El Patio Maravillas vuelve a encontrar un hueco en Madrid
Tras un año y medio sin un lugar donde desarrollar lo que denominan “su proyecto político”, el colectivo madrileño Patio Maravillas ha ocupado este sábado un edificio en el céntrico barrio madrileño de Malasaña con el objetivo de abrir un espacio “vivo y lleno de corazones latentes en el centro de un Madrid arrasado por la especulación”, según ha informado la propia plataforma a través de un comunicado.
Con esta nueva ocupación, el Patio Maravillas habilita un nuevo espacio de autogestión ciudadana en la capital: algo más que un “contenedor de acontencimientos”, que en los últimos nueve años ha desarrollado numerosas iniciativas (Yo Sí Sanidad Universal, No Somos Delito, la Campaña por el cierre de los CIE, la Plataforma por la Auditoría Ciudadana de la Deuda, la Oficina Precaria o Ganemos Madrid) y que, 48 horas antes del fin del mandato de Ana Botella como alcaldesa de Madrid, fue desalojado de su anterior sede por la Policía.
El edificio ocupado es un inmueble privado que el Ayuntamiento de Madrid se ha visto obligado a rehabilitar con dinero público tras más de diez años de abandono. “Pese a lo que se ha venido diciendo desde el consistorio, en la capital existen edificios vacíos de propiedad municipal”, aseguran los portavoces del Patio.
De hecho, aunque desde el Patio Maravillas se vivieron “con optimismo” los cambios acontecidos en el gobierno municipal, la nueva ocupación responde también a lo que consideran “cobardes e insuficientes” medidas del actual poder municipal.
Desde el Patio Maravillas recuerdan que los dos últimos edificios que albergaron su sede (en la calle Divino Pastor y, anteriormente, en la calle del Pez) permanecen en situación de abandono. Y por ello revindican que este nuevo inmueble se ponga “al servicio de la ciudadanía”. “El valor de uso de los edificios de nuestras ciudades debe estar por delante de su valor de cambio”, afirman.
Sobre el Patio Maravillas
El pasado 11 de junio de 2015, agentes de la Policía Nacional desalojaron la sede del Patio Maravillas (en el número 21 de la calle del Pez), 48 horas antes del fin del mandato de Ana Botella como alcaldesa de Madrid. Varios efectivos (entre los que también se encontraban agentes de la Unidad de Intervención Policial) acudieron a primera hora de la mañana para proceder a su cierre.
Sobre este espacio, lugar de encuentro de colectivos como Juventud Sin Futuro o Democracia Real Ya, pesaba una orden de desalojo desde febrero. Y desde entonces, su hoja de ruta ha consistido en intentar que el Ayuntamiento de Madrid les cediese un espacio municipal para realizar sus actividades. Una petición que llevan demandando desde hace años y que todavía no ha sido agraciada.