Una crisis sin precedentes que hunde al turismo en Canarias, el último sector que se repondrá de la pandemia

Las hamacas permanecen vacias en las grandes playas de Corralejo, en Fuertevntura. EFE/ Carlos De Saá

Natalia G. Vargas / Jennifer Jiménez

Las Palmas de Gran Canaria —

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La crisis económica, agravada por el coronavirus y su incidencia mundial, golpea al sector que mueve la economía en Canarias: el turismo y la hostelería ligada al primer motor del Archipiélago. Sindicatos, patronal y economistas coinciden en que será el más afectado por el cierre de fronteras y el último que se recuperará de la pandemia. La mayor parte de visitantes que llegan al Archipiélago tienen entre 60 y 80 años, y dos factores determinantes para elegir su destino son la sanidad y la seguridad, algo que las Islas no pueden garantizar en la actualidad. Hasta el momento, la clausura de las empresas ha provocado que en la comunidad autónoma se soliciten más de 20.000 ERTE, según datos del Gobierno de Canarias. No obstante, la cifra que preocupa aún es la del paro, que registró este mes un aumento de 19.797 personas en la región. Uno de los principales motivos es la elevada cifra de contratos temporales o pendientes de finalizar. A este incremento se le suman los parados de larga duración y el hecho de que no todas las entidades volverán a la normalidad cuando pase el estado de alarma decretado en España por esta crisis sanitaria. Habrá sectores que se recuperarán más tarde. 

La falta de precedentes impide que los gobiernos y las empresas puedan valerse de estrategias previas para volver a salir a flote. La economista y catedrática de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC) Josefa Martín subraya que ahora el entorno económico es muy diferente, por lo que tampoco se puede intentar tomar referentes del pasado para enfrentar este “parón absoluto”. Es precisamente esta interrupción total de la actividad la que, según la experta, hará que la recuperación respecto a la crisis que sufrió España en 2008 sea mucho más “dura”: “Todo el tejido social y también el empresarial está afectado”. A este hostil escenario se suma que el virus ha irrumpido en plena temporada alta. Para Martín, la solución radica en la técnica y la estrategia: “Soy una firme defensora de que, con buen criterio y buena estrategia vamos a poder salir, además, muy reforzados. Tanto la economía como la sociedad en su conjunto”.

Pese a esta postura optimista, la catedrática lamenta que el país en general y Canarias en particular hayan dejado escapar al talento científico en la conocida como “fuga de cerebros”, aunque confía en que esta coyuntura empuje a “repensar el sistema”: “Hemos invertido en la formación de muchos jóvenes y ahora están fuera porque aquí no tienen oportunidades”. Así mismo, la economista considera que son precisamente los jóvenes los que van a encontrar un panorama aún más desolador en el ámbito laboral en esta crisis. Junto a ellos, Josefa Martín sitúa también a las históricas víctimas de todas las recesiones: las clases más desfavorecidas, es decir, aquellas con menos formación y con empleos más precarios: “Es el caso de aquellas familias donde solo hay una persona que lleva el dinero a casa y sufre un ERTE, o peor, un ERE”. La actitud de la Unión Europea también es, desde su punto de vista, una de las decepciones de esta emergencia sanitaria y económica: “Está dando una respuesta muy negativa a los países del sur. Si no está para esto, ¿para qué? ¿para que Alemania nos venda cosas? Hay que pensar también en las políticas globales”. 

A pesar de que aún es pronto para describir cómo será la economía después del coronavirus, Martín espera que las mejoras climáticas que han experimentado las grandes ciudades con el confinamiento sirvan para que las entidades y los políticos “tomen conciencia” de que hay que incentivar la Responsabilidad Social Corporativa en lo que refiere al medio ambiente, una herramienta que ahora “es solo un escaparate”. Asimismo, tras la caída que ha sufrido el sector turístico, la experta “espera y confía” en que se valoren otras áreas como la industria o la agricultura, una actividad “gracias a la que estamos sobreviviendo en este momento”. 

Por el contrario, el presidente de la Federación de Hostelería y Turismo de Las Palmas (FEHT), José María Mañaricúa, defiende que Canarias es única en Europa, al ser, a media distancia, el único lugar que tiene sol en invierno. “En estos momentos, lo que hay es un problema sanitario, pero nuestro clima sigue siendo nuestra fortaleza, lo que cambia es la forma de comercializarla”, explica. Mañaricúa destaca que el sector turístico no solo necesita que las Islas estén libres de coronavirus, sino que requiere que los países de donde vienen los turistas también lo estén. Además, la crisis económica que afectará a todas las familias también supondrá un gasto menor por parte de los visitantes. Por ello, augura que el turismo será uno de los últimos sectores en salir de esta crisis. 

Desde que se decretó el estado de alarma el 14 de marzo, la hostelería cerró y luego se procedió al cierre progresivo de todos los hoteles españoles, salvo algunos que han quedado como espacios sanitarios. Por tanto, toda esta actividad ha quedado bloqueada. Para el presidente de la FEHT, la decisión “más potente” que se puede tomar para preservar los puestos de trabajo mientras se mantenga el cierre son los ERTE por fuerza mayor. Sin embargo, será “necesario” poder prorrogar estas suspensiones del empleo cuando finalice la alarma, ya que puede que en esos momentos sean los países emisores de turistas los que se encuentren “en plena pandemia”. 

