momento, los nacionalistas y PSE-EE presionaron a Alonso para que la infraestructura cultural se instalase en Lakua y no en el centro al no considerarlo un emplazamiento adecuado. Urtaran ha remarcado que la del Paseo de la Música será una zona que gane en espacio y actividad cuando se complete el soterramiento del corredor ferroviario que la separa del sur de la ciudad. La enésima versión de este plan fue detallada a principios de este 2019 por el ministro de Fomento, José Luis Ábalos.
Fuentes municipales estiman que los sucesivos intentos de dotar a Vitoria de un auditorio han consumido ya 10 millones de euros sin resultado alguno. Es recordada la contratación por casi un millón del japonés Yasuhisa Toyota, que elaboró una maqueta de la instalación y trabajó en su acústica. El PNV cree que 2019, superada la crisis, es “el momento” para retomar el proyecto con una inversión de 24,6 millones de euros, lejos de los casi 50 en que se llegó a presupuestar el original de Navarro Baldeweg o los más de 30 de la pata musical del Bai Center de Lazcoz. Urbanísticamente, el suelo ya está calificado como equipamiento y bastaría con licitar la construcción, sin necesidad de acuerdos políticos en el pleno local. Urtaran, si renueva como alcalde, ha prometido que habrá conciertos de música clásica, jazz o rock en el nuevo auditorio antes de 2023. No sólo permitirá cubrir la demanda actual de eventos culturales sino ampliar esa oferta, según los nacionalistas.
El PNV no ha aclarado los detalles de la financiación de las obras. La Diputación auxiliará económicamente al Ayuntamiento -González se ha declarado un entusiasta del plan- y Urtaran espera contar también con fondos autonómicos y estatales. El auditorio, que tendrá un aforo de 1.550 asientos (más una treintena de plazas para discapacitados), podrá obtener ingresos adicionales como sede también de congresos o asambleas empresariales. “Es un proyecto sensato y sostenible”, han remarcado los candidatos del PNV en la presentación de lo que será su medida estrella de cara a las próximas elecciones locales.
