“Justicia para Mamouth”: la comunidad senegalesa exige en Sevilla esclarecer la muerte de un vendedor ambulante
Clamando “¡Policía Local, asesina!”, “¡Justicia para Mamouth!” y “¡Ningún ser humano es ilegal!”, una marcha de más de 200 personas africanas, la mayoría senegalesas, con el apoyo de algunas decenas de españoles blancos se manifestaron este lunes por la tarde cortando el tráfico en el céntrico Paseo de las Delicias de Sevilla para exigir una investigación independiente, transparente y justa tras la muerte la tarde anterior del senegalés de 43 años Mamouth Bakhoum, trabajador de la venta ambulante, y que acabó en el río Guadalquivir cuando trataba de huir de unos agentes de la Policía Local.
La manifestación, no comunicada a Delegación del Gobierno, arrancó del Muelle de Nueva York, donde la víspera ocurrieron los hechos que la Policía Nacional y la Policía Local aseguran que van a investigar en conjunto. Desde allí, las y los congregados, visiblemente emocionados, tomaron rumbo desde el Costurero de la Reina hacia el Palacio de San Telmo, sede de la presidencia de la Junta de Andalucía, exigiendo en español y wólof, lengua senegalesa, que haya una investigación independiente y transparente del fallecimiento en vez de dar por hecha la versión policial inmediatamente difundida por muchos medios informativos.
“La Policía defiende a sus dos agentes, tiene su lógica”, declara a SevillaelDiario.es Abdou, quien se identifica como responsable de la Comisión de Cuentas de la Asociación de Senegaleses de Sevilla. “Pero la verdadera justicia no es versión de parte, sino hechos probados y, de lo difundido hasta ahora, hay cosas que no encajan y otras directamente falsas”.
Según Abdou, no cuadra que Mamouth, que no sabía nadar, decidiera tirarse al río por su propia voluntad, y desmiente los supuestos ataques de senegaleses a la sede de la Jefatura de la Policía Local de La Ranilla, como ha difundido el Ayuntamiento a través de sus fuentes oficiales, así como de supuestas quemas de contenedores por toda la ciudad. “¿Dónde están las fotos de esos contenedores ardiendo?”, pregunta. “De los veinte senegaleses que fueron a comisaría solo uno tiró una piedra y rompió un cristal”. Pero, lo más relevante para Abdou y todos los manifestantes es aclarar las circunstancias de la muerte de Mahmoud Bakhoum.
Esperanzas en una cámara de seguridad
“Nosotros acabamos de hablar con dos trabajadores de una terraza cerca de donde ocurrieron los hechos”, asegura, “y nos han dicho que los dos agentes fueron aporreando a Mamouth hasta el borde del río. Que no pueden decirnos más. Pero allí hay una cámara de seguridad. Veamos las imágenes y que se haga justicia”.
También Abass Sene, estudiante de Derecho y Ciencias Políticas en Senegal y ahora de la ESA en España, se refiere a esa cámara. “Mientras se averigua si hay testigos, es urgente ver qué ha captado la cámara, porque Mamouth tenía menos de 40 camisetas para vender, eso no es ni delito sino una infracción, y en países democráticos como España ni siquiera a un asesino se le mata. ¿Cómo dejar impune la muerte de quien solo ha cometido una infracción?”
Maty, otra senegalesa manifestante, afirmaba saber que el fallecido tenía los documentos en regla y de hecho había ido y vuelto a su país hacía dos meses para ver su mujer e hijo, según ha comprobado este peródico, lo que sería incongruente con la explicación policial de que seguramente se tiró al agua asustado de que lo fueran a identificar como 'sin papeles' y a deportar. “¿Los policías no pudieron cogerle desde la Catedral a este punto alejado del río?”, se pregunta Maty.“¿Por qué seguir tras él cuando ya había tirado la mercancía?”, añade. “Tememos que a los agentes se les fuera la mano con él y para enmascararlo lo tiraran al río. Así que exigimos conocer la autopsia”.
Versión policial de la muerte
El jefe de la Policía Local de Sevilla, Antonio Luis Moreno, compareció este lunes por la mañana, ante los medios de comunicación para defender la actuación de sus agentes, asegurando que el fallecido, cuya muerte lamentó, protagonizó una conducta “inesperada, sorpresiva e incongruente” y que los policías “intentaron salvarle por todos los medios”.
