La crisis climática agrava los riesgos para la seguridad y la salud en el trabajo
El cambio climático se ha convertido a escala global en una emergencia que se hace presente en diversos ámbitos: en forma de aumentos y descensos bruscos de las temperaturas, de lluvias torrenciales con independencia de la estacionalidad, de perdidas de productos agroalimentarios a causa de la sequía o de floraciones que no corresponden con la estación meteorológica, de desplazamientos forzados de población a lugares menos afectados por las continuas olas de calor, de incendios forestales que arrasan con la biodiversidad de nuestro medio natural, de destrucción de infraestructuras, desaparición del litoral tal y como lo conocemos, de mayor contaminación del aire, así como un largo etcétera.
Los informes del Comité de Expertos ante el Cambio Climático de la ONU (IPCC) señalan a nuestro país, y en concreto, a la Comunidad Valenciana como una de las áreas más vulnerables donde estos impactos ya están mostrándose de manera más virulenta.
No es un futurible, ya estamos viviendo las repercusiones sociales, sanitarias y económicas que esto supone. Y el mundo del trabajo no es ajeno a esta situación, tanto por su afectación en el empleo en algunos sectores como el agroalimentario, como por la necesidad de adaptar las condiciones de trabajo al nuevo marco.
En relación a esto último, tenemos que evitar riesgos que puedan afectar a la salud y seguridad de las personas trabajadoras por exposición a fenómenos meteorológicos extremos y exposición a radiaciones solares, sobre todo, en trabajos que se desarrollan al aire libre, como jardinería, construcción, recolección de frutos y hostelería, entre otros.
Desde UGT-PV instamos continuamente a las empresas y administraciones públicas en su papel de empleador, a que, con la participación de los delegados y delegadas de prevención, elaboren los protocolos necesarios a través de la instauración de medidas preventivas formativas, informativas, de adaptación horaria y de protección, que eviten accidentes de trabajo graves y mortales por estos factores de riesgo, como son los golpes de calor.
Porque las trabajadoras y los trabajadores se merecen tener empleos dignos, de calidad, con estabilidad y bien retribuidos, con independencia del sector productivo en el que se encuentren desarrollando su trabajo y de su clasificación profesional.
Por otra parte, y trascendiendo la cuestión climática, hay que establecer que la calidad en el empleo está ligada a múltiples factores condicionados por unas óptimas condiciones de trabajo, que permitan adaptar el mismo a las características físicas, psíquicas y sociales de la persona que lo desarrolla; Y para ello, hay que tener en cuenta cuestiones como el género, la edad, la salud, la conciliación de la vida personal y laboral, la discapacidad y por supuesto el factor ambiental.
Así, desde esta óptica más amplia, podemos establecer avances que se han venido dando en otros aspectos relativos a la salud y la seguridad en el trabajo como la reducción de la carga psíquica ante la incertidumbre de conservar o no el empleo una vez finalizaba el contrato por obra y servicio, que vino dada con la conversión de empleos temporales en fijos recogidos en la última reforma laboral.
Con todo es difícil pero no imposible, y esa debe ser nuestra meta, ajustar los requerimientos del trabajo a las capacidades de las personas trabajadoras. Y su consecución debe ser nuestra prioridad y la de las empresas y administraciones públicas.
Con este objetivo, desde hace algunos años desde UGT-PV estamos trabajando, además, con las universidades públicas valencianas, llevando a cabo proyectos y estudios innovadores cuyas conclusiones podamos trasladar a la negociación colectiva en su articulado y a la Mesa Diálogo Social. Entre ellos, por ejemplo, destaca la elaboración de herramientas que permitan realizar procedimientos de retorno efectivo y saludable de una persona trabajadora tras una incapacidad temporal; y es que dados los grandes cambios que se están produciendo en el mundo laboral en los últimos años (la introducción de la digitalización y de las de las nuevas tecnologías), estamos realizando proyectos que abordan desde la perspectiva jurídica y de prevención de riesgos laborales los problemas de salud mental derivados del trabajo.
En definitiva, se trata de evitar y minimizar viejos y nuevos riesgos, mecánicos, físicos, ergonómicos, químicos, psicosociales y ahora también ambientales, que se materialicen en enfermedades profesionales y accidentes de trabajo graves y mortales.
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