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Cuba denuncia más de 4.000 millones anuales en pérdidas por el embargo de EE.UU.
Cuba registró más de 4.000 millones de dólares en pérdidas en un solo año como consecuencia del embargo financiero y comercial que le aplica Estados Unidos, según los cálculos del Gobierno divulgados este viernes en La Habana por su canciller, Bruno Rodríguez.
El daño a la economía cubana ascendió concretamente a 4.343 millones de dólares entre abril de 2018 y marzo de 2019, período que no recoge el más reciente endurecimiento del embargo con nuevas medidas de la Administración de Donald Trump desde abril, informó el Ministro de Exteriores en una rueda de prensa.
Rodríguez presentó el informe anual que elabora el Gobierno cubano para cuantificar los daños que provoca el “bloqueo”, que desde 1960 -año de puesta en vigor el embargo- habría costado a la isla 138.843 millones de dólares a precios corrientes y 922.630 millones de dólares si se tiene en cuenta la depreciación del dólar frente al valor del oro en el mercado internacional.
El documento publicado hoy llega, como cada año, antes de que Cuba presente entre el 6 y el 7 de noviembre ante la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en Nueva York su proyecto de resolución en el que recaba apoyos internacionales para pedir a EE.UU. que ponga “fin al bloqueo económico, comercial y financiero”.
Esa iniciativa, que La Habana lleva a la ONU desde 1992, es el mayor éxito diplomático del Estado comunista al haber recibido desde entonces el respaldo mayoritario de ese foro internacional. El año pasado obtuvo 189 votos a favor y solo 2 en contra, de EE.UU. e Israel.
Cuba desgrana en el informe presentado por su canciller los daños o “afectaciones” que el embargo causa en los diferentes sectores de su economía, así como las consecuencias directas e indirectas sobre el desarrollo y el bienestar de la población.
Así, considera que la salud y la alimentación son “objetivos priorizados de las agresiones de los gobiernos estadounidenses”, que “entorpecen” la adquisición de materias primas y equipos médicos para tratar enfermedades como el cáncer, causando en el sector pérdidas estimadas en 104 millones de dólares entre abril de 2018 y marzo de 2019.
El documento también recoge que el embargo “continúa siendo el obstáculo fundamental” para que Cuba cumpla con su Plan de Desarrollo Económico y Social hasta 2030 y con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU, y cuantifica en 79 millones de dólares los daños ocasionados a la producción y los servicios en el antes citado intervalo de 12 meses.
En el transporte, las pérdidas ascenderían a 49 millones de dólares, en el sector de energía y minas a 78 millones, en las finanzas a 725 millones y en el comercio exterior de Cuba a 2.896 millones en el mismo período, siempre según los cálculos del Gobierno cubano.
El plazo recogido en el informe es anterior a las nuevas medidas de endurecimiento del embargo por parte de Donald Trump, que en abril activó por primera vez el título III de la ley Helms-Burton, dando luz verde a las demandas ante cortes de EE.UU. a empresas de terceros países que se estén beneficiando de propiedades confiscadas tras la Revolución de 1959.
Además, el Gobierno de EE.UU. decretó en junio nuevas restricciones de viaje a Cuba, entre ellas la prohibición total de las llegadas de cruceros del país norteamericano, lo que ha supuesto un duro golpe al sector turístico local, y más recientemente restringió el importe de las remesas que pueden enviarse a la isla.
El embargo estadounidense también es, según las autoridades cubanas, el responsable de la actual crisis energética que sufre la isla por la interrupción parcial del suministro de combustible, una peligrosa situación que está afectando gravemente al transporte, las actividades industriales y la vida diaria de los ciudadanos en todo el país.
EE.UU., según el ministro, está poniendo cortapisas a la llegada de petróleo desde “diversos mercados situados en Sudamérica, Europa y África del Norte” con acciones que “incluyen la amenaza directa, persecución a compañías de transporte de combustible, presiones contra gobiernos de registro y bandera de esos buques y acciones contra navieras y empresas de seguros”.
“Quienes atribuyen los problemas de la economía cubana, en particular los que se están produciendo en estos meses, a la incompetencia de nuestro gobierno o a la ineficacia del socialismo, a la larga terminan en una posición de ingenuidad, de ignorancia o de complicidad”, aseguró hoy el canciller en su discurso.
También se dirigió a los detractores de Cuba en Washington, a quienes advirtió de que por la vía de la hostilidad “no arrancarán ninguna concesión política a nuestro Gobierno, porque la dignidad de Cuba no se negocia” y recordó que su estrategia “ha fracasado durante seis décadas”.
Atahualpa Amerise
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