Luz verde a la Ley de Eutanasia: “No está todo resuelto al 100%, queda por ver cómo se concreta y se lleva a cabo”
Entre el logro y el rechazo de un nuevo derecho. Así se encuentra ahora mismo la regulación de la eutanasia en España, aprobada como ley la semana pasada en el Congreso con los votos en contra de PP, VOX y UPN. Supone la ayuda médica para acabar con la vida en mayores de edad que padezcan “una enfermedad incurable que cause un sufrimiento físico o psíquico intolerable, sin posibilidad de curación o mejoría”. La Asociación Derecho a una Muerte Digna (DMD) lo celebra tras año de lucha mientras que otros colectivos rehúsan de ella ya que “no han sido las formas ni el momento”.
Aunque a esta legislación todavía le queda mucho camino, se ha dado “un paso de gigante”. “Nos parece un triunfo de lo que ha sido nuestra reivindicación durante 35 años. No vemos que esté todo resuelto al 100%, queda por ver cómo se concreta y se lleva a cabo. Nosotros seguiremos ayudando a muchas personas a las cuales les sea complicado solicitarla, pero el paso ha sido importantísimo. Todavía quedan cosas por ir solventando pero ya se ha puesto en marcha el tren. Es fundamental”, explica José Luis Trasobares, presidente de DMD en Aragón.
En la comunidad aragonesa, casi 11.000 personas están inscritas en el registro de voluntades anticipadas. Esto significa que quieren dejar por escrito cómo desean ser atendidas en sus últimos días. Hay una regulación sobre los derechos y garantías de estos procesos en los que, de momento, no se incluye la eutanasia. Según Sanidad, un 4,4% de estas personas elegirían la eutanasia ante la posibilidad de su legalización y un 6,2% lo haría en su domicilio ante el 15%, que lo prefiere en el hospital. No obstante, una encuesta realizada por Metroscopia señalaba que el 87% de los españoles creen que un enfermo incurable debería tener derecho a decidir: “Opinión compartida por el 97% de los potenciales votantes de Unidas Podemos, el 93% del PSOE, el 91% de Ciudadanos, el 73% de VOX y el 65% del PP. Y, significativamente, incluso por el 59% de quienes se definen como católicos practicantes”.
“Ni las formas ni el momento”
Desde el Colegio de Médicos de Huesca su presidente, José María Borrel no cree que debatan “sobre algo por lo que no se nos ha consultado, y ciertamente no han sido las formas ni el momento”. Borrel ya se posicionó en su momento, invitando “a un debate serio sobre el tema con todos los matices que tiene”. Hace un año, ponía de manifiesto el caso en Holanda de una menor de edad violada y maltratada en su infancia y adolescencia, creándole un trauma de por vida. Decidió acabar con su vida por el tremendo sufrimiento que eso le suponía mediante la eutanasia.
Explicaba el presidente que “una sociedad que ante este drama solo tiene estas soluciones es una sociedad enferma, lo miremos como lo miremos. Y estamos hablando del modelo de sociedad más perfecto de los conocidos hasta ahora. No es un problema de supuestos progres y supuestos fachas, es una realidad con muchos componentes”. Señalaba que no quería entrar en disputas “con bastardos intereses partidistas, de tantas y tantas cosas relacionadas con la vida humana y con la muerte que son tratadas por nuestras autoridades como componentes ideológicos de los dos polos políticos antagónicos a los que nos quieren llevar.”
Cuidados paliativos
Por su parte, Trasobares indica que cada caso es un mundo, “porque hay opciones de absoluta evidencia; diagnósticos de canceres incurables, enfermedades degenerativas. Y hay asuntos más complicados, como ocurre en Holanda con varios puntos críticos”. Como se ha mencionado anteriormente, el proceso contará con unos requisitos y unas garantías con un largo proceso hasta la decisión final. El paciente que lo solicite deberá hacerlo dos veces en dos semanas. También serán necesarios algunos trámites en caso de que algún médico rechace practicar la eutanasia por objeción de conciencia.
“Somos muy partidarios de los cuidados paliativos y los hemos apoyado ya que son parte de la sanidad pública española. El asunto es que todavía no están suficientemente potenciados o no cuentan con los recursos necesarios, igual que muchas otras especialidades. Pero no entendemos que se diga que por mucho cuidado paliativo que haya sobra la eutanasia. No es contradictoria una cosa con la otra. Por mucho que haya si yo estoy en unas condiciones que lo que quiero es acabar, tengo el derecho a acabar. No entienden la cuestión porque no han visto cómo un familiar o un ser querido sufriendo y lo duro que puede ser morir así”, concluye Trasobares.
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