Según su relato, los agentes realizaban un dispositivo “rutinario” contra la venta ambulante ilegal en el entorno de la avenida de la Constitución y asegurando que habitualmente la Policía Local “no detiene a nadie” porque los vendedores “sueltan el hatillo” con sus productos y la mercancía resulta intervenida por los agentes. “Son las reglas del juego”, ha dicho. Aunque en este caso, según Moreno, Mamouth Bakhoum mantuvo con él la mercancía de camisetas deportivas en su huida al muelle de Nueva York. Algo que sus compatriotas desmienten.
La versión policial sostiene que los agentes iniciaron un “seguimiento”, que no “persecución” del hombre hasta que en los bajos del puente de Los Remedios y sin dejar el hatillo, “se agarró al pretil” que separa el paseo del curso del agua, en ánimo de arrojarse al Guadalquivir. Supuestamente los agentes habrían intentado disuadirle de que no lo hiciese dado lo “peligroso” de la situación, pero finalmente se habría arrojado al agua, donde tras no lograr mantenerse a flote, “se hundió”. Los policías que le seguían, según ha enfatizado Moreno, “intentaron salvarle y se arrojaron al río, pero no fue posible” rescatarle.
El cuerpo fue finalmente sacado del agua ya sin vida por buzos de la Unidad de Rescate Acuático del servicio de Salvamento y Extinción de Incendios.
Discrepancia entre policía y senegaleses
La comunidad senegalesa quiso dejar claro este lunes con su nutrida, pacífica y rauda movilización que desconfía de la versión policial. Ha querido manifestar que no van a consentir la impunidad de la muerte de Mamouth Bakhoum. Y que la criminalización que ellos mismos han sufrido las últimas veinticuatro horas, cuando se les ha acusado en medios informativos de vandalismo contra la comisaría de La Ranilla, les proporciona motivos para sentirse víctimas de prejuicios racistas e injusticia.
El propio jefe de la Policía Local ha asegurado en su comparecencia ante los medios que la reunión que tras la muerte del hombre mantuvieron responsables policiales y municipales con miembros de la comunidad senegalesa en Sevilla fue “moderada y calmada”. No obstante, ha dicho que “20 o 30 personas”, amigos y compañeros del fallecido, “intentaron abordar la Jefatura” de La Ranilla, “por la exaltación ante la muerte de su compatriota” y lanzaron “botellas y piedras” contra el edificio, con el resultado de “daños materiales mínimos”. Keba Ndoye, en cambio, subraya que “la comunidad senegalesa no ha perpetrado ninguna agresión, ni quemado contenedores”. “No hay fotos, ni una prueba, es falso”, asegura Abdou tesorero de la Asociación Senegalesa. “De los veinte que fueron a comisaría solo uno rompió un cristal, los demás lo pararon”.
Esta persona “más exaltada”, según la Policía, fue detenida después de que dos agentes fueran, según la versión policial, “lesionados de poca consideración al reducirle”. El Juzgado de Instrucción número 20 de Sevilla, en funciones de guardia, acordó este mismo lunes la puesta en libertad provisional sin medidas cautelares del hombre, acusado de presuntos delitos de atentado, daños y lesiones, según informaron a Europa Press fuentes del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA).
Manifestación indignada y pacífica
Las y los manifestantes, africanos y españoles, algunos de Solidaridad Internacional, siguieron más allá de la presidencia de la Junta hacia el Paseo del Cristina donde ya hicieron acto de presencia operativos de la Policía Nacional que bajaron de ocho furgones y se dividieron en dos grupos, uno para abrir el tráfico hacia el Paseo Colón a la vez que por el puente de San Telmo y otro para impedir una posible continuación de la marcha a Puerta Jerez. Ahí, bajo unas pérgolas, mientras los senegaleses parlamentaban con la policía se vivió el único momento de tensión cuando un joven manifestante, entre lágrimas, exclamó: “¡Este puto mundo es de todo el mundo!”. Pero una señora senegalesa y otros compañeros jóvenes lo abrazaron, consolaron y calmaron, y el muchacho acabó sentado en la acera cabizbajo.
“Estamos todos consternados y esta muerte se tiene que aclarar”, declaró Elhadji Medoune, fundador de la asociación Nuevo Tipo de Inmigrante, geógrafo, premio ESA Andalucía y estudiante de Comercio Internacional. “No nos salen las palabras”, corrobora su compatriota senegalesa Luca, “porque si matan a un morenito nos matan a todos”. Keba Ndoye, estudiante de último curso de Administración y Dirección de Empresa, conocía, además, personalmente al fallecido Mamouth Bakhoum. “Hace años me ayudó, con toda generosidad, a encontrar alojamiento a un pariente y seguíamos en contacto. Hoy estoy dolido e indignado por su muerte y por cómo refleja lo que está pasando en la sociedad: la persecución de quienes ya somos miembros de España, queremos lo mejor para nuestro nuevo país y contribuimos a ello trabajando, sin delinquir, a pesar de lo cual, sufrimos estas consecuencias”.
