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Los 73 rebrotes activos disparan el número de contagios y la preocupación de Sanidad

El brote de Ordizia (Gipuzkoa) suma otros 13 positivos y son ya 48

Belén Remacha

8 de julio de 2020 22:22 h

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Dos semanas y media después de que comenzara la 'nueva normalidad’, en España hay ya 73 brotes activos de COVID-19. Cada día el número aumenta: el 23 de junio eran 12, pero ayer mismo eran 67. Lo ha actualizado el ministro Salvador Illa este jueves en una entrevista en Antena 3. El miércoles, en otra en Catalunya Ràdio, admitía que los sigue con “preocupación”, aunque también que sabían y saben que “habrá brotes, ha habido en todos los países”. Los que más le inquietan son los del Segrià (Lleida) y el de A Mariña (Lugo), comarcas donde se han requerido las medidas más restrictivas.

Los casos también están subiendo tras la desescalada. Este miércoles hubo 257 notificaciones, el doble que el martes, cuando fueron 124. Aragón, donde también hay un brote importante –en varias comarcas de Huesca– y Catalunya están a la cabeza. Los responsables de Salud Pública y de Alertas y Emergencias Sanitarias del Ministerio, Pilar Aparicio y Fernando Simón, se han reunido este miércoles con los representantes de esas dos comunidades y también de Madrid, otra de las comunidades que lidera la incidencia pero que por ahora solo ha comunicado un brote de 5 personas. El diálogo con todos los territorios es “muy fluido”, declaraba también Illa, que ha reconocido que también hay brotes que miran de cerca en Euskadi, en Cantabria y en Andalucía.


Evolución de los nuevos casos diarios por fecha de inicio de síntomas

Ritmo de nuevos casos diarios por fecha de inicio de síntomas. La línea azul muestra el promedio semanal de nuevos casos diarios

Fuente: Ministerio de Sanidad


Según el protocolo del Ministerio, se considera brote una transmisión de COVID-19 en cadena entre 3 personas, excepto cuando es intrafamiliar –ahí el número es más laxo y no hace falta notificarlo– y cuando es en una residencia –basta un único diagnóstico para que se active la alerta por la alta vulnerabilidad de los usuarios de esos centros–. Simón lleva varios días explicando en ruedas de prensa que alrededor del 60% de las nuevas personas detectadas son asintomáticas, y eso es una buena noticia: aunque las cifras suban, el perfil de los pacientes no es el mismo que en abril, cuando solo se hacía prueba PCR a las personas graves que acudían a los hospitales. Ahora, más de la mitad de los casos se resuelven con aislamiento domiciliario y sin tratamiento hospitalario. La edad media también ha bajado en unos 10 años en estas semanas, según han reportado desde Sanidad: es de 47 años para hombres confirmados y 50 para mujeres.

“La curva epidemiológica está alterada respecto a la que hemos visto en meses anteriores, entre otras cosas porque las cadenas de transmisión se dan entre gente joven. Pero, cuando se descontrolan, pueden igual crear problemas serios: se está viendo en Lleida, donde ya hay repunte de ingresos en UCI”, apunta sobre todas estas variaciones Ildefonso Hernández, portavoz de la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria.

Él también ve las cifras con “preocupación”. “Ya veníamos insistiendo todo el tiempo en que no es ninguna broma, hace falta reforzar con contundencia la salud pública para esta etapa”. “La gente tiene una percepción de que baja el riesgo y se relaja, en la vida social y en los centros de trabajo. Sobre todo en islas y comunidades donde hace semanas que no hay casos. Pero hay que recordar que la población es dinámica y viaja, y va a volver a haber contagios en todos los lugares”, añade Hernández. Sin embargo, también señala que “viendo las curvas de muchos países, esto ha pasado en varios: primero logran una incidencia cerca de 0, de 2 o 3 casos por 100.000 habitantes, y hay después un repunte por ese relajamiento. Pero, en general, han conseguido mantenerlo ahí. En Alemania, por ejemplo, han tenido problemas pero no ha ido al final tan para arriba. Yo espero que nos pase también eso. Pero esto son avisos de que hay que reforzar el sistema, de que ha habido fallos de coordinación en el seguimiento de contactos, de que se ha llegado tarde a algunos casos… y eso no debe ocurrir. Hace falta que el sistema esté suprepreparado para que no sea grave”.



Benito Almirante, portavoz de la Sociedad Española de Microbiología y jefe de Enfermedades Infecciosas del Vall d’Hebrón, también mira al resto de Europa para comparar y restar alarma: “Hay que dividirlo por 47 millones de personas, es un número relativamente pequeño”. Si cada brote puede ser de 3 personas, 73 brotes “forma parte de las posibilidades en España y en el mundo entero. No sé muy bien si en Alemania, Francia, Italia, Austria y Suiza –en Reino Unido sé que no– dan la misma información que damos en España, donde tanta a veces es difícil de asimilar”. Su idea es que “todo el mundo está pasando por lo mismo que en España”.

Los asintomáticos se asocian al rastreo de contactos

Que la proporción de asintomáticos haya crecido tanto en pocas semanas tiene un razonamiento sencillo, que ha destacado también Simón: muchos de los nuevos casos no se conocen porque acudan por su propio pie al centro de Atención Primaria, sino por los sistemas de rastreo. “Estamos buscando los casos de forma muy intensa si al menos la mitad [entre el 60 y el 70% del que habla Simón] son personas asintomáticas, contactos de diagnosticadas. Esto no lo hacíamos en la fase más importante de la pandemia”, recuerda Almirante. Pedro Gullón, médico, investigador y miembro de la Sociedad Española de Epidemiología (SEE), se suma a esa explicación: “Es normal que haya habido un aumento de brotes porque, con el rastreo, de cada caso es fácil que te salgan dos o tres nuevos contagios, y eso ya es un brote. Pero también implica más asintomáticos. Eso resulta positivo”.

Un aumento de casos como lo que vemos “es preocupante”, coincide Gullón con el ministro y con Hernández, pero en su justa medida: “Para que sea verdaderamente alarmante, ese aumento tiene que deberse a casos no asociados a brotes. Si están dentro de brotes, no lo es tanto. Parece que por ahora se mantienen así, como pasa en Aragón”. Le pone una jerarquía: “Lo peor es que venga al hospital gente suelta, no asociada a un brote –aunque si tirásemos muchísimo del hilo siempre se acabaría encontrando alguna relación–. Después, que venga gente suelta pero sí se demuestre fácilmente relación. Lo menos malo es cuando se detectan casos porque Salud Pública directamente los está buscando. De cuál de estos tres tipos de contagios hablamos es de lo que tenemos que estar muy vigilantes estos días”.

El de Lleida sí se está demostrando más peligroso, reconoce Gullón, “porque ahí sí que la Generalitat ha detectado un aumento de la transmisión”, y habrá que esperar a que las medidas restrictivas surtan efecto o no, para implementar otras. También hay que mirar a Madrid, “realmente sí es un poco raro que por ahora solo se haya declarado un brote, me gustaría saber si es porque no hay o porque no se detectan. Aunque también hay que tener en cuenta que Madrid parte de una situación de transmisión comunitaria más alta”. Benito Almirante, para acabar, también relativiza separando entre situaciones malas y menos malas: “Mejor que no hubiera ningún caso, pero comparado con la situación de hace dos meses... si hubiésemos tenido esta situación no habría sido ni noticia”.

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