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La abstención en Castilla-La Mancha puede ser decisiva para aupar a la extrema derecha

Elecciones

Alicia Avilés Pozo

El fantasma de una alta abstención tiene en Castilla-La Mancha un papel fundamental. En esta región hay cinco circunscripciones electorales con 21 escaños en liza. Como es tradicional, una baja participación durante las elecciones generales de hoy perjudicará a los partidos progresistas y beneficiará a las derechas, pero en el caso de esta comunidad autónoma, Vox cuenta, según casi todas las encuestas, con la posibilidad de hacerse con un escaño en cada provincia e incluso dos en el caso de Toledo.

Esto será así si el abstencionismo hace su aparición de manera destacada, dando al partido de Santiago Abascal más del doble de escaños: pasaría de los dos que consiguió en abril (por Toledo y Ciudad Real) a cinco o seis diputados castellano-manchegos. En Castilla-La Mancha, los índices de participación suelen ser muy altos (en abril fue del 78%, tres puntos por encima de la media estatal) pero ha bajado notablemente en las últimas convocatorias y el voto suele ser tradicionalmente conservador en las elecciones al Congreso y al Senado.

El hecho de que Vox tenga más posibilidades no viene de que haya desplegado grandes medios en la comunidad autónoma durante la precampaña o la campaña. De hecho, en las elecciones autonómicas no obtuvo representación. Pero la previsible pérdida de votos de Ciudadanos, algunos del PSOE y los ‘restos’ en algunas circunscripciones que se disputaron en los comicios del mes de abril pueden hacer caer la balanza en su favor.

Las posibilidades en Toledo

En la provincia de Toledo, el partido de extrema derecha consiguió en abril un diputado en el Congreso con casi 67.000 votos, el 16,86% de los votantes, quedándose a muy poca diferencia, menos de un punto, de la tercera fuerza, Ciudadanos, que se hizo con un 17,55% y más de 69.000 sufragios. Existe la posibilidad de que la formación de Albert Rivera pierda ese escaño a favor de Vox. Tanto desde el PSOE como desde Unidas Podemos consideran que esto será así si no hay movilización entre el electorado de izquierdas. De hecho, según las encuestas, ese último diputado se lo disputarán los de Abascal y los de Pablo Iglesias, e incluso el primero podría conseguir un segundo escaño ante una hipotética “desmovilización”.

La distancia entre Vox y Ciudadanos también fue pequeña en Guadalajara en el 28A. Algo más de 3.000 votos separaron a ambas formaciones en un resultado final que se inclinó a favor de los de Albert Rivera. En este caso los sondeos también pronostican una pérdida de escaño de estos últimos a favor del partido de ultraderecha. En esta provincia la pérdida de votos del PSOE también podría decantar ese resultado.

Albacete se había convertido en una esperanza para el partido de Abascal. Consiguió casi un 15% de los sufragios en las elecciones del mes de abril. Pero la campaña allí ha quedado oscurecida en el último tramo tras haber renunciado el número dos de la candidatura, Juan Francisco Robles, debido a su imputación por seis presuntos delitos contra la Hacienda Pública.

La situación es algo diferente en Ciudad Real, donde Vox tiene su otro diputado nacional de Castilla-La Mancha. Los sondeos preelectorales mantienen ese escaño y los resultados que obtuvo hace seis meses. La liza para conseguir un segundo diputado por esta provincia parece más difícil, aunque también el electorado es aquí más abstencionista. También en Cuenca, donde tan solo se juegan tres escaños (tradicionalmente repartidos entre PP y PSOE) se vislumbra complicado, aunque alguna encuesta ha dado por bueno que Vox entre en el juego: en abril se quedó 12 puntos por debajo de Ciudadanos. 

El doble mensaje del PSOE

Aunque son todo conjeturas, los socialistas han tenido en cuenta este hipotético escenario. Su objetivo principal es seguir siendo el partido más votado en la región para avalar la mayoría absoluta conseguida por Emiliano García-Page en las autonómicas del 26 de mayo. Para ello, han dirigido un doble mensaje al electorado: pedir el voto a los simpatizantes de Unidas Podemos (consideran que se “perderá” e irá para Vox) y movilizar al electorado para evitar la abstención.

El PP espera remontar sus malos resultados tanto del 28A como del 26M e invertir el resultado en provincias donde siempre ha tenido mucha cantera de votos como Guadalajara y Toledo. Fuentes del partido afirman que incluso “mantenerse” sería un buen resultado. Por su parte, Ciudadanos está a la expectativa del escaño de Toledo, que ocupa el mediático Juan Carlos Girauta.

Unidas Podemos aspira a recuperar su representación en Castilla-La Mancha, reducida a cero hace seis meses, una debacle que se confirmó después en las elecciones regionales y que llevó a la dimisión de la dirección autonómica del partido. Al igual que en la ocasión anterior, mantienen sus esperanzas en las circunscripciones de Toledo, donde “rozaron” el escaño y donde acudió Pablo Iglesias el último día de campaña, y en la provincia de Ciudad Real.

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