El sentimiento de injusticia y de racismo institucional y social era ampliamente compartido por la comunidad en la marcha, así como por los españoles blancos que la secundaban. De hecho, una joven manifestante blanca recriminó a esta periodista: “¿Tú también vas a escribir que se tiró al río porque quiso? ¡No podemos creer a la prensa porque no investigáis la verdad sino que dais eco a las mentiras!”
Senegalesas y senegaleses consultados insistieron en que, ahora que no puede evitarse el fallecimiento de este trabajador, esposo, padre, hijo, hermano y compañero lo que exigen, con toda decisión, es que aflore la verdad y se haga justicia. “Tenemos que poder contarle la verdad a su hijo”, se emociona hasta las lágrimas Abdou.
Una pareja de ciclistas franceses blancos se detiene y pregunta a algunos senegaleses por qué se manifiestan y por qué hay tantos furgones policiales cercando la protesta. Se entienden en francés al haber sido Senegal colonia de Francia. Cuando Abass Sene les informa, el joven francés de origen gallego, Nieto William, exclama: “¿Aún estamos acaso como en 1961 cuando en París reprimían las manifestaciones de argelinos tirándolos al Sena? ¡Es indignante que apenas se evolucione! ¡Vosotros adelante, adelante siempre!”, los apoyan él y su compañera. “Es una vergüenza que Europa mate de hambre a África para obligar a los africanos a venir y luego explotarles”, declara volviendo a subir a su bici, “Y que esto pase mientras en el barrio burgués donde nos alojamos estos días, cada noche, niñatos revienten botellas y armen escándalo sin que nadie les chiste porque son pijos blancos!”.
Reconfortados por estos gestos y palabras de respaldo este grupo de manifestantes se va dispersando, como casi todos los demás. Al final, veinte o treinta personas siguen concentradas en la esquina del Palacio de San Telmo, rodeadas de policías y furgones. La mayoría ahora son jóvenes blancas y, de repente, los agentes se llevan a una y luego a otra a un furgón para identificarlas, aunque pasados unos minutos mientras algunos manifestantes, senegaleses y españoles, se quedan preocupados por ellas, son puestas en libertad y todos se marchan con la idea en mente de volver a convocarse proximanente y hasta que la realidad quede esclarecida con pruebas irrefutables.
Una vez acabada la protesta, la Asociación de Senegalesas y Senegaleses de Sevilla por la Solidaridad difundió un comunicado donde asegura que “los testimonios de amigos presentes en el momento del suceso contradicen la versión” policial “que afirma que Mamouth Bakhoum se arrojó al agua voluntariamente” y que por ello ya han “iniciado gestiones ante las autoridades locales para la apertura de una investigación exhaustiva sobre las circunstancias de la muerte” de este miembro de su comunidad, para “garantizar la justicia”, “apoyar a su familia” y “honrar su memoria”.
La citada entidad, además, quiere “desmentir las acusaciones falsas vertidas por ciertos medios de comunicación” sobre actos vandálicos que “no se han cometido”. Insta “a la prensa a actuar con responsabilidad sin difundir información no contrastada que pueda agravar la situación”. Y hace un llamamiento a toda la ciudadanía indignada por esta muerte en circunstancias por esclarecer a “mantener la calma, actuar con prudencia” y “evitar cualquier acción que pueda ser utilizada para deslegitimar la memoria de Mamouth o el justo reclamo de verdad y justicia”, solo alcanzable “por vías pacíficas y legales”.
También tras la marcha de ayer la Plataforma Somos Migrantes divulgó una carta abierta sobre el caso donde denuncia la “violencia institucional” de un sistema político “burocrático” donde la ILP pro regulación de los migrantes que arrancó como iniciativa ciudadana hace 4 años no acaba de tramitarse en el Congreso con la celeridad que evite ya la persecución y huida de quienes como Mamouth Bakhoum son trabajadores y no delincuentes. “Esta Europa mata todos los días y la indiferencia es otra arma contra la inmigración”, consigna la carta que convoca a una concentración el jueves 2 de enero a las 19h en la sevillana plaza de la Gavidia y acaba declarando: “¡No más muertes por no tener papeles! ¡Ninguna persona es ilegal!”.
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