Incertidumbre en el empleo

Uno de los colectivos más afectados por el cierre del turismo son Las Kellys, las camareras de pisos, que llevan tiempo denunciando su situación de precariedad. Una gran parte de estas mujeres no ha podido entrar en los ERTE, ya que son contratadas a través de una ETT. Estos contratos temporales muchas veces duran semanas, por lo que la situación “es bastante dramática”, matiza la portavoz del colectivo en Lanzarote, Myriam Barros. “Hay mujeres que se han quedado prácticamente en la calle, sin trabajo y sin ingresos” y recuerda que no pueden vivir sin trabajar y con un subsidio de 400 euros, una cuantía  “insuficiente”, en especial para quienes pagan alquileres de hasta 600 euros y teniendo en cuenta que se trata de un colectivo que sustenta a sus familias. Por ello, muchas de sus compañeras están buscando trabajo en limpieza de otros ámbitos, como el de la sanidad, ya que “esta crisis ha demostrado que las que limpian, pase lo que pase tienen que estar y por ello debe valorarse más como colectivo esencial”. 

Los sindicatos mayoritarios, CCOO y UGT, se remiten a los recientes datos de paro y reconocen que la crisis del coronavirus ya está afectando al mercado laboral, a pesar de que la mayoría de empresas se hayan acogido a los ERTE, una modalidad que permite al empleado o empleada volver a su puesto de trabajo pasados seis meses. Ambos sindicatos también prevén que Canarias pagará esta situación doblemente por la dependencia del sector servicios, ya que el gran damnificado será el turismo, También por la economía globalizada, pues la mayor parte del turismo de las Islas procede de zonas que también están sufriendo la pandemia y que han adoptado medidas más tardías. 

Ambos insisten en que llevaban años solicitando una revisión del modelo económico, para que no dependiera tanto del sector servicios. Y es que las consecuencias económicas afectarán a todos los colectivos, desde los servicios esenciales, que soportan una carga laboral mayor en estos momentos, hasta la hostelería. El secretario general de CCOO en Canarias, Inocencio González, cree que esta crisis será mucho más dura que la de 2008. De hecho, la destrucción de empleo que se dio en 112 días en ese año se ha producido ahora en apenas 15 días, aunque matiza que está sujeta a un ámbito temporal más corto. Para el secretario de organización de UGT Canarias, Héctor Fajardo, se agravará el desempleo y se mantendrá, aún con más fuerza, la brecha de género.

Uno de los aprendizajes que arrojará esta crisis es la necesidad de fomentar el teletrabajo. “La modalidad de teletrabajo se ha implantado de forma forzada en muchas empresas, pero permitirá que se mantenga en el futuro en compañías donde los empresarios creían que no era factible”, subraya el portavoz de UGT. A su juicio, también se debe valorar la importancia de los cuidados en este estado de alarma, una tarea con la que tradicionalmente han cargado las mujeres. Valora que entre las medidas del Gobierno se tengan en cuenta a las empleadas del hogar o que en materia de vivienda, el inquilino sea el centro de las políticas. Sin embargo, sí añade que son insuficientes y que “hubiera sido más justo crear un sistema de ayuda directa o una condonación de deuda”. 

La construcción podría empujar de la economía

La presidenta de la patronal de la construcción, Salud Gil, sostiene que es precipitado hacer un análisis ya, y matiza que la emergencia ahora mismo es sanitaria. Sí recuerda que las obras no pueden pararse de un día para otro, y que tras la prohibición de esta actividad, el sector en Canarias tuvo algunos problemas para cerrar varias obras por seguridad, como es el caso de sótanos y otras que podían sufrir derrumbes. No obstante, aclara que ha encontrado plena coordinación con Delegación del Gobierno. Gil apela a que el Ejecutivo regional se acoja a la excepción de la plataforma de licitación nacional y que además de licitar obras en este tiempo se puedan incluso adjudicar.

Gil propone que se realicen los trámites de forma telemática para que desde el primer día se pueda trabajar. Así mismo, solicita que se publique el decreto del plan de vivienda del Archipiélago (que prevé la construcción de más de 2.000 solo en esta legislatura). “Estamos llamados a ser los que rescatemos a la economía y frenar el impacto. Yo espero que las inversiones estén vinculadas a obra pública y vivienda y no a pintar farolas”, subraya. 

El sector primario quiere un “rescate urgente”

La Coordinadora de Organizaciones Agrarias y Ganaderas (COAG) de Canarias ha denunciado que ganaderos y agricultores de las Islas tienen “muchas dificultades” para darle salida a su producción ante el cierre de los hoteles y negocios de restauración. Una postura que comparte la Unión de Pequeños Agricultores (UPA) ya que en el sector hay muchos productores que “no saben qué hacer con la cosecha”, mientras en las grandes superficies las ventas han subido. Esta situación ha llevado a demandar “un rescate urgente”. El Gobierno de Canarias está estudiando ayudas como negociar con las grandes superficies para dar salida a productos locales o abrir mercadillos municipales. 

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